Así ha sido la Gala Starlite: de la visita exprés de Antonio Banderas a la subasta del vestido de Victoria Federica
El evento solidario organizado por el actor y Sandra García-Sanjuán ha cumplido su 14ª edición en una noche plagada de famosos en Marbella
Para Antonio Banderas hay dos citas ineludibles en Málaga: la Semana Santa y la Gala Starlite. Hasta tal punto es su compromiso con esta noche benéfica que el actor paralizó su rodaje en Londres para hacer acto de presencia anoche en la cantera de Nagüeles. Eso sí, solo por un día: llegó a Marbella el mismo domingo para no perderse la cita y este lunes a primera hora volaba de regreso a la capital británica, donde está inmerso en la grabación de Paddington Bear, película en la que interpreta a seis personajes. “Que participe este año en la gala ha sido un milagro. Tendría que estar trabajando, pero me han dejado venir. Es muy importante para mí estar aquí… son ya 14 años los que llevamos haciendo esto. Las personas nos hacemos mayores, pero las instituciones se consolidan. Y ayudar a las personas es la razón por la que estamos aquí esta noche”, afirmó el malagueño al inicio de la que ha sido la edición número 14 de la gala benéfica organizada por la Fundación Starlite.
Como es tradición, el pistoletazo de salida a una de las noches marbellíes que más famoseo concentra lo dio Banderas estampando su firma en un coche Ford, en esta ocasión un Ford Explorer 100% eléctrico. Junto a él estaban su pareja Nicole Kimpel, María Casado —”Este es el momento en el que empieza el verano”, dijo la presentadora, a apenas un par de semanas de dar a luz— y Sandra García-Sanjuán, coanfitriona del evento, con su marido, el empresario Ignacio Maluquer. Para esta edición Antonio Banderas dejó el esmoquin en el armario. Lo de llevar guayabera como dress code, dijo, fue idea suya después de muchos años de sudor. “Parece un congreso de presidentes sudamericanos”, bromeaba el actor desde el escenario al inicio de la velada.
Anoche había una temática: el Olimpo de los deseos cumplidos. “El concepto de la gala de este año nace un poco de que ya llevamos 14 años, teníamos unos sueños, unos deseos enormes de hacer cosas que realmente cambiaran realidades, y ahora ha llegado el punto de celebrar lo que hemos conseguido”, explica Sandra García-Sanjuán a EL PAÍS. La primera de estas citas benéficas la organizó en 2010 en un hotel de Marbella y 14 años después, poco queda de cómo empezó todo. “Yo soy la primera que tengo que agradecer mucho a la gala porque Starlite Festival nace de la gala. Con la motivación de organizar unos conciertos de artistas que se celebraran antes y después para que se quedaran a la noche benéfica. Y fíjate el proyecto empresarial que se ha creado sin haberlo pretendido”, recuerda. Sin haberlo pretendido, hoy el festival que ella dirige genera un impacto económico de más de 300 millones anuales.
Así que ellas debían llevar trajes largos de inspiración griega en color blanco o tonos pastel y ellos olvidarse del esmoquin o, al menos, llevarlo blanco —algo que no todos cumplieron—. Con mejor o peor acierto en sus looks, los invitados desfilaron por una de las alfombras rojas más variopintas del panorama español. Por allí pasaron actrices como Paula Echevarría, Santiago Segura o Cayetana Guillén Cuervo, toreros como Víctor Puerto y Finito de Córdoba, clásicas del verano en Marbella como Gunilla von Bismarck, el príncipe Hubertus von Hohenlohe, la exministra Reyes Maroto, Brigitte Nielsen —la que fuera la segunda esposa de Sylvester Stallone—, o habituales de la prensa rosa española como Carmen Lomana, Mónica Hoyos o Rocío Mohedano. También un año más hubo representación real: Victoria Federica posó, pero no habló. Fue la única que no atendió a las preguntas de los medios apostados en el photocall.
También posaron los premiados en la 14ª Starlite Gala por su labor filantrópica, compromiso social e implicación en diferentes proyectos humanitarios: el artista Domingo Zapata, Rosana —que se declaró feliz de recibir el primer premio de su vida que nada tiene que ver con su carrera como cantante—, el actor Miguel Ángel Silvestre, la modelo Esther Cañadas y el cantante Luis Fonsi —” No soy de hablar mucho... muchas gracias por ser parte de una noche así. Cuenten conmigo siempre, conmigo, con mi voz… usar las canciones para ayudar es lo más rico que tiene mi trabajo”, agradeció el premio el puertorriqueño—. Hubo dos premiados que se perdieron la noche: Mishel Gerzig y Thibaut Courtois, pues el portero del Real Madrid está pendiente de ser operado después de que el pasado jueves se rompiera el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. “Damos premios muy concretos a personalidades públicas que ponen a disposición su fama y su poder mediático para ayudar a los que más lo necesitan. Unos lo hacen creando una fundación, otros involucrándose en un proyecto o donando su arte. Creo que las personas cuando llegan a un nivel de realización tan alto como los que premiamos, tienen claro que tienen que dar de vuelta y lo hacen con una entrega desde el corazón. Y les hacemos un reconocimiento público, porque al ser referentes y tener tantos seguidores, al final con el ejemplo generan una dinámica. Eso es lo que buscamos, que sean un referente”, explica Sandra García-Sanjuán sobre cómo eligen edición tras edición a los agraciados de la noche.
A todos ellos se sumaron unas decenas de asistentes (en total, fueron unos 400) que pagaron 1.000 euros el cubierto para cenar entre famosos. El menú, diseñado por Goyo Catering, consistió en vieira ahumada, esencia de apio bola, sésamo y caviar de beluga; tartar de vaca Simmental deconstruido; taco de merluza con pepitoria de plancton y migas de mar; sorbete de margarita picante; y de postre, extrañamente, para ellas pavlova de mango y maracuyá y para ellos tarta de chocolate con frutos del bosque —más de una mujer acabó reclamando la tarta de chocolate—. Durante el ágape, la modelo Valeria Mazza y Carlos Latre ejercieron de presentadores de las actuaciones y la subasta benéfica. Entre las primeras, las de Luis Fonsi (que levantó a todo el auditorio con su Despacito, como seguro lo hace también en su concierto de este lunes en el festival), el oscarizado Christopher Cross, Julio Iglesias JR, el cantaor Kiki Morente y un fin de fiesta amenizado por Juan Peña.
Con las segundas, se recaudaron 334.500 euros. Entre los objetos de la puja, el cuadro Flores del actor Jordi Mollà, presente en la gala, por 31.000 euros; Antonio Banderas se llevó la escultura No Art Here, de Javier Calleja, por 35.000 euros; una guitarra y un cajón firmados por distintos artistas alcanzó los 45.000 euros… Paula Echevarría y Victoria Federica se subieron al escenario para subastar los vestidos que lucían: El Turronero pagó 6.000 euros por el Rosa Clará de la actriz y la puja por el look diseñador por Andrew Pocrid de la sobrina del Rey llegó a los 7.500. Un dinero al que hay que sumar el de la subasta silenciosa y el de la rifa (20 euros por papeleta), además de los 500 euros de toda persona que quiso subirse al escenario a hacerse una foto con todos los premiados.
Antonio Banderas y Sandra García-Sanjuán son un tándem imbatible de contactos, ideas y recaudación de fondos para sus respectivas fundaciones, Lágrimas y Favores (que toma el nombre de la cofradía del actor y que otorga becas para estudios universitarios en EE UU y Canadá, y colabora con Cáritas y con las fundaciones Cudeca, que favorece los cuidados paliativos en enfermos; y Corinto, con un economato social que ayuda a más de 1.000 familias en Málaga); y Niños en Alegría, con la que García-Sanjuán lleva ya más de 20 años trabajando en la apertura de escuelas en México. Según la página web de la Fundación Starlite, en todos estos años de gala llevan más de tres millones de euros recaudados. Pero esa cifra lleva tiempo sin actualizarse, según ella reconoce. “En septiembre inauguramos en México nuestra escuela número 26. Hemos intervenido 116 escuelas, por donde han pasado 75.000 niños. Hemos dado 2.400 cursos de capacitación a profesores”, detalla la empresaria sobre la labor filantrópica de su fundación. “La forma de sacar a la gente de la miseria es darles vidas dignas y oportunidades… cuando la vida te ha dado tanto a todos los niveles (tengo el mejor marido, una familia extraordinaria y amigos que no puedo pedir más...), no queda otra que dar de vuelta. Y es maravilloso ver que cuando focalizas los esfuerzos en la educación eso cambia la comunidad entera”. Hoy un alumno de la primera escuela que construyeron hace unos 20 años es el arquitecto de todos sus colegios.
“Al final la gala es una reunión de amigos, en el fondo todos somos personas que estamos todo el año en contacto y queremos transformar el mundo y aportar a la sociedad. Y la gala es un poco como la noche pública”, explica García-Sanjuán. Ella misma se encargaba de animar las pujas micrófono en mano e interpelando a muchos por su nombre. Ya lo avanzaba Carla Pereyra en el photocall: “Esta no es una noche más, es una noche que suma”.
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