El príncipe Enrique asegura que su hermano Guillermo le agredió físicamente

El príncipe de Gales, Guillermo de Inglaterra, fue incapaz de contener la rabia que le provocaba el modo en que su cuñada, Meghan Markle, había irrumpido en la vida de la familia real inglesa y acabó llegando a las manos con su hermano Enrique. Es el primer episodio revelado de la biografía del duque de Sussex, Spare (título que será traducido en su versión en castellano como En la sombra), que se publica el próximo martes 10 de enero. A pesar de que la editorial ha tratado de controlar al máximo nivel que no haya filtraciones de su biografía, los medios británicos llevan semanas especulando sobre su contenido e intentando hacerse con una copia. The Guardian se ha adelantado al resto, y este jueves 5 de enero ha contado en exclusiva el enfrentamiento entre los hermanos.

Ocurrió en Nottingham Cottage, la vivienda que forma parte del complejo del palacio de Kensington, en Londres. El año, 2019, meses antes de que los duques de Susssex anunciaran su decisión de renunciar a sus tareas públicas como miembros de la casa de Windsor y mudarse a Norteamérica. Los medios aireaban ya profusamente la tensión entre las parejas de Guillermo y Kate, y Enrique y Meghan.

El duque de Sussex, de 38 años, escribe en sus memorias que durante un desacuerdo en la cocina de su casa de Londres, Guillermo, de 40 años, llamó a su esposa Meghan Markle “difícil”, “grosera” y “áspera”, antes de derribarlo al suelo, mientras ambos seguían discutiendo, revela The Guardian. “Me agarró por el cuello (de la camisa), arrancó el collar, y me tiró al suelo. Aterricé sobre el cuenco del perro, que se rompió bajo mi espalda”.

La iniciativa para tener una conversación sobre “la catástrofe desplegada” en torno a la relación de ambos y los conflictos con la prensa había partido de Guillermo —siempre según el relato publicado—, pero, al llegar a la residencia, el hermano mayor ya “echaba humo”, escribe Enrique en su libro. Comenzó a quejarse sobre Meghan, y Enrique le reprochó que se estaba haciendo eco del relato mantenido por la prensa sensacionalista, y que esperaba algo mejor de él. Enseguida pasaron a los gritos y a los insultos. Enrique ofreció a su hermano un vaso de agua para que se calmara, pero la discusión continuó hasta que Guillermo le agarró por el cuello.

“Los trozos rotos del cuenco del perro me provocaron cortes en la espalda. Me quedé en el suelo por un momento, anonadado, hasta que me levanté y le pedí que se fuera”, cuenta el duque de Sussex. “No hace falta que se lo cuentes a Meg”, dijo después el hermano mayor con gesto de arrepentimiento. “¿Quieres decir que me atacaste?”, le contestó Enrique. “No te ataqué, Harold”, respondió Guillermo, utilizando un apodo familiar con el que se refiere siempre a Enrique.

La última revelación sobre su tumultuosa relación se suma a los comentarios sobre su acalorada discusión que Enrique de Inglaterra ya reveló en uno de los seis capítulos de la docuserie que ha grabado con su esposa para Netflix. En el quinto episodio de Enrique y Meghan, el hijo menor de Lady Di recuerda los gritos de su hermano durante una reunión de urgencia celebrada en Sandrigham el 13 de enero de 2020 para decidir sobre el futuro de la pareja. “Fue horrible tener a mi hermano gritándome y a mi padre diciéndome cosas que sabía que no eran ciertas y a mi abuela allí sentada en silencio, asimilándolo todo”, explica Enrique sobre el momento que supuso la ruptura definitiva con Guillermo. “Lo más triste fue la brecha que se creó entre mi hermano y yo. Ahora él está del lado de la institución y lo entiendo. Es su legado, él hasta cierto punto ya tiene arraigado que parte de su responsabilidad es que esta institución sobreviva y continúe”, explica mirando a cámara.

Muertes en Afganistán

Enrique de Inglaterra aborda también por primera vez en su libro de memorias, según se ha filtrado también este jueves, el número de combatientes talibanes que fallecieron durante las operaciones en las que participó en la guerra de Afganistán. El nieto de Isabel II fue enviado al conflicto en dos rondas: 2007-2008 y 2012. Fue en la segunda, confiesa ahora, como piloto del helicóptero Apache, cuando llegó a matar en acción de guerra a 25 soldados talibanes. “No es un hecho que me llene de satisfacción, pero tampoco me avergüenza”, asegura Enrique, que consideraba en esos momentos a los enemigos “más como piezas de ajedrez que como personas”.

Durante su segunda misión, el duque de Sussex permaneció en el Campamento Bastión, en la provincia de Helmand, durante 20 semanas. “En la era de los Apache y los ordenadores portátiles”, asegura en el libro, es posible decir “de modo exacto” el número de insurgentes que llegó a eliminar durante las operaciones en las que participó. “Y no tengo miedo de ese número, que en mi caso fue de 25″, añade.

Las revelaciones de los duques de Sussex sobre su difícil relación con la familia real británica y los motivos de su marcha en 2020 no dejan de sucederse mientras el rey Carlos III se prepara para su coronación, que tendrá lugar el próximo 6 de mayo tras la muerte en septiembre de su madre, la reina Isabel II, a los 96 años.

En extractos de una entrevista televisiva que se ve a emitir el próximo domingo en ITV, en el Reino Unido, y en la cadena CBS de Estados Unidos, justo dos días antes del lanzamiento del libro, Enrique asegura que quiere “una familia, no una institución”. “Me gustaría recuperar a mi padre. Me gustaría recuperar a mi hermano”, dice. Lo que apuntan muchos medios británicos, en cualquier caso, es que en su autobiografía quien peor parado sale de toda su familia es Guillermo. Por el momento, nadie de los Windsor se ha pronunciado sobre las revelaciones de los duques de Sussex y la docuserie de Netflix —en las que llegan a asegurar que muchas de las noticias negativas sobre ellos salieron de informaciones del propio palacio de Buckingham—, ni sobre los adelantos de la próxima entrevista televisiva de Enrique o sobre los fragmentos que se van conociendo de su libro. Está por ver si cuando se revelen en su totalidad, su posición de silencio cambia.