El Papa hace un "apremiante" llamamiento a evitar la guerra en Irak

El Papa ha hecho hoy un "apremiante" llamamiento para que se detenga la "inútil espiral" de violencia y "se puedan apagar en Oriente Medio los siniestros destellos de un conflicto que puede ser evitado con el esfuerzo de todos". El Pontífice expresaba así su preocupación por una más que posible guerra contra Irak y por la violencia entre israelíes y palestinos.

Juan Pablo II ha hecho esta petición en su tradicional mensaje de Navidad, que este año ha pronunciado desde el atrio de la Basílica de San Pedro y no desde el balcón central del templo, debido a las obras que se realizan en la logia central del recinto religioso.

En una mañana desapacible y lluviosa y ante varias decenas de miles de personas, el Obispo de Roma también se ha referido al fenómeno del terrorismo, "que acrecienta incertidumbres y temores". Ante ello, ha dicho que desde la gruta de Belén se eleva en este día de Navidad un llamamiento "apremiante" para que el mundo no caiga "en la indiferencia, la sospecha y la desconfianza.

El Pontífice, que presentaba buen aspecto y tenía la voz fuerte, ha agregado que los creyentes de todas las religiones, junto con los hombres de buena voluntad, están llamados a construir la paz y a abandonar cualquier forma de intolerancia. "Están llamados a construir la paz ante todo en Tierra Santa, para detener finalmente las inútil espiral de ciega violencia, y en Oriente Medio para apagar los siniestros destellos de un conflicto que puede ser evitado con el esfuerzo de todos", ha subrayado.

En los últimos días, el anciano Pontífice se ha mostrado muy preocupado por el "horizonte surcado de sangre" que acecha al mundo y por los conflictos "que amenazan con estallar con renovada virulencia". Así se refería el Papa al conflicto que amenaza con estallar en Irak, un tema que le preocupa seriamente.

Además de Oriente Medio, el Papa también ha dirigido hoy su pensamiento en América Latina, "donde crisis políticas, económicas y sociales inquietan a numerosas familias y naciones". También ha puesto su mirada en Africa, donde carestías devastadoras y luchas intestinas agravan las condiciones, ya precarias, de pueblos enteros.

Tras el mensaje, ha impartido la bendición Urbi et Orbi (a Roma y a todo el mundo) en 62 idiomas, y de nuevo ha afirmado que estamos en un tiempo de "incertidumbre y preocupación".