La izquierda europea reclama en París el 'sí' en el referéndum europeo
Los empresarios franceses firman un manifiesto a favor del 'sí' a la Constitución europea
El presidente del Parlamento europeo, el socialista español Josep Borrell, ha asegurado esta noche en París que un sí francés a la Constitución europea en el referéndum del próximo 29 de mayo sería un tsunami saludable que crearía una "ola de entusiasmo" en toda Europa.
"La cuestión es que no haya un mundo bipolar controlado por Estados Unidos y China", ha afirmado el dirigente comunitario, en un mitin celebrado en París que ha congregado a cerca de treinta líderes progresistas europeos en favor de la Constitución, entre ellos Mario Soares y Joschka Fischer. "Para impedir esa nueva bipolaridad" y que la UE se convierta en un "actor político global" es "necesaria" la Constitución, ha recalcado. Borrell ha añadido que el debate existente en Francia es un símbolo de "vitalidad democrática", pero ha reconocido que le deja "perplejo". "No deis una patada al Gobierno francés en el trasero de Europa y de todos los europeos", ha pedido el presidente de la Eurocámara.
Homenaje a los republicanos
El encuentro, titulado "Con los socialistas europeos, ¡sí!", se ha desarrollado en el Circo de Invierno de la capital francesa. La presentación ha corrido a cargo del alcalde de la ciudad, Bertrand Delano, que ha recibido la primera gran ovación cuando ha recordado la liberación de París, en 1945, por parte "de los republicanos españoles" integrados en las fuerzas aliadas.
En este contexto, Delano ha recordado el "combate contra el fascismo" del ex presidente portugués Mario Soares y la "necesidad de Europa" de "los estados liberados de la dictadura soviética". "Francia tiene que ser de nuevo la más bella de las influencias", ha declarado.
También ha agradecido la presencia en el acto de más de 1.000 "socialistas fieles a su partido", en referencia a la división dentro de la formación, entre defensores y contrarios al tratado. Los partidarios del tratado vencieron el referéndum interno, celebrado el 1 de diciembre, con el 59% de los votos, pese a lo cual algunos dirigentes, como Laurent Fabius, han optado por hacer campaña por el no al tratado.
"No hemos venido a rescatar a los franceses, sino porque todos los socialistas europeos nos jugamos mucho en este envite", ha manifestado el eurodiputado socialista Enrique Barón Crespo. Asimismo, ha criticado la "falta de lealtad" de un sector de los socialistas.
González, ausente
El ex presidente del Gobierno, Felipe González, que también había previsto su participación, no ha podido acudir finalmente al evento por enfermedad. Su esposa, Carmen Romero, le ha sustituido con un pequeño discurso.
Entre los presentes en la cita han estado Piero Fassino, secretario general de los Demócratas de Izquierda (DS) italianos, Joshka Fischer, ministro de Asuntos Exteriores alemán y dirigente ecologista, Paavo Lipponen, ex primer ministro finlandés, el ex primer ministro romano Adrian Nastase, Kostas Simitis, ex primer ministro griego, Mario Soares, ex presidente de Portugal, el danés Poul Nyrup Rasmussen, presidente del Partido Socialista europeo, el ex presidente de la Comisión europea, Jacques Delors, John Monks, ecretario general de la Confederación europea de sindicatos, y Jiri Parobek, primer ministro checo, entre otros.
El apoyo empresarial
Un centenar de empresas francesas han firmado hoy un manifiesto de apoyo al Tratado Constitucional europeo en un claro intento de frenar el avance del no en los sondeos cuando sólo quedan once días para el referéndum.
En una rueda de prensa convocada en París, el presidente del banco BNP Paribas, Michel Pebereau, ha dicho en nombre de todas las empresas adheridas a esta iniciativa que el proyecto europeo "no es ni ultra-liberal ni colectivista". Es "el mejor para nuestro futuro", ha proclamado. "Francia cometería un grave error si contrariara la construcción europea a causa de un malestar existencial o dificultades coyunturales", han advertido los signatarios del texto, escrito bajo la égida del Instituto de la Empresa.
Según los empresarios, una victoria del no en las urnas probablemente no conllevaría consecuencias negativas "perceptibles de inmediato", pero rompería "la dinámica de la que colectivamente hemos sacado un partido considerable desde hace 40 años".
