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El primer ministro iraquí se reúne en Nayaf con Al Sáder y pide que deponga las armas

El clérigo rebelde rechaza el ofrecimiento pero se dice dispuesto a negociar

El primer ministro iraquí, Ayad Alaui, se ha reunido hoy en Nayaf con el clérigo radical chií Múqtada al Sáder, cuyas milicias mantienen duros enfrentamientos con los soldados estadounidenses, para pedirle que deponga las armas y renovarle la oferta que le hizo ayer para que participe en las elecciones del año que viene. Además, el Gobierno iraquí ha acordado instaurar de nuevo la pena de muerte para delitos de homicidio, secuestro y tráfico de drogas.

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Durante dos horas, Alaui ha tratado de convencer a Al Sáder de que controle a sus milicianos y frene los combates que mantienen desde hace dos días. El primer ministro ha pedido incluso que los rebeldes depongan las armas y abandonen la ciudad a la mayor brevedad. Pero la respuesta del clérigo ha sido ambigua. En principio, se hablaba de rechazo, pero un portavoz del clérigo radical ha matizado la respuesta por la tarde. Aunque critica la visita de Alaui a Nayaf, dice que Al Sáder está dispuesto a negociar.

"Pensábamos que Alaui venía a calmar la situación, pero al contrario, ha venido a atizarla al decir que las milicias deben rendir sus armas y retirarse de la ciudad", ha dicho el jeque Ahmed Chaibani. Tras convocar a la prensa en el mausoleo del Iman Alí, el más sagrado de la ciudad y muy cercano al epicentro de los combates con las tropas americanas, ha afirmado que, pese a todo, Al Sáder está "dispuesto a mantener negociaciones y a una tregua". Sin embargo, han rechazado la amnistía propuesta ayer por Alaui, ya que, a su juicio, "sólo implica a criminales y bandidos y nosotros no somos ni lo uno ni lo otro. Somos un movimiento patriótico y musulmán". Igualmente, ha rechazado la invitación a participar en las elecciones y en la Conferencia Nacional de la que saldrán los líderes encargados de preparar el camino para esas elecciones.

Siguen los combates

A pesar de la presencia de Alaui, los milicianos seguían campando por la ciudad, según los testimonios recogidos por la agencias de prensa internacionales. Antes de su llegada a la ciudad se reprodujeron los enfrentamientos con unidades de Infantería de Marina estadounidense, apoyadas por cazabombarderos y helicópteros artillados, que trataban de penetrar en varias posiciones a las puertas de la ciudad.

El enfrentamiento armado entre los partidarios de Al Sáder y las fuerzas invasoras repuntó el pasado viernes, tras varios meses de tensa calma. Según el mando militar estadounidense, en los últimos dos días han sido muertos más de 300 milicianos, cifra que niega el Ejército del Mahdi, que solo reconoce la pérdida de once de sus combatientes.

El nuevo desafío de Al Sáder ha alertado al resto de clérigos chiíes, que han instado a buscar una "solución pacífica" para evitar un conflicto como el que el pasado abril costó la vida a centenares de personas en Nayaf y la ciudad vecina, y también santa chií, de Kerbala. "Se hace necesaria una solución rápida y pacífica; el Gobierno debe esforzarse al máximo para contener la situación", sugería un documento firmado por más de una treintena de religiosos divulgado anoche.

El viaje de Alaui coincide con la aprobación de la pena de muerte, que se reservará para los delitos de sangre, secuestro y tráfico de drogas. La nueva normativa entrará en vigor tan pronto como se publique, según fuentes del Ejecutivo citadas por la agencia Reuters. El castigo capital se utilizó de forma arbitraria durante la dictadura de Sadam Hussein y la Unión Europea había realizado numerosos llamamientos al nuevo Gobierno para que no la reinstaurara.

Incendiadas las oficinas de Alaui en Nasiriya

Las oficinas en Nasiriya del partido político del primer ministro iraquí, Ayad Alaui, han quedado destruidas tras un incendio provocado por hombres armados, ha informado un corresponsal de la agencias France Presse. Cuatro asaltantes encapuchados salieron de un vehículo frente a las oficinas y abrieron fuego contra el edificio, que ha quedado totalmente destruido, según un testigo.

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