La insurgencia iraquí secuestra al gobernador de la conflictiva provincia de Anbar

El gobernador de la conflictiva provincia de Anbar, al oeste de Irak, Raya Nawaf, ha sido secuestrado junto a sus cuatro guardaespaldas, según han informado esta tarde fuentes del Ministerio del Interior iraquí y familiares del político. En la misma provincia, donde el Ejército de EE UU ha matado a un centenar de insurgentes desde el pasado fin de semana, fue secuestrado ayer el japonés Akihiko Saito.

"Mi hermano y cuatro de sus guardaespaldas han sido secuestrados esta mañana cuando se dirigían a Ramadi procedentes de Al Qaim", cerca de la frontera siria, ha explicado Hamed Nawaf, hermano del gobernador, que no ha dado más detalles de lo sucedido, salvo que los secuestradores, a los que no ha identificado, han exigido a cambio de la libertad del gobernador que las fuerzas estadounidenses cesen la ofensiva que lanzaron en esta provincia el pasado fin de semana. En la campaña, bautizada Operación Matador, participan más de mil soldados, apoyados por aviones de combate y helicópteros.

Según fuentes militares de EE UU, 100 rebeldes perdieron la vida en las primeras 24 horas del ataque, el mayor desde que en noviembre los marines tomaron el control de Faluya. La operación se emprendió después de que el Ejército estadounidense recibiera informaciones de que los rebeldes habían preparado desde esa desértica región la campaña de violencia que la pasada semana se cobró la vida de unas 300 personas, incluidos militares de EE UU y policías iraquíes, tras la formación y juramento del nuevo Gobierno electo, el pasado 28 de abril.

Japón no cede al chantaje

Raya Nawaf se convirtió en gobernador hace tan sólo unos días, después de que líderes tribales expulsaran de poder a su predecesor en el cargo, Fassal Raikan Al Namrawi, quien salió ileso de un atentado con bomba el pasado febrero. Nawaf, originario de Al Qaim, fue alcalde de esta ciudad bajo el régimen de Sadam Husein. En la misma provincia de Anbar, la organización terrorista Ansar Al Suna aseguró ayer que había secuestrado al japonés Akihiko Saito tras "una feroz batalla". Ansar Al Suna es uno de los grupos insurgentes más violentos de los que operan en Irak -ya han protagonizado previamente otros secuestros y asesinatos-, y se cree que tienen vínculos con la red terrorista Al Qaeda.

El Gobierno japonés ha confirmado hoy la autenticidad del pasaporte mostrado por sus captores en un vídeo, al tiempo que ha subrayado que el secuestro no alterará su política de apoyo a EE UU en ese país árabe, ni acelerará la vuelta de sus tropas del sur iraquí, prevista para fin de año. Unos 600 efectivos de las Fuerzas de Autodefensa de Japón se encuentran estacionados en la ciudad meridional iraquí de Samawa desde principios del año pasado encargadas de labores de reconstrucción. Saito, de 44 años, es un ex miembro de la legión extranjera francesa que al parecer formaba parte de los cientos de ex soldados que buscan fortuna protegiendo los convoyes de EE UU.

Mientras, la insurgencia ha vuelto a golpear esta mañana en Bagdad con dos coches bomba que han matado a nueve personas. La primera explosión se ha producido en las cercanías de la céntrica Plaza de la Liberación y ha causado ocho víctimas mortales, dos horas antes de que la segunda segara la vida, en el oeste de la ciudad, de al menos otra persona. Según fuentes hospitalarias, 17 personas han resultado heridas, cinco de gravedad, por el primer estallido, en tanto que el segundo ha provocado "al menos varios heridos". El objetivo del primero ha sido un convoy estadounidense que no ha resultado afectado, mientras que, según algunos testigos, el segundo ha tenido como blanco un cuartel de la policía iraquí situado en el barrio de Al Yaderiya.