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Matthew Perry se gastó nueve millones de dólares en desintoxicarse del alcohol y las drogas

El actor ha revelado los detalles de sus adicciones y su paso por rehabilitación en una reciente entrevista en el diario ‘The New York Times’ con motivo de la publicación de sus memorias

Matthew Perry
El actor Matthew Perry en la fiesta de la CBS, CW y Showtime en el año 2015 en Hollywood, California.Axelle/Bauer-Griffin (FilmMagic)
El País

Cuenta Matthew Perry en sus memorias Amigos, amantes y aquello tan terrible, que publicará en España la editorial Contraluz el 17 de noviembre, que después de rodar el momento en el que su personaje, Chandler Bing, se casa con Monica Geller, interpretada por Courteney Cox, el actor fue inmediatamente conducido a un centro de rehabilitación: “Me casé con Monica y me llevaron de regreso al centro. En el punto más alto de Friends, el punto más alto de mi carrera, el momento más icónico del programa más icónico”. Durante la década en la que Friends se convirtió en una de las series más memorables de la televisión, la vida privada de sus seis protagonistas traspasó a la de sus personajes en la pequeña pantalla, y los problemas de adicción del actor se convirtieron en un secreto a voces debido a su fama, pese a los intentos, tanto suyos propios como de su equipo, de manejarlos con discreción. Ahora, Perry publica una explícita biografía en la que habla con todo detalle de sus adicciones al alcohol y a las drogas, y en una reciente entrevista en The New York Times ha revelado la cifra que le ha costado su sobriedad: “Probablemente, me he gastado nueve millones de dólares o así”, ha estimado.

Perry, de 53 años, es consciente de que la mayoría de los adictos no tienen ese privilegio económico, pero sí tienen “el regalo del anonimato”. El actor lamenta que sus peores momentos hayan salido a la luz mediante fotografías, crónicas o columnas, e incluso en algunos casos, hayan llegado a ser motivo de mofa o de burla. “Mi caso sugiere que todavía existe un enorme estigma en torno a las adicciones, y que todavía nos tenemos que esconder”, ha declarado a The New York Times.

Cuando Matthew Perry empezó a rodar Friends, en septiembre de 1994, tenía 24 años. Según relata en sus memorias, en aquella época comenzaba a tener un incipiente problema con el alcohol. “Podía manejarlo, más o menos. Pero, a los 34 años, ya estaba metido en un montón de problemas”, admite. Durante esa década sus cambios físicos fueron evidentes para todos los que siguieron la serie, en la que el actor era motivo constante de escarnio público porque perdía y ganaba peso en cada temporada. Fue una época compleja, donde el intérprete estaba consiguiendo todo lo que siempre había deseado y, al mismo tiempo, luchaba constantemente por mantener su sobriedad y no echarlo todo a perder.

El propio Perry ha revelado el importante papel que jugaron sus compañeros de reparto hasta alcanzar la sobriedad: en una ocasión, la actriz Jennifer Aniston (que interpretó a Rachel Green) se presentó en su camerino y, según confiesa, “de una forma un tanto extraña, pero muy cariñosa”, le dijo que el grupo sabía que estaba bebiendo de nuevo. “Podemos olerlo”, dijo Aniston. En otra ocasión, el casting al completo le hizo una intervención en su camerino. En palabras de Lisa Kudrow, quien daba vida a Phoebe, y que también participa en el reportaje en el medio estadounidense: “Quiero mucho a Matthew. Somos una familia. Básicamente, como decía la canción de la serie, siempre estaré ahí para él”.

En septiembre de 2018, Matthew Perry estuvo a punto de morir. La noticia de su hospitalización, que se prolongó durante varios meses, trascendió a los medios, donde se informó que había sido sometido a una operación quirúrgica debido a una perforación gastrointestinal. Pero la realidad era otra: había pasado dos semanas en coma y cinco meses en el hospital y tuvo que vivir pegado a una bolsa de colostomía durante nueve meses cuando su colon estalló por el consumo excesivo de opioides. Fue durante aquel periodo en el hospital cuando el actor comenzó a escribir sus memorias: “Fue duro enfrentarse a todo eso”, ha asegurado, “pero cada vez que me encontraba con algo que no quería compartir, pensaba en las personas a las que ayudaría y eso me mantenía en marcha”.

El intérprete sabe que su libro terminará en la sección de autoayuda en la mayor parte de las librerías, pero también es consciente de su nombre y su fama y aspira a poder ayudar a otras personas que estén pasando por su situación. La dedicatoria de sus memorias no deja lugar a dudas: “Para todos aquellos ahí fuera que estéis sufriendo. Sabéis quiénes sois”.

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