Génova recibe a los líderes del G-8 y a los primeros manifestantes en un clima de tensión

El primer ministro japonés, Junichiro Koizumi, ha sido el primero de los líderes en llegar a la ciudad italiana, y será seguido en las próximas horas por los de EE UU, Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia y Rusia. Italia, el miembro restante del G-8, participa en la reunión como anfitrión.

La primera prueba del estado de vigilancia en que se encuentra la ciudad la tendrán los mandatarios nada más aterrizar, ya que el aeropuerto Cristóbal Colón se encuentra cerrado al tráfico civil y se han instalado baterías antiaéreas en previsión de atentados.

"Si Génova se encuentra en estado de sitio es para evitar incidentes violentos", ha asegurado hoy el ministro italiano de Exteriores, Renato Ruggiero, al tratar de justificar las estrictas medidas de seguridad que han dejado desiertas las calles del centro histórico, un territorio inaccesible denominado "zona roja".

En ella se incluyen el Palacio Ducal, que servirá de sede en la ceremonia inaugural de mañana, y el puerto, donde está anclada la nave de lujo European Vision, donde se alojarán la mayoría de las delegaciones asistentes

Sin embargo, las extremas medidas de seguridad no han sido del todo eficaces, a la vista de los incidentes producidos durante esta semana. El lunes, un carabiniere resultó herido en las manos y en la cara al estallar un paquete bomba, mientras que ayer cuatro artefactos estallaron en varios puntos de la geografía italiana, entre ellos la sede de la cadena de televisión Rette-4, propiedad del primer ministro italiano Silvio Berlusconi, sin causar heridos.

Hoy mismo, la policía italiana ha hecho estallar un paquete colocado ante la sede del Consulado de España en Milán, deflagración que no ha causado daños ni materiales ni personales. El objeto, fabricado con papel, no contenía explosivos, según ha informado el cónsul general de España en Milán, José Manuel Cervera de Góngora. Así, la explosión fue provocada por la policía para comprobar la naturaleza del paquete.

No se rechaza el diálogo

Los incidentes menores, las imágenes de una Génova fortificada y convertida en un fortín policial, con más de 15.000 agentes, los precedentes de Seattle, Praga y Gotemburgo, han despertado viejos fantasmas en Italia, donde se teme un regreso a la psicosis de los años 70.

"Estas medidas no significan el rechazo del diálogo con los activistas contrarios a la cumbre", ha añadido el antiguo responsable de la Organización Mundial del Comercio (OMC), un organismo muy criticado por los sectores que piden una "globalización de rostro humano".

El propio jefe de Gobierno italiano, Silvio Berlusconi, en su papel de anfitrión, ha realizado hoy una visita de inspección a los diferentes lugares de Génova que servirán de escenario a la cumbre, entre ellos la lujosa nave European Vision, donde se alojarán la mayoría de los líderes.

Berlusconi ha querido asegurarse personalmente de que todo está a punto para recibir a sus ilustres invitados, desde el punto de vista del confort y de la seguridad, garantizada por la presencia de 20.000 efectivos de la policía y el Ejército.

El líder conservador, que ha mantenido un encuentro con líderes sindicales y empresarios presentes en un convenio en la ciudad ligur para relanzar el diálogo social, ha recordado que Génova "ha cambiado de rostro" gracias a las inversiones de más cien millones de dólares que han servido para remozar el centro histórico.

Ciudad tomada

Sin embargo, los cerca de 650.000 residentes en la capital ligur, encabezados por su alcalde, Giuseppe Pericu, se lamentan de la "toma" de la ciudad con motivo de la cumbre y la conversión de su centro en un gueto reservado a los poderosos del mundo.

Las fuerzas de seguridad han tenido hoy su primera prueba de fuego al supervisar el desarrollo pacífico de la primera manifestación multitudinaria de protesta. Se ha tratado esta vez de inmigrantes, provenientes de diversos países europeos y en su mayor parte de la numerosa comunidad extranjera residente en Génova, especialmente africana y magrebí.

Unas 50.000 personas según los organizadores -20.000 según la policía- han realizado una marcha pacífica en demanda de "papeles para todos" al grito de "casa, trabajo y dignidad" y en protesta por la exclusión social y las desigualdades económicas en el mundo.

Entre los participantes del colorido y festivo cortejo, rodeado de un impresionante despliegue policial, se encontraba hoy el líder de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, y la presidenta de las Madres de la Plaza de Mayo, la argentina Hebe De Bonafini.

100.000 personas el sábado

Para la masiva manifestación del próximo sábado se espera al menos a cien mil personas en protesta contra la política económica de los siete países más industrializados del mundo más Rusia, según los responsables del "Foro Social de Génova" (GSF), que agrupa a unas 800 organizaciones opuestas a la globalización.

Vittorio Agnoletto, portavoz del GSF, ha protestado hoy contra los controles fronterizos impuesto por Italia, que han supuesto el rechazo de un centenar de activistas griegos en el puerto de Ancona (norte) y la suspensión del tratado de libre tránsito de personas y mercancías de Schengen.

La cumbre genovesa iniciará su abultada agenda mañana con una reunión dedicada a temas económicos y el lanzamiento de un programa mundial para la lucha contra el sida y otras enfermedades que será propuesto por el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Mas de cuatro mil periodistas se hallan acreditados para cubrir un evento que convertirá a Génova durante tres días en el centro de la atención informativa mundial.

El sábado se celebrarán además numerosos encuentros bilaterales entre los líderes participantes, que tendrán tiempo de repasar los principales conflictos y problemas del mundo al inicio del nuevo milenio hasta la mañana del domingo, en que se celebrará la ceremonia de clausura de la cumbre.

Envío de observadores

Los primeros en llegar a la ciudad italiana, no obstante, han sido los ministros de Exteriores del G-8, que han mantenido varias reuniones de preparación de la cumbre. En dicha reunión, los cancilleres de las ocho potencias han instado a Israel y a la Autoridad Nacional Palestina a aceptar el envío de observadores internacionales a Oriente Próximo una vez que se recupere la calma y con el beneplácito de ambas partes, con la misión de controlar la aplicación del plan de paz.

"Creemos que en las actuales circunstancias, un mecanismo de vigilancia de una tercera parte, aceptada por palestinos e israelíes" podría favorecer "la aplicación del Informe Mitchell", instrumento que consideran como “la única forma de salir del actual punto muerto, de detener la escalada militar y de

asegurar el proceso político" han afirmado los ministros de Exteriores en una declaración aprobada esta mañana.