Qurei logra el apoyo de la AP al plan de seguridad pactado con los grupos palestinos

La opción de una dirección colegiada entre todos los grupos palestinos ante la desaparición de Yasir Arafat parece estar en el aire. El primer ministro palestino, Ahmed Qurei, que lleva las riendas de la Autoridad Palestina desde el ingreso de Arafat en París el pasado día 29, no se ha puesto de acuerdo con Hamás de cara a una posible participación del grupo radical en el órgano de Gobierno que ha de velar por una transición pacífica en caso de que el rais fallezca y ha subrayado que los palestinos cuentan con la AP, "reconocida por el mundo entero". Mientras, el Consejo Nacional de Seguridad, reunido por Qurei, ha decidido poner en práctica el plan de seguridad pactado ayer con los grupos palestinos.

Preguntado, tras reunirse hoy el Consejo Nacional de Seguridad en Ramala, sobre la posibilidad de un Gobierno de concentración, Qurei ha destacado que "tenemos nuestras instituciones, contamos con la Autoridad Palestina y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), reconocidas por el pueblo palestino y por el mundo entero". Aunque no ha descartado de plano ese Gobierno de concentración impulsado por Hamás y la Yihad, que se comprometió ayer a estudiar, deja caer que hay una estructura política suficiente para afrontar la desaparición del líder palestino por antonomasia. Desde Hamás, un portavoz ha confirmado que aún no se han pactado con Qurei "los mecanismos o los canales de participación de los distintos grupos, incluido Hamás, a ese mando unificado", aunque también ha asegurado que el primer ministro se ha mostrado "receptivo" ante esa posibilidad y que habrá más conversaciones.

La postura del Gobierno palestino es que "no tiene sentido crear ahora un gobierno de unidad nacional. Primero, Hamás y la Yihad Islámica tendrían que reconocer los acuerdos de Oslo, a la AP y a la OLP, y luego tendría que llevarse a cabo una votación en el seno de estas instituciones". Hamás ha rechazado durante años, pese a las invitaciones de Arafat, acatar los acuerdos de Oslo, firmados en 1993 por Arafat e Isaac Rabin, el primer ministro israelí asesinado, implican, entre otras cosas, el reconocimiento del Estado de Israel.

Por el momento, los contactos entre la AP y las distintas facciones palestinas han fructificado en el plano de la seguridad. Entre la AP, las fuerzas de seguridad y los 13 grupos que apoyan la Intifada se concretó un plan de seguridad por el que los grupos y las fuerzas de seguridad se comprometieron a no utilizar las armas para solventar sus problemas internos.

No obstante, se siguen produciendo contactos que ayuden a mantener la transición dentro del orden. Hoy mismo, Qurei ha mantenido reuniones al más alto nivel para evitar un estallido de violencia si Arafat muere. El primer ministro ha reunido en Ramala al Consejo Nacional de Seguridad para informarle del plan de seguridad acordado ayer, y que el Consejo ha respaldado, según ha confirmado el ministro negociador palestino, Saeb Erekat. Mientras, esta tarde se reunirá la cúpula del movimiento Al Fatah, principal integrante de la OLP, bajo la dirección de Mahmud Abbas, Abu Mazen, ex primer ministro palestino. Qurei y Abbas también se reunirán con los dirigentes de varias facciones armadas, encuentro al que no acudirán ni Hamás ni la Yihad.

Entierro del 'rais'

Mientras, en Israel, el ministro de Defensa, Saul Mofaz, ha anticipado que los organismos de seguridad han concluido los preparativos para que Arafat sea enterrado en Gaza, de donde es originario su clan y donde está enterrado su padre. Los planes incluyen el transporte de palestinos de Cisjordania a la franja y la autorización para que dirigentes de Estados árabes que no tienen relaciones diplomáticas con Israel puedan sobrevolar el espacio aéreo israelí.

Mofaz ha señalado que Israel está preparado para permitir el entierro de Arafat en la franja de Gaza, ya que el Gobierno israelí se opone a que el rais reciba sepultura en Jerusalén o en Cisjordania, y que el Ejército israelí reducirá al mínimo los controles de seguridad a dignatarios árabes o de otras nacionalidades que quieran asistir a las exequias. En un primer momento, El primer ministro israelí, Ariel Sharon, aseguró que se opondría a la inhumación del dirigente palestino en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, donde se encuentra el tercer lugar santo del Islam, la mezquita Al Aqsa. Los planes para el entierro de Arafat en la franja han sido aprobados esta semana en varias reuniones celebradas entre Sharon, Mofaz, el comandante de las Fuerzas Armadas de Israel y oficiales superiores de los organismos de seguridad.