Muere el periodista Jesús Mariñas a los 79 años
El popular informador televisivo, que padecía un cáncer de vejiga, era un habitual de programas y tertulias de la crónica rosa
Hay pocas frases televisivas que hayan calado más en el imaginario popular que la noventera “¡Que te calles, Karmele!”. Con ella, y con su paso por Tómbola, el programa del corazón donde se pronunció, Jesús Mariñas se convirtió en uno de los periodistas más famosos de España. Este martes, Mariñas, de 79 años, ha fallecido, según han anunciado la revista Diez Minutos y el diario La Razón, en los que colaboraba. Sufría un cáncer de vejiga, como había contado él mismo seis meses atrás.
Mariñas ingresó a finales de marzo en el hospital Ramón y Cajal de Madrid por complicaciones derivadas de su enfermedad, tal y como informó su marido, Elio Valderrama, a distintos medios y programas de Telecinco, cadena con la que el periodista estaba vinculado. Según informó la revista Diez Minutos, en la que tenía una columna, Mariñas perdió el apetito y experimentaba ciertos trastornos del habla, por lo que decidieron llamar a emergencias y le ingresaron a la mayor brevedad. Días después, regresó a su casa y siguió trabajando. De hecho, escribió su última columna una semana antes de fallecer.
El veterano periodista, tertuliano y colaborador de prensa escrita, televisión y radio, además de autor —hace un año publicó sus memorias, Jesús por Mariñas— anunció en octubre de 2021 que padecía un cáncer de vejiga. “Soy de otra época y otra mentalidad, me asusta la palabra cáncer. Esto le ocurre, sobre todo, a la gente de mi generación. Lo voy a superar. Hay que admitirlo, superarlo y lucharlo”, reconocía en las páginas de Diez Minutos. “No he pasado miedo porque no me quita el sueño, pero me lo tomo en serio”, relataba.
Entonces, el comunicador también aseguraba que su principal apoyo era su marido. Mariñas y Valderrama, fotógrafo venezolano, se conocieron a través de un amigo en común hace más de 30 años, en 1990, y enseguida empezaron su relación. Pero no decidieron contraer matrimonio hasta un cuarto de siglo después, en julio de 2016, ante notario y con solo dos amigas como testigos e invitadas. Mariñas tiene un sobrino, que vive en Santiago de Compostela, hijo de su hermano, que ya murió y con quien no tenía una buena relación, pues explicó que de niño le pegaba.
Como el propio periodista contó en Diez Minutos, la suya con Valderrama siempre fue una relación abierta. “Cada uno ha hecho su vida, en la que habido otras relaciones, porque si no es así no aguantas ni 15 años. Es una cosa natural y con sentido de la comprensión. Nadie en el mundo aguanta 27 años siendo fiel carnalmente”, aseguraba a la misma revista con la que colaboraba, explicando que nunca habían compartido el mismo dormitorio y que tampoco habían querido tener hijos.
Jesús Mariñas empezó su trayectoria profesional en su Coruña natal, poniendo cafés en el diario Ideal Gallego. En varias ocasiones contó que para él su ciudad era “como vivir en una celda”. Con poco más de 20 años, logró una plaza en el periódico El Mediterráneo, en Castellón. “Estuve de mayo a septiembre y fue horrible. Después me mandaron a Barcelona y llegó la libertad”, recordaba en una entrevista hace cinco años.
En los años sesenta y setenta, Mariñas colaboró con numerosas revistas y con programas de radio como Protagonistas, con Luis del Olmo (con quien trabajó dos décadas), o El primero de la mañana, en la Cadena Cope. Fue en los ochenta cuando entró de lleno en la prensa del corazón, y en los noventa en sus programas de televisión, sobre todo gracias a la mano tendida de María Teresa Campos. Primero hizo con ella Pasa la vida, en Televisión Española, y más tarde Día a Día (Telecinco), para luego pasar con a Lo que inTeresa, en Antena 3, cadena donde colaboró durante muchos años, hasta 2012, en Espejo Público. En Sálvame, en Telecinco, estuvo un año, en 2013, aunque desde hacía un lustro participaba en su edición nocturna de los sábados. Además, colaboraba con la citada Diez Minutos y también con el diario La Razón.
El salto a la fama de Mariñas llegó en los años noventa gracias al programa Tómbola, estrenado en Canal Nou en 1997, que supuso todo un cambio en la forma de televisar los contenidos de la crónica rosa. Si hasta entonces los personajes públicos eran tratados con cuidado, respeto y a menudo plegándose a sus requisitos, Tómbola dinamitó esas normas con un debate subido de tono, con ataques personales y donde los tertulianos —entre ellos Mariñas, Karmele Marchante o Lydia Lozano— se convertían en protagonistas sacando a la luz las miserias de los entrevistados. Tras pasar por distintas cadenas autonómicas y con polémicos contenidos que llegaron a ser calificados de “denigrantes” y que llegaron al Congreso —Mariano Rajoy, entonces ministro de Cultura, llegó a hablar de él—, finalmente fue cancelado tras casi 400 emisiones en 2004.
Desde ese momento, Mariñas se convirtió en un periodista demandado en tertulias y charlas. En los últimos años, debido a su edad y también a su salud, sus apariciones mediáticas fueron menos frecuentes. Él mismo explicó que su boda había sido, en parte, por motivos económicos, para que a su esposo pudiera quedarle una pensión de viudedad cuando él muriera. Y también dio a conocer cuál quería que fuera su epitafio: “Vivió para vivir”.
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