Ana Obregón presenta ‘El chico de las musarañas’ en Madrid: “Está escrito por una madre con el corazón mutilado”
La actriz y presentadora ha regresado a España con su nieta, Ana Sandra, de la que ha evitado hablar en la rueda de prensa pero que se ha convertido en la protagonista del evento: “Lo que me importa es el milagro de abrazar un trocito de cielo”
El nacimiento de Ana Sandra Obregón ha sido, sin duda, una de las noticias más mediáticas e inesperadas del año. A mediados del pasado marzo, saltó la noticia de que la actriz, presentadora y productora Ana Obregón (Madrid, 68 años) se había convertido en madre por vientre de alquiler en Estados Unidos, práctica ilegal en España. Una información que ella matizaba pocos días después, con una exclusiva en ¡Hola! en la que anunciaba que ella era la abuela de la pequeña, hija biológica de su hijo, fallecido en 2020. De aquel momento han pasado ya casi tres meses y Obregón no ha dejado de acaparar portadas y titulares: primero, saliendo de la clínica de Miami en la que había nacido su hija; después, presentando al mundo a la pequeña; a eso le siguió sus paseos por las calles de la ciudad de Florida y la semana pasada su regreso a España. Y este miércoles 7 de junio por la rueda de prensa en la que ha presentado su libro, El chico de las musarañas (HarperCollins, 2023). El mismo del que el próximo domingo, 11 de junio, firmará ejemplares en la última jornada de la Feria del Libro de Madrid. “Han sido nueve meses encerrada en esta obra. Está escrito por una madre con el corazón mutilado. Es un canto a la vida y un canto a la muerte. Es un homenaje a todos los valientes que con coraje luchan por vivir. Es una lección de vida”, ha defendido en la rueda de prensa.
Aless Lequio, hijo de Obregón y Alessandro Lequio, comenzó a escribir la novela cuando le diagnosticaron cáncer en 2018, pero nunca llegó a terminarla. Lo hizo su madre por él. Fallecería en mayo de 2020, después de sufrir una recaída en febrero de ese mismo año. Desde entonces, la presentadora se ha encargado de continuar con el legado de su único hijo y de cumplir sus deseos: escribir un libro, crear una fundación y tener un hijo con 30 años. Solo una semana después de que se conociese el nacimiento de la pequeña Ana a través de la portada de una revista, la actriz confirmaba lo que hasta ese momento había sido motivo de especulaciones: biológicamente es su nieta, pero legalmente asegura que es su hija. “Esta fue la última voluntad de Aless, la de traer un hijo suyo al mundo. Cuando crezca le contaré que su padre fue un héroe, para que sepa quién es y lo orgullosa que tiene que estar de él”, explicaba Obregón a la revista ¡Hola! en abril. Un nacimiento que no ha pasado desapercibido en la novela, que ocupa algunas de las últimas páginas.
Para la presentación de El chico de las musarañas ha escogido uno de los hoteles más exclusivos de Madrid: el hotel Westin Palace. Un séquito de periodistas y fotógrafos —que también han estado días apostados en las puertas de su casa en la capital— ha acompañado a la presentadora en uno de los días más especiales y tensos de este último año. Por primera vez, Obregón se enfrentaba directamente a la prensa española que lleva en busca de sus declaraciones desde que saltó la noticia del nacimiento de Ana.
Puntual a su cita con los medios, ha llegado a la sala donde le esperaban decenas de medios de comunicación acompañada de su representante, Susana Uribarri. Para la ocasión, ha escogido un vestido muy colorido acorde con el dulce momento que está viviendo. Primero, la actriz ha posado para los medios gráficos en un photocall. Su cara de sorpresa al ver el séquito de periodistas que esperaba su llegada lo ha dicho todo: “¿Pero qué es esto?”, ha exclamado al entrar.
La presentadora ha pasado después a la sala contigua donde se ha realizado la presentación oficial entre aplausos e incluso gritos de algunos seguidores, que le han traído un ramo de flores blanco: “Guapísima”. Ha tardado apenas dos minutos en emocionarse tras ver imágenes en pantalla de su hijo. “En 40 años no he visto tantas cámaras y tantos medios y os lo agradezco de corazón”, ha dicho antes de presentar el libro, que ya va por su cuarta edición.
En total, ha sido más de una hora de presentación en la que ha repetido constantemente la falta de sueño de estas últimas semanas: “Es por el jet lag y los biberones”. Aunque en la convocatoria de prensa se especificaba que no se podía preguntar por nada que no estuviese escrito en el libro, la bióloga —que ha seguido recalcando que “solo iba a hablar del libro”— ha contado algunos detalles de todo el proceso que está viviendo ahora con su nieta: “Entiendo que queráis saber de mi nieta, mi princesa. Pero estoy aquí para hablar del libro y es un homenaje. Anita está increíble. Yo ya he cumplido los tres deseos de mi hijo. Allá donde esté, seguro que está feliz. Ojalá estuviese aquí”.
Una de las cuestiones que ha copado la mayor parte de las preguntas de la prensa ha sido sobre los vientres de alquiler y la llegada de su nieta. Ante las críticas, ha dicho, “cosquillas”. “Cuando tienes que enterrar a un hijo... ¿Crees que hay algún dolor que te pueda hacer más dolor? Mi hijo quería tener cinco hijos, ya tengo una nieta y no quiero tener más, que quede claro. Lo que me importa es el milagro de abrazar un trocito de cielo”, ha subrayado.
Obregón se ha atrevido a contar algo que hasta ahora no había dicho: en su primera reunión con el equipo editorial de HarperCollins recibió una supuesta llamada de su hijo fallecido. Cuatro de las personas que estaban con ella en ese momento han corroborado el suceso. “Es lo que me dio fuerzas [para escribirlo], porque es lo que quería mi hijo”.
Ha repetido hasta en cinco ocasiones que ella no es escritora, pero sí lo iba a ser su hijo: “Yo soy bióloga. Pero cuando haces las cosas con el corazón, transmiten. He hecho un desnudo emocional, de alma y cuerpo. No he sido capaz de releerlo, porque ya escribirlo ha sido bucear en momentos y emociones horribles. Anita estará muy orgullosa de leer este libro”. Ha contado cómo incluso, durante el proceso de escritura, llegó a romper el ordenador: “Fue por las lágrimas que me caían. Ha sido una catarsis”.
No ha sido la primera vez que Obregón ha relatado sus pensamientos suicidas tras la muerte de Aless Lequio, pero sí cuando lo ha explicado con más detalle: “No me separé de mi hijo en los cuatro meses que estuvo ingresado. Primero fui al tercer piso y lo tenía claro. Luego me cambié al séptimo. El suicidio es una cobardía. Siempre hay un rayito de luz, es algo que me dijo el padre de Aless, el abuelo de Anita”, ha dejado claro.
También ha habido tiempo para hablar de Alessandro Lequio, padre de su hijo: “Tu nieta te está esperando en casa porque quiere conocer a su abuelo. No puedo obligar a nadie, pero sé que a Aless le haría ilusión que conociese a su hija”. Mientras Ana Obregón estaba en la rueda de prensa, Alessandro Lequio la veía y hablaba en El Programa de Ana Rosa, espacio en el que colabora. “Lo único que voy a decir es que cada uno lleva las cosas como quiere y como puede. Pero me parece tremendo que haya personas que digan que esta es una historia maravillosa. Que un chico de 27 años muera es una historia de terror. Una historia del peor de los terrores”, comentaba evidentemente emocionado mientras se emitían las imágenes de Ana Obregón. Después añadía: “Es un libro que no tiene nada que ver con las pocas páginas que mi hijo dejó escritas”.
Sin estar en la sala, Ana Sandra ha sido la protagonista indiscutible de la cita. Preguntas y respuestas que, aunque en un principio rehuía, siempre ha terminado respondiendo: “A Anita le hablo de su papá. Cuando yo no esté va a estar superprotegida”. Ha explicado que quería que el mundo se enterase de la noticia a la vez que se publicase el libro, pero la persecución de los medios opacó su deseo. No ha cerrado la puerta a la producción de una película basada en el libro: “Sería un guion de una película muy inspiradora, con un final de luz”.
Desde el nacimiento de su hija, Obregón se ha mostrado mucho más activa en redes sociales —en su cuenta de Instagram acumula más de un millón de seguidores—, publicando cada poco tiempo nuevas imágenes de la pequeña Ana y de Aless. La propia actriz reconocía haber vuelto a nacer el día en el que su segunda hija nació. Hasta ese momento, estuvo meses sumida en una etapa de oscuridad tras el fallecimiento de Aless Lequio. “Ahora es mi obligación estar feliz para ella y, además, mi estabilidad emocional, ahora mismo, depende de ver crecer feliz a esta niña”, defendió en la entrevista con su revista de cabecera. Algo que hoy ha vuelto a confirmar.
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