Está bien que el presidente dé ejemplo y se desprenda de su corbata y que el Rey le acompañe en la gesta durante el almuerzo. En vez de ridiculizar la medida, busquemos alternativas. Ampliemos miras y revisemos nuestros armarios
Pedro Sánchez, sin corbata, comparece tras su reunión con el rey Felipe VI, en el palacio de la Almudaina (Mallorca), el pasado 2 de agosto de 2022.Isaac Buj (Europa Press)
En la batalla, han salido a la luz todos nuestros eternos conflictos con el estilo, el buen vestir y el clima. Está bien que el presidente dé ejemplo y se desprenda de su corbata y que el Rey le acompañe en la gesta durante el almuerzo. En vez de ridiculizar la medida, busquemos alternativas. Ampliemos miras y revisemos nuestros armarios, que hay mucho dentro. Probemos con corbatas y trajes que cubran menos y hechos con tejidos más livianos. Nudos menos agobiantes. Eso sería realpolitik. ¿Por qué no recuperar el abanico corto de varón, tan presente en los toros? Que se despliega con un gesto seco, sobrio y se agita una sola vez, sin nervios para que no fastidie virilidad alguna. Hagamos lo mismo con el sombrero y su sombra: de ala justa, materiales nobles y sostenibles. Y llamarlo sombrero y no gorro. ¿Cómo vamos a seguir vistiendo de oscuro en bodas a 45 grados a la sombra, con calzado negro y calcetines, existiendo el gris perla y el rosa palo? Y, si las bodas son ya una celebración desacomplejada del orgullo heterosexual, ¿por qué no recurrir a unas bermudas, buenas sandalias y pedicura profesional? La chilaba resulta inconveniente porque está demonizada. Pero podríamos acortarla y encontraríamos la guayabera, que García Márquez ennobleció al vestirla para recoger su Nobel de Literatura. Aceptemos, pues, la propuesta del alcalde de Málaga, la ciudad de Marisol y Antonio Banderas, para usarla en los jaleos oficiales.
La Cartoixa de Valldemossa ha sido el lugar elegido por la Familia Real para hacer su primera aparición al completo durante sus primeros días de vacaciones en Mallorca. El rey Felipe VI, la reina Letizia y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, han visitado en la tarde de este lunes 1 de agosto el conjunto monumental de la Cartuja de Valldemosa, en plena Serra de Tramuntana, donde han conocido de primera mano los detalles del lugar que acogió durante el invierno de 1839 al músico Frédéric Chopin y la escritora George Sand.Ballesteros (EFE)Convertido en uno de los lugares más visitados por los turistas que llegan a la isla balear, La Cartoixa se enclava en el centro del municipio de Valldemossa. El conjunto concentra una iglesia, un museo, dos torres y la zona de las antiguas celdas de los monjes que a finales del siglo XIX se convirtieron en estancias confortables en las que sus propietarios alojaron a artistas y escritores como Rubén Darío o Miguel de Unamuno.Ballesteros (EFE)Con su aparición ante los medios de comunicación (este verano, ya sin mascarilla) durante esta visita cultural, es el tercer año consecutivo en el que la Familia Real evita el clásico posado en los jardines del palacio de Marivent, su residencia de verano en Mallorca, y el saludo oficial ante la prensa.Ballesteros (EFE)La historia de este monumento se remonta al siglo XIV. El rey Jaime II tenía un hijo que sufría asma, Sancho I. En el año 1309, para intentar aliviar el mal de su hijo, mandó construir en Valldemossa un palacio donde pudiera vivir Sancho, ya que creían que el clima del lugar le podría ayudar a calmar su dolencia. Durante algunos años este palacio sirvió de residencia real, es decir, de casa de los reyes de Mallorca.Raúl Terrel (Europa Press)La Cartoixa de Valledemossa sería refugio años más tarde para el pianista polaco Frédéric Chopin, su pareja la escritora George Sand y los hijos de esta cuando el matrimonio llegó a la isla balear a finales de 1838 con el objetivo de mejorar la salud del compositor. Sin embargo, el duro invierno de aquel año empeoró su situación, agravada por una tuberculosis que le fue diagnosticada en la isla, lugar que abandonaron en febrero de 1839. Sus vivencias quedaron plasmadas en el libro de Sand ‘Un invierno en Mallorca’. Ballesteros (EFE)Recibidos por los vecinos, y acompañados por autoridades municipales y representantes del Gobierno balear (en la imagen, junto a la presidenta de las islas Francina Armengol), los Reyes y sus hijas han empezado la visita como si fueran unos turistas más: han comenzado por los jardines, donde se han detenido para ver las vistas del valle, y después han seguido al interior de la cartuja.Raúl Terrel (Europa Press)La Familia Real en una imagen durante su visita por las dependencias de la Cartuja de Valldemosa.EFEEsta ha sido la primera aparición en la isla de la princesa Leonor y su hermana, la infanta Sofía. Ambas llegaron a Mallorca el pasado domingo junto a su madre, la reina Letizia. La última vez que se las vio en un acto oficial el pasado 25 de julio en Galicia, con motivo del Día del Apóstol Santiago. Uno día antes, Leonor y Sofía de Borbón protagonizaron su primera acto oficial fuera de España cuando viajaron a Londres para apoyar a la selección femenina de fútbol.Ballesteros (EFE)En sus días de descanso en la isla, los Reyes tienen la costumbre de visitar alguna localidad o paraje de importancia cultural con sus hijas. El año pasado estuvieron en el Centro de Interpretación del Paraje Natural de la Sierra de Tramuntana, ubicado en el municipio de Escorca, y visitaron el Santuario de Lluc con motivo del décimo aniversario de su declaración como patrimonio mundial de la Unesco. En 2020, los cuatro recorrieran las calles de la localidad mallorquina de Petra y visitaron la casa natal de fray Junípero Serra, fundador de misiones en California en el siglo XVIII.EUROPA PRESS (Europa Press)Tras su visita a la Cartuja y su posado ante los medios, los monarcas y sus hijas se han acercado a saludar a numerosos ciudadanos que les esperaban en las terrazas de diversos bares y restaurantes. Posteriormente, los cuatro han iniciado un recorrido por calles del municipio mallorquín.DPA vía Europa Press (Europa Press)El rey Felipe VI, la reina Letizia y la princesa Leonor se han acercado a saludar a algunos de los curiosos que esperaban su llegada a la localidad mallorquina.Ballesteros (EFE)La agenda de la Familia Real en Mallorca arrancó la semana pasada cargada de eventos tras la llegada del Rey a la isla el jueves, 28 de julio. La asistencia de Felipe VI a las regatas del Club Náutico de Palma por la Copa del Rey de Vela se combinan, como cada año, con otros actos de carácter oficial como las audiencias que el pasado viernes ofreció a las principales autoridades políticas de Baleares en el palacio de La Almudaina. Ballesteros (EFE)La Reina —que para la ocasión ha elegido una falda a medida de la firma Pablo Erroz— y sus hijas llegaron este domingo a Mallorca. En su primer día en la isla, doña Letizia presidió esa misma noche su primer acto en solitario, en la clausura del Atlántida Film Festival, el certamen cinematográfico celebrado en Palma durante los últimos diez días y que entregó uno de sus galardones a la actriz francesa Isabelle Huppert. Ballesteros (EFE)Este año, además, los Reyes han recuperado algunos actos que tuvieron que suspender los dos últimos veranos por la pandemia, como la multitudinaria recepción a las principales autoridades de las islas y a una representación de la sociedad civil, que se celebrará el próximo jueves 4 de julio con un importante cambio de escenario. Por primera vez, la recepción saldrá del palacio de La Almudaina para llenar los jardines del palacio de Marivent, que permanecen siempre cerrados durante su estancia en la isla. Un acto al que suele asistir también la reina emérita Sofía, que llegó a Mallorca hace unas semanas, y que se ha convertido en el santo y seña de los actuales monarcas, que a su llegada al trono suprimieron la cena de gala que durante más de 30 años ofrecieron los reyes Juan Carlos y Sofía ofrecían a una cincuentena de autoridades. Raúl Terrel (Europa Press)El tradicional despacho veraniego con el presidente del Gobierno también cambia de escenario y tendrá lugar este martes en el palacio de La Almudaina de Palma. Está previsto que el Monarca reciba a Pedro Sánchez a partir de las 12.15, en un encuentro que habitualmente se prolonga durante una hora, tras la que Sánchez ofrecerá una rueda de prensa. Se desconoce si posteriormente, como cada año, se quedará a almorzar con el Rey antes de poner rumbo a un paréntesis veraniego. Raúl Terrel (Europa Press)
La guayabera, como el churrigueresco, es uno de esos raros aportes del colonialismo, de la mezcla de culturas. Y, desde su origen, en el españolísimo océano Pacífico, se ideó como una especie de camisa-joya, capaz de ir de un pícnic a un palacio. Del campo de caña al salón señorial. Viste al campesino y alivia al terrateniente. No tiene por qué ser blanca, puede ser marfil o almendrada. Y no le sienta mal el color, siempre y cuando no se exagere el pastel con lo tropical.
Algo que nos pasa mucho en los países latinos. También es producto de vivir con tantísimo sol. Los colores son tan nítidos, evidentes en nuestra cotidianidad, que a veces preferimos que sean adoctrinados por ideologías. Cada color tiene una variante, así como hay naranja, existe el papaya. Y como no hay salmón, hay coral. Rosa chicle y rosa palo, siempre hay declinaciones dentro de cada color. No todo es verde, también hay lima. ¡Bien hallado sea Brad Pitt! El actor este verano ha abrazado el color ácido y lo pasea por el mundo entero promocionando su nueva película. Eso sí que es una verdadera demostración de política para adultos y de apoyo a la sostenibilidad: aislar al color de la mediocridad. Por más que se empleen en banderas, los colores son libres.
Brad Pitt, con un traje color verde lima, llega al estreno de la película 'Bullet Train' en los Ángeles, California, el pasado 1 de agosto de 2022. DAVID SWANSON (Reuters)
Una vez que descubres la guayabera, esa diversidad amplía horizontes y puedes llegar a conocer la existencia del polo fino de manga larga, que no solo estiliza sino que aporta pulcritud y orden, ingredientes esenciales para cualquier política de adultos. Cada vez que llega el verano, y se plantean todos estos dilemas de estilo, buen vestir y relajación obligada por las temperaturas, recuerdo a los dos hombres más elegantes que he conocido, Leopoldo Rodés y Reinaldo Herrera, que siempre me recomendaron huir de la manga corta. Y de la sudadera, que es muy de Silicon Valley. Por su parte, Herrera siempre insiste en que, al menos para cenar, es preferible vestir chaqueta. Y nunca quitártela para colgarla en el respaldo de la silla. Reglas de elegancia y vestir. Estilo. Eso para mí es política para adultos.
El escritor colombiano y premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez posa con una guayabera en Cartagena (Colombia), el 20 de febrero de 1991. Ulf Andersen (Getty Images)
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