La muerte del primer ministro de Georgia por un escape de gas provoca una crisis política

El primer ministro de Georgia, Zurab Zhvania, ha sido hallado muerto hoy en un apartamento de Tbilisi, la capital del país. Según las primeras hipótesis, Zhvania, que se encontraba de visita en la casa de un amigo, ha muerto a consecuencia de una fuga de gas. El presidente del país, Mikhail Saakashvili, ha asumido las funciones de primer ministro y ha ordenado al Gobierno "que vuelva al trabajo", pese a que no tiene competencias constitucionales para ello. La muerte de Zhvania supone un duro golpe para Saakashvili, ya que el primer ministro era un gran amigo y aliado.

Zhvania había acudido la pasada medianoche al apartamento de Raul Yusúpov, amigo personal y vicegobernador de la región de Kvemo Kartli. En un momento dado, sus guardaespaldas trataron de contactar con él por teléfono y, alarmados al no obtener no respuesta, forzaron la puerta para entrar. Una vez en el interior del inmueble encontraron los cadáveres de ambos. "Se ha establecido que murieron asfixiados por inhalación de gas doméstico", en principio por un escape de una estufa, ha indicado el ministro del Interior Vanó Merabishvili. La compañía de gas ha asegurado que el calentador estaba mal instalado.

Zhavnia, acababa de cumplir 41 años, estaba casado y tenía tres hijos. El desaparecido primer ministro lideró junto con el actual jefe de Estado georgiano, Saakashvili, y la presidenta del Parlamento, Ninó Burzhanadze, la denominada revolución de las rosas, que en noviembre de 2003 desbancó del poder a Eduard Shevardnadze.

Un duro golpe para Saakashvili

El presidente, Mijáil Saakashvili, ha reunido de urgencia al Gobierno nada más conocer de la muerte de su primer ministro. "Georgia ha perdido a un gran patriota y yo, a mi mejor amigo, a mi consejero más fiable y a mi mayor aliado", ha dicho el jefe del Estado visiblemente conmovido, en la reunión, que ha sido transmitida en directo por la televisión.

De acuerdo con la Constitución de Georgia, el Ejecutivo había dimitido en pleno, y el viceprimer ministro, Georgui Baramidze, debía ocupar el cargo de Zhavnia en funciones. El presidente dispone de un plazo de siete días para nombrar al nuevo primer ministro, quien a su vez durante los diez días siguientes debe formar el Ejecutivo; luego el presidente del país tiene tres días para presentar al nuevo Gobierno para su aprobación por el Parlamento.

Sin embargo, Saakashvili parece haberse saltado el procedimiento al asumir él el puesto de primer ministro: "Como presidente voy a asumir el liderazgo del poder ejecutivo. He ordenado al Gobierno que vuelva al trabajo", ha dicho a una multitud reunida en una plaza de la capital.