Kerry Washington, la chica del Bronx que rompe récords más allá de Olivia Pope
La actriz, protagonista de 'Scandal' y productora triunfa con cuatro nominaciones para los próximos premios Emmy. Además, acaba de renovar por tres años su contrato con Disney
Se puede afirmar sin temor a equivocarse que Kerry Washington está teniendo una buena semana, incluso muy buena. El martes, la actriz se despertaba batiendo récords; el jueves, se acostaba con un más que jugoso contrato bajo el brazo que le garantizaba no solo dinero, sino buenos proyectos.
Los premios Emmy reconocían el trabajo de Kerry Washington (Nueva York, enero de 1977) y esta vez ya no era por su papel de Olivia Pope, la abogada que le dio la fama en Scandal, la serie que la cadena estadounidense ABC emitió entre abril de 2012 y abril de 2018 y gracias a la que ya logró dos nominaciones, en 2013 y 2014. Ese papel le dio notoriedad y una gran fortuna, pero sobre todo le abrió puertas y le otorgó la capacidad de ser quien ella quiera. Entonces (y es hace solo ocho años) también rompió moldes, al ser la primera mujer negra en protagonizar una serie dramática desde 1974 y también la primera en conseguir una nominación al Emmy en esa categoría en 18 años.
El martes caían para Washington nada menos que cuatro nominaciones. Eso la hacía batir un récord: nunca antes una sola persona había acumulado tantas posibilidades de premio en una sola edición de los Emmy. Su papel más conocido este año es el de la miniserie de Hulu (que en España se puede ver en Amazon Prime Video) Little Fires Everywhere, así que ha ganado una nominación como Mejor actriz protagonista de miniserie o película para televisión (además de un millón de dólares, 850.000 euros, por capítulo). Pero la actriz es también su productora ejecutiva —es decir, quien pone el dinero—, por lo que la nominación de Mejor miniserie también es suya.
Además, este año Washington ha participado en otros proyectos. Primero, American Son, de Netflix, que produce y protagoniza, y que ha sido nominada como Mejor película para televisión. Y, después, el programa navideño llamado Live in Front of a Studio Audience, que opta al galardón en la categoría de Mejor especial para televisión. Estas cuatro extraordinarias nominaciones se unían a las cuatro anteriores de la actriz, dos por Scandal y otras dos por la película Confirmación, como actriz y como productora.
Con ese historial, puede parecer que Washington lleva toda su vida produciendo series y películas. No es así. Además de un par de documentales y de algún capítulo de Scandal, solo ha metido la cabeza en Confirmación, American Son, Little Fires Everywhere y Live in Front of a Studio Audience, y prepara junto a Eva Longoria un proyecto llamado 24/7 que también protagonizará.
De ahí su segundo logro: que su productora, Simpson Street, haya logrado un importante acuerdo de tres años con el gigante ABC, perteneciente a su vez a la todavía más enorme factoría Disney. Según Jonnie Davis, presidente de ABC, “Kerry tiene mucho en común con su icónico personaje Olivia Pope: es brillante, talentosa y mejora todo lo que toca”. Ella, por su parte, se ha dicho “orgullosa y emocionada” de que Simpson Street comparta camino con su nuevo socio, con quien buscará “usar el arte y el entretenimiento para amplificar las experiencias humanas e hilar narrativas que honren las diferencias y nos conecten con la humanidad”.
Simpson Street toma su nombre de la calle en la que la madre de Washington, Valerie, se crió en el Bronx, el barrio de Nueva York donde también creció la actriz. La barrera entre el Bronx y Manhattan nunca fue un impedimento para Washington, ya que acudió a algunos de los mejores colegios del famoso distrito neoyorquino. De hecho, se interesó por el teatro en la Spence School, una de las escuelas privadas solo femeninas más famosas y exclusivas de la ciudad. También allí estudió danza con un conocido profesor de la zona, Larry Maldonado... al que a veces sustituía una simpática joven llamada Jennifer Lopez.
Después, Valerie cumplió con el sueño de sus padres y se fue a estudiar a la universidad, en concreto a la George Washington, donde obtuvo una doble licenciatura en Antropología y Sociología. Pero pronto, a mediados de los noventa, empezó a trabajar en series y en pequeños papeles en películas. Su primer gran éxito llegó en 2004 con Ray, donde interpretaba a la esposa del pianista Ray Charles. Y su salto de calidad fue en 2012, con la llegada a su vida de Quentin Tarantino (en Django Desencadenado) y por supuesto del personaje de Olivia Pope de Scandal.
La serie y sus siete temporadas llegaron a convertirla en una de las actrices mejor pagadas y más glamurosas de la televisión; en 2018 fue la octava del ranking, según Forbes, con 11 millones de euros. “Olivia ha cambiado mi vida”, reconocía a EL PAÍS en una entrevista en noviembre de 2014. Entonces también decía: “Scandal es una bestia enorme que he tenido que domar porque la gente se relaciona de otra forma con la televisión”, indicaba. “Olivia es también el personaje con el que llevo más años de convivencia. ¡Más años que con la mayoría de los hombres que han formado parte de mi vida!”, decía entre risas.
Ahora esas palabras no son tan ciertas. Porque lleva ya siete años casada con el jugador de fútbol americano (y actor ocasional) Nnamdi Asomugha. La pareja tiene dos hijos, Isabelle Amarachi Asomugha, nacida en 2014, y Caleb Kelechi Asomugha, en 2016, y cuya existencia bien conocen los fans de su famosa serie, puesto que el embarazo de Washington se intuye y esconde en los cinco primeros episodios de la sexta temporada. Además, Asomugha tiene otra hija, de 13 años.
Aunque a veces el matrimonio posa unido, poco más se sabe de ellos como familia. No es la intención de ninguno de ellos airear su intimidad. “Voy por el mundo con mi anillo y cuando la gente me da la enhorabuena, yo les doy las gracias”, contaba Washington en una entrevista a la revista Glamour poco después de casarse. “Pero no voy a seguir hablando del tema y dejar que se desarrolle”.
Como ella misma reflexiona, ha “aprendido por experiencia” que eso no le funciona. “Ha habido veces, en momentos anteriores de mi carrera, en las que hablaba sobre ello. Llegué a estar en portada de una revista de novias”, decía, en referencia a la de InStyle Weddings que protagonizó en 2005, cuando estaba prometida con el actor David Moscow, con quien no se llegó a casar. “No puedo parar y decir: ‘No, solo hablo de lo bueno, no de lo malo'. Así que me dije: ya no más. No quiero sonar chula pero es lo mejor para mí, tengo amigas en este mundo que hablan de su vida y les va bien, y es genial. Pero no es para mí”.
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