Los irlandeses respaldan la enmienda que elimina el derecho a la nacionalidad por nacimiento
Organizaciones no gubernamentales y la izquierda irlandesa acusan al Gobierno de racismo
Los irlandeses han aprobado masivamente en referéndum la propuesta del Gobierno, que tiene que ser ahora presentada al Parlamento, por la que una persona nacida en Irlanda no tendrá derecho a la nacionalidad irlandesa salvo si al menos uno de sus progenitores es irlandés o salvo que la ley disponga otra cosa, según los resultados parciales divulgados por la Oficina de Recuento Electoral.
Completado el recuento de votos en 32 de los 34 condados del país, un 79% de los votantes se ha pronunciado a favor de esta propuesta gubernamental, lo que hace casi segura su aprobación, indica la página web del Gobierno irlandés. La consulta, celebrada el viernes, tuvo un índice de participación cercano al 60%.
El propósito del Ejecutivo de Dublín es controlar la inmigración mediante la eliminación del artículo 2 de la Constitución, que otorga a los hijos de extranjeros nacidos en Irlanda el derecho inmediato a la nacionalidad irlandesa. La propuesta de ley establece que sí serán irlandeses los hijos de extranjeros con al menos un progenitor con residencia legal en el país durante tres de los cuatro años anteriores al nacimiento del bebé. Seguirán teniendo la nacionalidad irlandesa los hijos de padres irlandeses o con derecho a la nacionalidad, aunque ni los padres ni los hijos hayan nacido en el país.
La consulta popular, que coincidió con las elecciones locales y europeas y a las que estaban convocados tres millones de irlandeses, ha causado una gran polémica.
Organizaciones no gubernamentales y la izquierda irlandesa acusan al Ejecutivo de racismo y de utilizar a los inmigrantes como "cabezas de turco" para maquillar su fracaso en política social.
Sin embargo, el primer ministro irlandés, Bertie Ahern, argumenta que Irlanda es el único país de la Unión Europea(UE) que concede la nacionalidad por el "derecho de nacimiento", lo que ha provocado que "muchas mujeres en los últimos meses de gestación vengan aquí" para evitar las restricciones de otros Estados miembros. La postura de Ahern cuenta con el apoyo de sus socios en el Gobierno, los Demócratas Progresistas (PD), y del principal partido de la oposición, el derechista Fine Gael.
El derecho a la nacionalidad por nacimiento, amparado por la Carta Magna irlandesa, entró en vigor después de la ratificación, también en referéndum, del histórico acuerdo de paz del Viernes Santo para el Ulster, firmado en Belfast el 10 de abril de 1998. De esa manera, los nacionalistas-católicos abrían la puerta a la ansiada reunificación del norte y sur de la isla en caso de que, en el futuro, lograsen invertir su desventaja demográfica respecto a la mayoría unionista-protestante.
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