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“Ocho de cada diez nuevos parados en esta crisis eran temporales”

Luz Rodríguez, profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Castilla-La Mancha, alaba el funcionamiento de los ERTE en esta crisis

Sergio C. Fanjul
Luz Rodríguez, profesora de Derecho del Trabajo en la Universidad de Castilla-La Mancha, en una foto de 2020.
Luz Rodríguez, profesora de Derecho del Trabajo en la Universidad de Castilla-La Mancha, en una foto de 2020.

“Por primera vez han funcionado los mecanismos que se habían ideado en otras crisis, mecanismos de flexibilidad interna como los ERTE”, señala Luz Rodríguez, profesora titular de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Los propios ERTE, introducidos en 2019, son la prueba del fuerte impacto del virus en el mercado laboral: más de tres millones de personas estuvieron bajo este paraguas durante los peores momentos de la primera ola. “Eso ayudó a que no se extinguieran muchos contratos”, añade la experta. Ahora, más de 700.000 personas siguen bajo esa cobertura. Rodríguez es, además, organizadora del Workshop Internacional de Tecnología y Trabajo.

El nuevo contrato social: Empleo

Especial: El nuevo contrato social

España tiene una elevada tasa de paro desde hace 40 años. Además, el empleo temporal tiene un gran protagonismo. El Gobierno lleva en su agenda el cambio de la última reforma laboral. Además, quiere individualizar la atención a los parados para facilitar que encuentren trabajo y preparar el mercado a la revolución tecnológica

Pregunta. Aun así, se ha perdido empleo.

Respuesta. Claro. Son 697.500 ocupados menos en el último año según la última Encuesta de la Población Activa (EPA). Y esa pérdida de empleo tiene una peculiaridad: el ajuste se ha producido sobre todo entre los contratos temporales, los más vulnerables. La temporalidad es una de las características de nuestro mercado laboral mantenida en el tiempo, en España es muy alta, alrededor del doble de la Unión Europea (UE). Ocho de cada diez nuevos desempleados en la crisis eran temporales.

P. ¿A qué se debe esta alta temporalidad?

R. Entre las razones se encuentra que buena parte de la economía española es cíclica. Por ejemplo, sectores como el turístico o el agroalimentario lo son. Pero es posible crear contratos fijos discontinuos, como sucede en la hostelería de Baleares o en el campo valenciano. Hasta ahora hemos salido de las crisis con alta temporalidad, nunca le hemos sabido dar una respuesta audaz a este tema.

P. En el mercado laboral español hay unas tasas de desempleo estructural que, a lo largo de los años, parecen difíciles de erradicar.

R. En España un 6% de paro es considerado casi pleno empleo, un éxito, en otros países, como Estados Unidos, ese mismo 6% sería considerado altísimo. En ello podría tener relación esa cultura de temporalidad, o la falta de personas con nivel medio de estudios. Hay muchas personas con estudios superiores y una gran base con bajo nivel de estudios. La tasa de abandono escolar está entre las más altas de la UE.

P. ¿Y cuál es el problema?

R. Pues que se generan empleos para los que basta con un bajo nivel de estudios y en los que la rotación es rápida. Son trabajos que pueden hacer muchas personas, pero inestables. En España abundan estas empresas que generan poco valor añadido y este tipo de empleo. Además, el sector público, contrariamente a lo que se piensa, es un gran foco de temporalidad, en áreas como la sanidad o la educación.

P. La formación es fundamental.

R. El mercado de trabajo nace de la formación, y está muy vinculado con el tejido productivo: son tres ruedas que tienen que girar de forma coordinada. Por ejemplo, de poco sirve tener a muchas personas formadas en tecnología si el tejido productivo no las puede absorber.

P. ¿La tecnología va a cambiar radicalmente el mercado de trabajo?

R. La tecnología es un factor con gran influencia en el mercado laboral. Las nuevas tecnologías hacen desaparecer puestos de trabajo: cuando usamos cotidianamente el teléfono para hacer todo tipo de gestiones que antes hacían otros trabajadores estamos haciendo que desaparezcan esos empleos. Y lo importante no es que haya algunas grandes empresas tecnológicas, sino que todas las empresas están implementando la tecnología, esa es la verdadera transformación digital.

P. También se generan nuevos empleos.

R. Sí, se demandan, paralelamente, nuevos empleos relacionados con el análisis de datos, la ciberseguridad, los algoritmos, etcétera. La tecnología puede llevar a una bipolaridad entre los trabajos que requieren alto nivel de estudios, como los antes citados, de carácter tecnológico, bien remunerados y considerados socialmente, y los que no lo requieren y solo pueden ser realizados por humanos. Entre ambos, los trabajos medios, fácilmente automatizables, van desapareciendo sustituidos por las máquinas. Y eso puede llevar a una mayor desigualdad.

P. ¿Qué hacemos?

R. Tenemos que acostumbrarnos a trabajar complementados con la tecnología. Siempre uso la imagen del dios bifronte Jano, que con sus dos caras mira al mismo tiempo en dos direcciones, porque los problemas del pasado no se han acabado, mientras que nos llegan los nuevos problemas del futuro.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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