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Sandra García-Sanjuán: “Starlite es el hijo que no he tenido”

La empresaria canaria, fundadora del macrofestival musical de Marbella, el más internacional, exclusivo y extenso del verano español, se considera “una conseguidora nata” que no acepta un “no” por respuesta

Sandra Garcia Sanjuan
Sandra García-Sanjuán, directora de Starlite.Bernardo Pérez Tovar
Luz Sánchez-Mellado

Quedamos en su oficina de Madrid, un local gigantesco y ultramoderno de estética garaje donde trabajan todo el año 50 personas, horas antes de que el equipo se desplace a Marbella todo el verano a bregar con el día a día, y el noche a noche, del macrofestival Starlite. Sandra García-Sanjuán, la jefa de todo esto llega en taxi, atacada de prisas, que no de nervios, cargada con tres perchas con otros tantos modelitos para que el fotógrafo elija con cuál la ve más favorecida. Cojea levemente. Hoy es su primer día sin muletas desde que se fracturara una pierna esquiando en abril. Lleva unas deportivas último grito de Stella McCartney y, como le resultan comodísimas, se ha comprado tres pares. Cuenta todo esto entre respuesta y respuesta en una conversación-río-metralleta en la que cuesta seguirle el ritmo. Despliega tanta energía y simpatía que agota solo escucharla.

Preséntese usted misma.

Soy una empresaria de la música, una apasionada de la vida, una entusiasta, una conseguidora nata, fiel creyente de que todo se puede lograr y de que los límites nos los ponemos nosotros.

¿Qué es un “no” para usted?

Es que no admito un “no”, ni un “esto es imposible”: siempre hay una vía. Si dejáramos a un lado miedos y limitaciones, alucinaríamos de lo que somos capaces. Ahora que lo dices, una vez me dijeron que no. Quise entrar en ICADE [exclusiva escuela de Derecho y Negocios], hablando alemán, inglés, francés y español. Hice todas las pruebas y no me cogieron. Me quedé chafada, fue mi primer “no”. Pero mi padre, que ya falleció [se emociona], me escribió una nota diciéndome: “Algún día se darán cuenta de lo que se han perdido”. La verdad es que ese “no” me vino bien, porque me hizo plantearme otras cosas y llegar donde estoy. Ahora me invitan a charlas y eventos de ICADE sin haber estudiado ahí.

Pero usted sabe también que hay quien quiere, pero no puede.

Soy consciente de ser una privilegiada. He tenido suerte, aparte de nacer en una familia acomodada de empresarios, haber estudiado fuera y, sobre todo, haber tenido una madre que creyó en mí, me empujó a hacer cosas y no me sobreprotegió. Aun así, a quien más admiro es a quien viene de abajo, porque tiene más recorrido. Así que yo me exijo mucho más. Me han dado mucha ventaja y se supone que tengo que dar mucho más de vuelta a la sociedad. Es mi reto.

¿Nunca ha pasado por un bache?

Sí, económicos y emocionales. El primer año de Starlite, mi marido [Ignacio Maluquer, empresario e ingeniero, inventor de un sistema de señalización luminosa de plazas de parking] y yo perdimos hasta la camisa y las pasamos canutas. Pero procuro aprender de las adversidades. Depende de nosotros con qué actitud nos tomamos las cosas y cómo aprovechamos las experiencias, el máster que nos da la vida.

¿Entiende a quien se deprime?

Yo he estado deprimida. A los veintipocos, pasé una racha que no me quería levantar de la cama, pero mi madre me ayudó a salir. Hace menos, mi marido estuvo en coma con covid y casi lo pierdo, pero me crezco en la adversidad. Cuando por fin se curó, podíamos habernos dado un año sabático y disfrutar de la vida, pero decidimos hacer Starlite ese verano, sabiendo que íbamos a perder salud y dinero, para ayudar a los músicos e ilusionar al público.

Pero Starlite no es una ONG. ¿El dinero nunca es suficiente?

El dinero es una consecuencia, no un fin. No quiero parecer superficial, pero, cuando tienes las necesidades cubiertas, es secundario. Decía que soy una conseguidora, pero aún no he logrado ser madre y Starlite es el hijo que no he tenido. Mi obra de trascendencia. Y también mi forma de hacer feliz a la gente. Tendrías que ver las caras de felicidad del público, es una experiencia alucinante.

No todos pueden pagarla.

Eso es un mito. Si lo planificas con tiempo, hay entradas desde 20 euros. Esto es como un avión, unos van en turista, otros en primera y a todo trapo, pero el viaje lo hacen todos.

Trabaja desde joven con celebridades. ¿Cómo se pastorean esos egos?

Los más fáciles son los más grandes, y los más difíciles, los mediocres, los de en medio, porque tienen la frustración de que creen que no les das su sitio. Los grandes agradecen que se les hable de verdad. Creo que tengo muchos amigos muy famosos, primero porque soy fácil de trato, y tratándolos, y segundo porque hablo muy claro. Muchas veces, el entourage que llevan alrededor les tergiversa la realidad y les hacen ver una que no es real.

¿Y el suyo? Su ego, digo.

Yo creo mucho en mis capacidades, si no, no te lanzas, pero no me creo más que nadie. Procuro no rodearme de palmeros. Los míos me ponen en mi sitio. Mi marido, mi familia, mis amigos de toda la vida. Y pido a mis colaboradores que me digan las verdades. Tengo la suerte de ser muy positiva, me parece una faena quien la tiene negativa. También te digo que creo que la gente pierde mucho el tiempo en lamentarse. La autocompasión y los miedos son drogas muy adictivas. El miedo es el mayor enemigo del ser humano: limita y empequeñece. Decidí hace mucho tiempo que mis elecciones son las mejores del mundo.

¿Y si la pifia?

Cambio de elección, pero si elijo estar con unas personas es porque me llenan, y si me decepcionan, no me interesan. Entre las opciones que tengo, elijo la que me hace más feliz, bailo con quien quiero bailar, no como esa gente que se empeña en hacer negocios solo por dinero que no les alimentan el alma, ni te inspiran ni te emocionan. Digamos que yo exploto mis dones.

Sandra García-Sanjuán en el diván de su oficina de Madrid, donde trabajan 50 personas en la organización del festival y la marca Starlite.
Sandra García-Sanjuán en el diván de su oficina de Madrid, donde trabajan 50 personas en la organización del festival y la marca Starlite.Bernardo Pérez Tovar

Banderas, Naomi Campbell, De Niro... Usted, con tanto amigo carismático, ¿detecta el carisma a ojo?

Sí. Me equivoco poco. El carisma es tener poder de inspiración. Esa gente que tiene una energía y una magia especial que transmite de tal manera que te hace sentir mejor a ti. ¿No te pasa que a veces te gustas más a ti misma estando con determinadas personas? El carisma es esa gente que admiras, te inspira y saca lo mejor de ti.

Entre la profusión de festivales musicales veraniegos, ¿Es el ‘postureo’ social el secreto de Starlite?

Para nada. El reto es sorprender. No es un festival, es una experiencia. De hecho, vendemos como churros el merchandising, la gente lo compra como una especie de relicario, de recuerdo de esa noche mágica. Copiar algo es muy fácil. Lo difícil es reinventarse cada año. Lograr el “guau” del público.

La veo pelín adicta al trabajo.

Lo soy, pero es que siento que esto no es trabajo. O sea, tú me preguntas si haría lo mismo sin ganar dinero y te diría que sí. Ya me buscaría yo la vida por otra parte a ver cómo me mantengo, pero haría lo mismo sin cobrar.

'LADY STARLITE'

Con su agenda de amigos se podrían montar películas, conciertos y desfiles de moda globales. Hija y nieta de hoteleros canarios, Sandra García-Sanjuán (Tenerife, 51 años) empezó desde muy joven a viajar por el mundo, entrevistar y frecuentar a celebridades y actos sociales, hasta que decidió juntar ocio y negocio en una agencia de contratación de famosos para marcas y eventos. Desde 2016, ha encontrado en el festival Starlite de Marbella, en el que recibe a sus amistades sobre y bajo el escenario, el destino ideal de su don de lenguas, de emprendimiento y de gentes. Este año, Starlite, inaugurado el pasado 21 de junio por Cat Stevens, acogerá hasta el 2 de septiembre a más de 60 artistas del panorama nacional e internacional como Rod Stewart, Black Eyed Peas o Ricky Martin.



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Sobre la firma

Luz Sánchez-Mellado
Luz Sánchez-Mellado, reportera, entrevistadora y columnista, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y publica en EL PAÍS desde estudiante. Autora de ‘Ciudadano Cortés’ y ‘Estereotipas’ (Plaza y Janés), centra su interés en la trastienda de las tendencias sociales, culturales y políticas y el acercamiento a sus protagonistas.

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