Tamara Falcó, un año después de su “nanosegundo en el metaverso”: nuevos contratos, la búsqueda del bebé y un ático de lujo
Los marqueses de Griñón cobraron una suma millonaria por vender la exclusiva de su boda a la revista ‘¡Hola!’ y viven con holgura aristocrática. Las cuentas de la hija de Isabel Preysler son robustas gracias a sus contratos publicitarios con más de media docena de marcas de moda, belleza y lujo
La tarde del 27 de septiembre de 2022, Tamara Falcó dio una rueda de prensa en el Teatro Real para explicar los pormenores de su ruptura con Íñigo Onieva. Unos días antes, las teles habían emitido unas imágenes comprometidas de su novio junto a otra mujer en Burning Man, un festival que se celebra todos los años en el desierto de Black Rock (Nevada, EE UU). “Le dije: ‘Que sepas que me da igual que hayan sido seis segundos o un nanosegundo en el metaverso: como esto sea verdad, aquí se acaba todo”, reveló la marquesa de Griñón en una multitudinaria y surrealista comparecencia que fue transmitida en vivo por las principales cadenas de televisión. El 1 de octubre, la aristócrata reapareció como invitada en el Congreso Mundial de las Familias en Ciudad de México, un foro católico ultraconservador, donde dijo: “No siento odio, sino pena [por Onieva]. Los que están perdidos en las sombras merecen conocer el amor de Dios”.
Ha pasado un año del “nanosegundo” y Onieva y Falcó son marido y mujer. Los marqueses de Griñón están buscando su primer hijo y planean mudarse a un ático en Puerta de Hierro, fortín de los ricos y famosos. La pareja, que cobró una suma millonaria por vender la exclusiva de su boda a la revista ¡Hola!, vive con holgura aristocrática. Las cuentas de la hija de Isabel Preysler son robustas gracias a sus contratos publicitarios con más de media docena de marcas de moda, belleza y lujo: desde la joyería Tous hasta las firmas de cosmética Sisley y Opi, pasando por el grupo inmobiliario Kronos y el hotel Ritz. Según Santiago de Mollinedo, director general de Personality Media, empresa que asesora a agencias y anunciantes para elegir a un personaje famoso o influencer para sus campañas, la popularidad de la marquesa está por las nubes. “Antes de MasterChef, programa en el que participó en 2019, la conocía el 60% de la población, mayoritariamente los adultos. Hoy, con su participación en El Hormiguero y su mayor presencia en medios en los últimos meses, ha conseguido alcanzar un 80% de reconocimiento”, explica De Mollinedo a EL PAÍS. Su empresa encuesta a unas 40.000 personas en los meses de mayo-junio y noviembre-diciembre para saber qué opinan los españoles sobre celebridades como Falcó. “Donde más ha crecido es entre los jóvenes, donde ella era poco conocida porque era un producto más centrado en la prensa del corazón, donde ese público juvenil no tienen gran interés. En ese segmento, ha pasado del 40% a un 74% de notoriedad”, apunta el ejecutivo.
Las cifran arrojan que Tamara Falcó está disfrutando de una luna de miel con la fama, aunque las polémicas y escándalos que protagonizó este último año —infidelidades, ruptura de su compromiso, reconciliación, boda mediática— podrían haber resentido su reputación. En mayo de 2020, tras su paso por MasterChef, un 43% de los encuestados por Personality la evaluaban positivamente. Solo un 21% tenía una percepción negativa de ella. En mayo de este año, las evaluaciones positivas se desplomaron al 31% y las negativas subieron al 38%. “Su continuo entorno de noticias, centrado en su vida privada, devalúa de cara al consumidor la percepción que hay de ella. El consumidor busca el esfuerzo y la simpatía para construir la imagen positiva de un personaje, pero no valora la continua referencia a su vida privada”, señala De Mollinedo. “Tampoco su papel en el programa de entretenimiento en el que aparece semanalmente ayuda a su imagen, pues su aportación al contenido es escasa, aunque genera mucha repercusión, que es lo busca el programa”, concluye el ejecutivo. ¿Qué aporta la marquesa al formato? ¿Cómo responden las audiencias cuando ella está en pantalla? La productora de El Hormiguero no ha querido responder a estas cuestiones.
Tras su boda con Onieva, celebrada en julio, algunos medios especularon con que Tamara Falcó podría haber perdido su contrato como embajadora del Hotel Mandarin Oriental Ritz de Madrid. Inmaculada Casado de Amezúa, directora de relaciones públicas del alojamiento, lo desmiente a este periódico: “Sigue con nosotros. Nuestros embajadores tienen una relación real con el hotel. En su caso, la elegimos porque su padre, el marqués de Griñón, era un gran cliente nuestro. Ella venía muchas veces a buscarlo. También la elegimos porque tiene un perfil elegante y una vinculación con la gastronomía. La elegancia y la buena gastronomía caracterizan al hotel”.
La marquesa no solo no ha perdido contratos en el último año, sino que ha ganado nuevos. El fabricante de automóviles Kia acaba de ficharla como embajadora (antes fue imagen de los coches de lujo de Jaguar y Land Rover). “Destacamos su trayectoria como emprendedora y su innovadora visión del diseño, acorde con la nueva filosofía de la marca”, explica Emilio Herrera, presidente de Kia Iberia, en un email. “Además, es una persona abierta a la inspiración y que inspira a muchas personas, un objetivo también en sintonía con la marca y su lema Movement that inspires [movimiento que inspira]”, añade. Falcó anunció hace dos semanas este acuerdo en su Instagram, donde tiene un millón y medio de seguidores. En las imágenes se la ve posando con el coche frente a la mansión que tiene su madre en Puerta de Hierro, una de las casas más fotografiadas de España.
Su vida profesional no parece haber sufrido grandes sobresaltos en estos meses, pero su vida privada está cambiando vertiginosamente. Un año después de su mediática ruptura con Onieva y solo tres meses después de su boda con el empresario de la noche, la aristócrata está buscando su primer hijo. La semana pasada asistió a la presentación de su nueva colección para Pedro del Hierro en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, donde habló sobre el tratamiento al que está sometida con el fin de quedarse embarazada. “Me están haciendo un seguimiento, se llama naprotecnología, y estoy supercontenta. Por ahora, todo bien y, como soy muy creyente, será lo que Dios quiera”, dijo. El ginecólogo y obstetra católico estadounidense Thomas W. Hilgers creó esta técnica de procreación para que las mujeres puedan concebir un hijo de forma natural. El novedoso método, que busca las causas de la infertilidad de la pareja y optimiza el ciclo de fertilidad femenino, está en auge entre muchas católicas que están en contra de la fecundación in vitro (FIV) porque siguen los preceptos de la Iglesia: en 2008, el papa Benedicto XVI aseguró que la FIV “infringe la tutela de la dignidad humana” y, en 2010, el Vaticano criticó la concesión del premio Nobel al británico Robert Edwards, padre de esta técnica.
Tamara Falcó e Íñigo Onieva también están ultimando los detalles para mudarse a un ático en Puerta de Hierro, la urbanización madrileña donde ella se crio junto a su madre y el exministro socialista Miguel Boyer. La propiedad, valorada en 1,5 millones de euros, fue diseñada por el arquitecto de los famosos Joaquín Torres y construida por Kronos, grupo inmobiliario de lujo del que la aristócrata también es imagen. “Aún faltan cositas, pero estamos en ello”, dijo el día del desfile sobre su nueva casa, que cuenta con una terraza de 186 metros cuadrados con piscina privada. Desde allí, la marquesa puede contemplar los tejados de las residencias de los embajadores de Sudán y Kuwait, los de la antigua casa del mercader de armas hispano-libanés Abdul Rahman El Assir, y los de la mansión donde vive su madre, Isabel Preysler, desde 1992.
El ático está a tiro de piedra de la M-30, lo que le permitirá llegar al centro de Madrid en menos de 15 minutos para cumplir con sus rentables compromisos profesionales: eventos, desfiles, photocalls y alfombras rojas. Un personaje de su talla puede cobrar entre 3.000 y 4.000 euros por un post en Instagram y entre 30.000 y 50.000 euros por asistir a un acto social (previo pago).
Según fuentes consultadas por EL PAÍS, la aristócrata se podría haber embolsado más de medio millón de euros por la exclusiva de su boda, celebrada este verano en el castillo de su familia. Diversos medios han informado que Onieva podría haber cobrado una cifra similar por haber participado en el reportaje. Pero por ahora ella es quien genera más ingresos. En la presentación de su colección de ropa, contó que su marido, el nuevo marqués consorte, está “ilusionado con un proyecto de restauración en el que está trabajando mucho”. “Creo que va a salir muy bien”, dijo. Onieva planea invertir el dinero que ha ganado en estos meses en la remodelación del Café Gijón, un clásico del madrileño Paseo de Recoletos. Antes de ver el desfile de Pedro del Hierro, los periodistas le preguntaron a Falcó cuál era el secreto del éxito de su relación marital. La marquesa respondió que era la confianza: “Atarlo en corto, no creo que funcione”.
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