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El trance más difícil de J Balvin: éxito, depresión y coronavirus

El artista colombiano trata de concienciar a sus fans sobre la covid-19 después de contagiarse, pese a que meses antes celebró una concurrida fiesta de cumpleaños

J. Balvin en una foto de su cuenta de Instagram.
J. Balvin en una foto de su cuenta de Instagram.

Lidiar con la fama no ha sido fácil para J Balvin (Medellín, Colombia, 1985) porque detrás de la estrella colombiana del reguetón está José Álvaro Osorio Balvin, “un ser humano como todos”. Sobre su constante lucha contra la depresión y la ansiedad ha hablado abiertamente en los últimos años, pues se siente en la obligación de aportar luz sobre este tema, todavía tabú para muchos, y ayudar a través de su testimonio a aquellos que experimentan las mismas sensaciones que él. A pesar de recibir en redes sociales comentarios que lo califican de desagradecido, para el artista de temas como Mi gente y Rojo tienen mucho más valor los mensajes de agradecimiento.

“La gente me dice: ‘Oye, gracias a ti estoy sano, gracias a ti me atreví a ir al psiquiatra, gracias a ti ya no sufro de depresión, la tengo controlada’. Eso me llena mucho más que tener un número uno, que tener un Grammy”, ha explicado recientemente en una entrevista con el medio de comunicación colombiano Semana. Ahí ha conversado sobre su última recaída, la cual ha marcado un año complicado para el cantante. Este verano se contagió de coronavirus y aquello no solo afectó a su salud física, sino también mental. Del virus ya está curado y poco a poco se recupera de la depresión. “Estoy mejor. Quisiera estar al 100%”, ha admitido.

Tanto las entrevistas como las redes sociales son sus canales para concienciar sobre los problemas que él también padece. A mediados de agosto, durante los Premios Juventud que siguió desde su casa de Medellín, anunció que había dado positivo en covid-19. “Han sido unos días muy difíciles, muy complicados. A veces uno piensa que no le va a tocar, y a mí me tocó y me tocó bien duro”, se dirigió Balvin al público más joven para insistir en que la pandemia “no es un chiste”.

Ese mismo día subió otro vídeo a su cuenta de Instagram, en la que acumula más de 45 millones de seguidores, donde contó que casi muere y detalló algunos de sus síntomas, como fiebre, escalofríos y pérdida del gusto y el olfato. También sintió miedo: “Es una de las experiencias de salud más difíciles que he tenido en mi vida”.

Con el paso del tiempo ha aportado más datos, como que estuvo a punto de ser ingresado en un hospital y que cree que se contagió en un estudio de grabación, además de que ha perdido a familiares muy cercanos. También que su estado de salud agravó más su ansiedad, por lo que ha tenido que batallar nuevamente contra ella. “Acepto y enfrento los aspectos que afectan mi cuerpo y mi mente, y reconozco que soy vulnerable y muy frágil ante esta y miles de situaciones más”, reflexionó en las redes sociales.

No obstante, todo esto sucedió meses después de celebrar su trigésimo quinto cumpleaños el pasado mayo. Por las imágenes que el cantante y los invitados difundieron por Internet, casi todos llevaban mascarillas, guantes y pantallas protectoras e intentaron guardar las distancias brindando con unos largos ganchos para sostener las copas. Sin embargo, el intérprete no pudo evitar las críticas por reunirse con familiares y amigos en mitad de la pandemia. “Es una irresponsabilidad. ¿A él le mandan la policía o no aplica?” y “Rompe la cuarentena y no pasa nada porque es J Balvin” fueron algunos de los comentarios que le recriminaron su actitud.

Al evento acudieron sus padres, Álvaro y Alba; su hermana, Carolina; su ex novia, María Osorio, con la que mantiene una estrecha amistad; y su actual pareja, la modelo argentina Valentina Ferrer. Últimamente el cantante ha tenido que salir a desmentir que la maniquí esté embarazada. El mayor sueño de Balvin es convertirse en padre, un cambio que tiene ganas de asumir pero no hace más que retrasar: “El problema es ser suficientemente consciente para construir una familia y unos seres humanos que no tengan los temores y las programaciones que me metieron a mí mis padres sin querer queriendo”, explicó a El País Semanal a principios de este año.

El tema es más recurrente para él desde 2016, cuando sufrió un accidente aéreo en Bahamas. El jet en el que viajaba no llegó a despegar y se estrelló fuera de la pista. No resultó herido, pero aquel suceso le hizo replantearse muchas cosas: “Afortunadamente, salimos vivos. Lo único que yo pensé mientras el avión se iba estrellando era: ‘No tuve hijos’. La prosperidad sin compartir no es lo mismo”.

“Te das cuenta de lo frágil que es la vida. De que puede cambiar en un segundo”, declaró a EL PAÍS casi un año después del suceso. Una vida de éxitos profesionales que afectan a lo personal: “Trabajo mucho. No es fácil, hay que hacer muchos sacrificios”. Se siente agradecido por todo lo que ha logrado en su carrera, pero no puede evitar sentirse vulnerable en ciertos momentos. Recibe ayuda psicológica para afrontar sus miedos, sus errores y su sufrimiento, para aprender a ser más paciente y ver la vida con más optimismo. “Soy frágil y más sensible porque mi carrera tiene mucho peso y aristas. Pero detrás de ese artista hay una persona”, ha comentado recientemente.

Una persona que también se considera “una marca” bajo su alias y que con ella ha logrado romper el récord del artista con más nominaciones a los Grammy Latinos y ser el colombiano más escuchado en Spotify durante 2020. Un triunfo en la industria musical y en la de la moda. Le gustan firmas como Guess, Louis Vuitton y Nike. Con esta última marca ha rediseñado las deportivas Air Jordan, un nuevo modelo más colorido que se agotó rápidamente el mismo día que se puso a la venta, el 8 de diciembre. El artista acudió a las redes sociales para agradecérselo a sus fieles seguidores: “Se fueron en un minuto de lo que yo conté. Los amo”.


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