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La semana ‘horribilis’ de Meghan Markle: del ictus de su padre a las críticas tras su visita a Uvalde

La imagen de la esposa de Enrique de Inglaterra está en la palestra cuando quedan escasos días para su retorno al Reino Unido, dos años después de su salida de la familia real británica

Meghan Markle
Meghan Markle, duquesa de Sussex, en los Juegos Invictus celebrados en La Haya, Países Bajos, en abril de 2022.Chris Jackson (Getty Images)
María Porcel

Meghan Markle está viviendo unos días, cuando menos, complicados. La esposa de Enrique de Inglaterra podría estar en un momento dulce, cuando su hija pequeña está a punto de cumplir un año y ella va a regresar al Reino Unido para formar parte de los festejos del Jubileo de Platino de Isabel II. Sin embargo, una serie de acontecimientos ocurridos estos días han puesto en jaque a la duquesa de Sussex. Una situación delicada en la que su imagen pública, ya de por sí nada fácil de manejar, puede verse todavía más perjudicada.

El primer golpe le sobrevino hace una semana. Fue el lunes 23 cuando su padre, Thomas Markle, fue hospitalizado a causa de un ictus que le ha dejado temporalmente sin habla. El antiguo director de fotografía de 77 años vive en Rosarito, México, y tuvo que ser trasladado de urgencia a San Diego (California), a menos de una hora de distancia. Por allí han pasado a verlo dos de sus hijos, Thomas Markle Jr., que vive en Oregon, a 11 horas de distancia, y también Samantha, pero no Meghan, que vive a tres horas de allí. Su relación lleva años siendo fría, y él llegó a pedirle ayuda a la reina de Inglaterra para su reconciliación.

Dicen las siempre bien enteradas fuentes de palacio que la duquesa, de 40 años, está preocupada por su padre, y que le gustaría arreglar los problemas que les mantienen distanciados desde hace cuatro años, cuando se casó y él no puedo acudir a la boda tras sufrir un infarto y someterse a una cirugía cardíaca. Pero por el momento ni los paparazis ni las cámaras de Netflix que siguen a los duques durante los últimos meses para retratarles para un futuro documental de la plataforma han captado a la duquesa allí. Su hermana Samantha, eternamente crítica con ella, no ha dudado en acusarla de “negligente”. “Dos ataques al corazón, una pandemia y ahora un ictus. Y ninguno de nosotros ha sabido nada de Meghan en este tiempo”, comentaba en un programa estadounidense, acusándola de que no le quedaba “demasiado tiempo” para ver a su padre: “Tendrá que vivir con ello el resto de su vida”.

Incluso aunque Markle hubiera querido ser discreta con respecto a esa visita, es muy posible que los fotógrafos apostados a la puerta del hospital la hubieran cazado, a la entrada o a la salida. Pero no siempre la duquesa ha querido mantener un perfil bajo, algo que también le ha pasado factura. Así le ocurrió la semana pasada en Uvalde, Texas, la ciudad donde fueron asesinados 19 niños y dos profesoras el pasado martes. La esposa de Enrique de Inglaterra acudió hasta el pueblo de Texas, a más de 2.400 kilómetros de su casa, para mostrar sus condolencias a las familias y donar alimentos y sangre.

Meghan Markle deja un ramo de flores en el memorial por las víctimas del tiroteo de Uvalde, Texas. el jueves 26 de mayo de 2022.
Meghan Markle deja un ramo de flores en el memorial por las víctimas del tiroteo de Uvalde, Texas. el jueves 26 de mayo de 2022.Jae C. Hong (AP)

Un gesto que muchos han visto como demasiado temprano —ni siquiera había viajado hasta allí el presidente Joe Biden, que llegó el domingo— e incluso con tintes oportunistas. Las imágenes de la duquesa inclinada ante el memorial por las víctimas del tiroteo —el 27º de este año; ella no había acudido a ninguno otro antes— han llenado los diarios y las redes sociales, pero también han sido filmadas, como explican algunos expertos, por esas mismas cámaras de Netflix que ahora les acompañan a todas partes. Como escribe Daniela Elser, periodista especializada en la familia real desde hace más de 15 años, “no cabe duda de lo auténticos o fuertes que son sus sentimientos. Lo que resulta profundamente problemático es que ese viaje se parece terriblemente a un intento de apuntarse a una tragedia inimaginable para ganar puntos para sus relaciones públicas”. La experta plantea en el medio australiano News.com qué buscaba exactamente Markle con su visita: “Ese no era un momento en el que la presencia de Meghan pudiera ayudar a dar luz a un asunto que se hubiera pasado por alto, o a llamar la atención de los medios nacionales acerca de una comunidad olvidada”.

Un representante de la duquesa le explicó a la BBC que su visita a Uvalde era “como madre, para mostrar su apoyo”. Según declararon fuentes presentes en la localidad texana al Daily Mail, la duquesa “no quería que nadie la reconociera”. Pero fue retratada por medios de calibre internacional como Associated Press, France Presse o Getty dejando un ramo de rosas blancas en el memorial. Ese diario británico afirma que Markle iba acompañada por su propio fotógrafo. Otras fuentes apuntan incluso más allá, como es el caso de Tom Bower, periodista de la realeza del tabloide The Sun que prepara una biografía sobre Meghan Markle y que deja entrever que la ambición política de la duquesa y su futura intención de postularse a un cargo en EE UU puede haberla llevado a dar ese paso.

Si bien la percepción pública de la esposa de Enrique de Inglaterra es muy variable, y dependiendo de quién sea la persona que hable de ella todo suene a loa o a crítica, ahora llega un ingrediente más a la hora de intentar descifrarla. Porque su primer marido, el productor cinematográfico Trevor Engelson, va a dar declaraciones sobre ella en un nuevo libro escrito por el biógrafo británico Tom Bower. Engelson y Markle mantuvieron una relación de 10 años y estuvieron casados durante dos, y desde que ella empezó su relación con Enrique de Inglaterra, hace ya un lustro, no se ha pronunciado al respecto.

Todos estos problemas para Markle llegan justo cuando se disponía a regresar a Londres para participar en algunos de los actos conmemorativos por esta celebración del servicio público de la reina. El jueves, el núcleo de la familia real, sin Enrique ni Meghan, saldrá a saludar al balcón del palacio de Buckingham. Será el viernes cuando, si definitivamente deciden acudir a la capital británica, se verá al matrimonio en la misa que se celebrará en San Pablo. Esa será su primera vez en público en Londres desde marzo de 2020, cuando abandonaron el Reino Unido para comenzar una nueva vida en California que les ha separado, y no solo geográficamente, de la familia real.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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