Emily Ratajkowski lleva el activismo a su embarazo
La modelo, defensora pública de los derechos de las mujeres, anuncia que espera un bebé cuyo género prefiere conocer “cuando tenga 18 años y nos lo diga”
Emily Ratajkowski ha llevado su activismo a su propio embarazo. A lo largo de estos años, la modelo ha asumido un papel activo en diversas causas y un fuerte compromiso con los derechos de las mujeres que le ha llevado incluso a ser detenida en alguna ocasión. Con casi 27 millones de seguidores en Instagram, Ratajkowski sabe el alcance que puede tener cada una de sus publicaciones y también hasta dónde es capaz de llegar su discurso. Por ello no ha querido desaprovechar la oportunidad de anunciar que espera un bebé para cuestionar, a la vez, cómo la sociedad está construida basada en estereotipos y valores diferentes para los hombres y las mujeres. “Cuando mi marido y yo contamos a amigos que estoy embarazada, su primera pregunta tras el ‘enhorabuena’ casi siempre es: ‘¿Sabéis qué queréis que sea?’ Nos gusta responder que no querríamos saber el género hasta que nuestro hijo tenga 18 años y nos lo diga. Todo el mundo se ríe de esto”, ha escrito la modelo en un ensayo publicado en la versión estadounidense de Vogue junto a una sesión de fotos con Cass Bird y un vídeo dirigido por su amiga Lena Dunham.
“Hay una verdad en nuestra respuesta, una que insinúa posibilidades que son mucho más complejas que cualquier genital con el que pueda nacer nuestro hijo. [...] A mí no me gusta que impongamos a las personas preconcepciones basadas en el género, y mucho menos a los bebés. Quiero ser una madre que permita que mi hijo se muestre ante mí”, ha defendido en su texto.
La modelo, que se dio a conocer en un controvertido videoclip de la canción de Robin Thicke Blurred lines en 2013, es ahora una de las mujeres más seguidas en Instagram y las firmas se pelean por hacerla embajadora. Pisa poco las pasarelas, pero cuando lo hace, es a lo grande. Tras tres años sin desfilar y siendo su presencia poco habitual en las semanas de la moda, en 2019 se coló en el show masculino de Donatella Versace en Milán acaparando toda la atención de los asistentes. Ratajkowski ha explotado también su faceta como actriz y tras un papel secundario en Perdida (2014), en 2018 llegó a participar en otras cuatro películas. Ahora está centrada en su faceta de diseñadora —ha creado su propia firma de bikinis— y le gustaría producir. “Estoy desarrollando mis propios proyectos. El último par de años he hecho de eso una prioridad. Ahora puedo empezar a hacer mis propias películas. Quiero participar en más proyectos con perspectiva femenina”, contaba a la revista Icon de EL PAÍS el año pasado. También está escribiendo un libro My body, previsto para 2022 y en el que relatará algunas de sus experiencias sobre lo que significa ser mujer en la sociedad actual. Un adelanto de esta historia autobiográfica ha sido sin duda este ensayo sobre su futura maternidad.
Esta estadounidense de 29 años nacida en el Reino Unido y que pasó parte de su infancia en un pueblo de Mallorca lleva el feminismo arraigado gracias a sus progenitores. Hija de un pintor y de una profesora de literatura, Ratajkowski explicaba en Icon cómo las conversaciones entre sus padres despertaron su conciencia reivindicativa. “Comencé a tener una conciencia feminista muy temprano gracias a mi madre, que enseña literatura. Del mismo modo que algunas personas tienen una religión que marca su infancia, yo escuchaba las conversaciones de mis padres, que son dos personas superpolitizadas. Ser modelo y feminista definitivamente no es una contradicción para mí”, decía, resaltando de nuevo su disconformidad con los estereotipos: “Creo que hay una suposición, en parte debido a ciertos estereotipos, de cómo debería ser y cómo debe mostrarse una feminista. La idea de que una mujer debe tener determinada apariencia para tener ciertas creencias es sexista. Cualquiera puede ser feminista siempre que esa sea su elección, independientemente de a qué se dedique y de qué forma vista”.
Acostumbrada a enfrentarse a las críticas que no comparten que feminismo y feminidad puedan ir de la mano, Ratajkowski hace gala de que cualquiera puede defender sus convicciones como desee. Ella ha utilizado su cuerpo no solo para conquistar a las revistas masculinas —en 2013 fue elegida como mujer del año por Esquire y meses después GQ le dedicó su portada— y a las femeninas —ha posado para Vogue, Marie Claire o SModa, entre otras muchas—, sino también para denunciar esas causas que defiende. Lo hizo en 2017, cuando publicó una imagen en toples en Instagram por criticar medidas del presidente estadounidense Donald Trump que dificultan el acceso a la cobertura gratuita de anticonceptivos. Y también en mayo del año pasado, cuando se desnudó íntegramente para protestar contra la ley de Alabama que prohíbe el aborto.
Gran parte de sus reivindicaciones las realiza a través de su cuenta de Instagram, donde promociona sus trabajos o las causas en las que cree, como el movimiento Black Lives Matter o Me Too. Pero no deja hueco para su intimidad. “No enseño cada segundo de mi vida y es importante para mí hacer esa distinción”, reconoció en El país semanal hace unos años. Su boda por sorpresa en febrero de 2018, en el Ayuntamiento de Nueva York, vestida de Zara, con solo cuatro amigos de testigos, y con un novio, el actor y productor Sebastian Bear-McClard, de quien se desconocía su relación, o llevar en secreto su embarazo hasta los seis meses de gestación demuestra que dice la verdad.
Su lucha por los derechos de las mujeres la ha llevado a manifestarse en varias ocasiones e incluso a ser detenida en una de las concentraciones contra el juez Brett Kavanaugh, en octubre de 2018. Tras quedar en libertad colgó un post en Instagram. “Hoy he sido arrestada por protestar contra el nombramiento de Brett Kavanaugh en el Tribunal Supremo. Un hombre que ha sido acusado por múltiples mujeres de agresión sexual. Los hombres que hacen daño a las mujeres ya no pueden ser colocados en puestos de poder”, escribió junto a una foto en la que aparecía sosteniendo una pancarta en la que se leía: “Respeta la existencia femenina o espera nuestra resistencia”. En unas horas superaba el millón y medio de likes. Aun así ella prefiere no definirse como activista, simplemente, dice, defiende las causas que considera injustas y sueña con un mundo mejor. Y con más motivo ahora, con un bebé en camino.
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