La biografía de Mariah Carey dinamita las relaciones con sus hermanos
En el libro, la intérprete habla de su trastorno bipolar, del matrimonio opresor con Tommy Mottola y de la violencia que sufrió siendo niña. Primero Alison y ahora Morgan denuncian a la cantante
La publicación de The Meaning of Mariah Carey, el libro autobiográfico que la cantante lanzó el pasado septiembre, ha dinamitado la relación de Mariah Carey con su familia. Primero fue su hermana Alison quien la demandó por, según ella, haber inventado historias para promover la venta del libro y le reclamó más de un millón de euros por la “inmensa angustia emocional” que le habían causado sus memorias. El mismo argumento que esgrime ahora otro hermano de la diva, Morgan Carey, que ha denunciado a la estrella del pop por el retrato “falso” y “malicioso” que hace de él en la publicación, donde le atribuye un comportamiento agresivo y cruel.
En el libro, la intérprete de All I Want For Christmas Is You habla del trastorno bipolar que padece, del matrimonio opresor que vivió junto a Tommy Mottola, antiguo presidente de Sony Music, y también de la violencia familiar que sufrió siendo niña. “Cuando era pequeña, había desarrollado el instinto de sentir cuándo se avecinaba la violencia”, cuenta en sus memorias. “Me di cuenta de que cuando los gritos de los adultos alcanzaban cierto tono y velocidad, significaba que debía ponerme a cubierto”. En las páginas relata varios altercados físicos y se detiene en uno especialmente violento de su hermano Morgan hacia su madre, por el que la estrella llamó a un amigo de la familia para pedir ayuda. También cuenta que en otra ocasión Morgan tuvo una fuerte pelea con su padre —del que habla poco—, tras la cual su hermano fue enviado a un reformatorio, donde pasó una larga temporada.
En otro capítulo compara su niñez con el cuento clásico de Los tres cerditos. “Mi infancia discurrió por una serie de casas frágiles e inestables, una tras otra, donde inevitablemente el gran Lobo Feroz, mi atribulado hermano, soplaba y soplaba y lo derribaba todo”, escribe. “Nunca me sentí segura. Nunca estuve a salvo. Su rabia era impredecible. Nunca sabía cuándo vendría, ni a quién o qué devoraría”. Unas acusaciones que el hermano mayor de la cantante tacha de “falsas” y que le han sumido en una “extrema angustia mental”, además de acentuar otros problemas psicológicos, por lo que exige que se le compense. “Como resultado de estos ataques a su reputación y de la vergüenza que estas acusaciones le han provocado con respecto a sus amigos, Morgan sufre una extrema angustia mental, indignación y ansiedad severa sobre su futuro y su habilidad para seguir manteniendo económicamente a su familia, así como la pérdida del disfrute de las actividades de la vida ordinaria”, expone en la demanda a la que han tenido acceso algunos medios estadounidenses como TMZ o Variety.
La demanda, que fue presentada en la Corte Suprema de Nueva York el pasado 3 de marzo, también hace hincapié en que el daño de Mariah Carey hacia Morgan fue intencionado, señalando una entrevista previa a la publicación en la que la cantante se dirigió a él como su “exhermano” en una conversación con Oprah Winfrey. La coautora de las memorias, Michaela Angela Davis, así como las editoriales Macmillan Publishing Group (Reino Unido) y Andy Cohen Books (Estados Unidos) también figuran como acusados.
En su escrito, Morgan alega que más que enfado, siente “dolor y decepción por las traiciones y falsedades maliciosas” de su hermana. También asegura que de ninguna manera siente envidia del enorme éxito artístico y personal de su hermana, siempre los ha disfrutado y le ha deseado lo mejor. A diferencia de su otra hermana, Alison, Morgan no pide a Mariah Carey una cantidad específica de dinero, sino que busca reparar los daños a través de una “determinación judicial”.
Son varios los capítulos que Mariah Carey dedica a revelar episodios oscuros de sus inicios en la música, siempre en relación con su familia. Aunque hubo instantes en los que la música consiguió generar momentos cálidos junto a su madre, Carey identifica a sus familiares con la violencia. “Cuando tenía 12 años, mi hermana me drogó con Valium, me ofreció una uña de su dedo meñique llena de cocaína, me provocó quemaduras de tercer grado y trató de venderme a un proxeneta”, cuenta en el libro en referencia a Alison. También cuenta que para sus hermanos y su propia madre pasó a ser tratada como “un cajero automático con peluca” tan pronto como empezó a ser famosa. Según su versión, la cantante se sintió abandonada y todos ellos “simplemente trataron de hacer creer que yo era inestable de forma institucional inmediatamente después de haber firmado el mayor acuerdo económico de un artista en solitario”.
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