Pastrana ordena al Ejército colombiano atacar a las FARC tras el atentado de ayer
Una emboscada de la guerrilla se saldó ayer con seis combatientes y cuatro policías muertos
Ni las negociaciones de paz ni los pactos y treguas firmados entre el Gobierno colombiano y las FARC hace apenas una semana evitaron ayer que cuatro combatientes y seis policías fallecieran en una emboscada de la guerrilla. El presidente de Colombia, Andrés Pastrana, ha dado orden hoy al Ejército para que responda a este atentado con un contraataque, lo que parece alejar aún más la paz.
Desde el pasado 14 de enero más de 80 personas han muerto en los enfrentamientos entre la guerrilla y el Ejército o la policía colombianas. Entre tanto, las FARC y el Gobierno tuvieron tiempo, el pasado 20 de enero, de firmar una tregua y pactar un calendario de negociaciones que permita alcanzar un acuerdo de paz definitivo en abril.
Pero ayer una emboscada de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) a una patrulla de la policía de carreteras en el sitio Escamillos terminó con seis guerrilleros muertos, uno detenido, y cuatro agentes fallecidos.
Combatir a los violentos
En respuesta a este ataque, Pastrana ha comunicado hoy que "la orden del presidente al Ejército es que tenemos que salir a combatir a los violentos sin importar quienes sean, porque esa es nuestra responsabilidad, proteger la vida, honra y bienes de los colombianos".
"Las FARC se equivocan si creen que atacando a la población civil, a los más pobres, a los más desprotegidos consiguen fortalecerse en la mesa de negociación", ha añadido el presidente, que ha dado a entender que el contraataque del ejército podría tener lugar en la zona neutral regalada a la guerrilla en 1998 para facilitar las negociaciones de paz.
Mil muertos al año
Las negociaciones de paz entre el Gobierno y las FARC, la guerrilla más poderosa y antigua de América Latina, sublevada hace 38 años contra el Estado, comenzó hace 20 años.
Las intentonas de los sucesivos gobiernos colombianos fracasaron, creció la desconfianza entre las partes, y las FARC consolidaron su doctrinario marxista y un ejército irregular de 17.000 hombres, financiado con los secuestros, el narcotráfico y los impuestos revolucionarios, que fortaleció su margen de maniobra en las mesas de negociación.
Cerca de 40.000 personas han muerto en los casi cuatro decenios de conflicto, y medio millón ha abandonado sus hogares. Fuentes oficiales atribuyen a las FARC la muerte de 1.060 civiles el pasado año, 714 secuestros, el 25% de total, la destrucción total o parcial de 25 poblaciones, multimillonarios daños a la infraestructura nacional y la colocación de 25.000 minas antipersonas.
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