_
_
_
_
La paradoja y el estilo
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

‘House party’

Este tipo de iniciativas rafitican que en el encierro nos vemos más que nunca

Victoria Marichalar, en Madrid.
Victoria Marichalar, en Madrid.gtresonline
Boris Izaguirre

Conforme avanza el confinamiento agota un poco la incesante creatividad de mis amigos. Muchos tienen Instagram Live y todos quieren que participe en ellos, haciéndome sentir como si estuviera en una promoción de algo sin tener claro qué retribución percibiré. “Se trata de dar un mensaje de alegría, de apoyo, de buen rollo”, me comentan. En realidad, es un pasatiempo. Intento advertir que mi aspecto actual, con barba entrecana de 15 días, podría disuadir a los potenciales espectadores. Otros me engatusan y empiezan sus conexiones atacando la mala gestión de la crisis. Incluso repiten lo dicho por políticos del PP que dicen echar de menos un liderazgo fuerte. Y es normal, pienso pero no digo, porque su líder fuerte está en Marbella, paseando el perro.

Yo no tengo perro, pero prefiero un buen perro que un líder fuerte. Pero lo cierto es que este tipo de iniciativas, hacer un vídeo colectivo cantando una canción esperanzadora, celebrar a seres queridos con fotos personales, conectar a las tres de la madrugada con gente despierta en América, ratifican que en el encierro nos vemos más que nunca. De hecho, se han puesto de moda unas aplicaciones con nombres como Houseparty o Zoom que garantizan que puedes tener a más de diez amigos en pantalla simultáneamente. He luchado por mantenerme en los razonables cuatro amigos que me permite el vídeo del WhatsApp pero me han calificado de soso. “Hace tiempo que la persona más anodina tiene más de cien amigos”, me dicen muchos. El problema con la aplicación es que no venga con un moderador, una persona extra, un líder fuerte que contenga la ansiedad que se acumula con el encierro, que cambie drásticamente de tema cuando la conversación se politiza. Y sugiera propuestas más conciliadoras. Como comentar las ultimas declaraciones de la infanta Margarita acerca de la herencia del rey emérito rechazada por su hijo el Rey. “No sabía nada”, ha dicho doña Margarita, apelando a la frase favorita de su familia real, no saben nada casi siempre. “Eso que estuve con Juan y no nos comentó nada”, agregó. Vale, me lo creo porque, la verdad, quienes nos empeñamos en hablar de herencias con la familia somos justamente los que no tenemos millones que discutir.

Otro tema que abordaré en mi próxima house party es ese posible distanciamiento milenial entre Victoria Federica Marichalar de Borbón con la novia de su hermano, Mar Torres. Mar no es real, ni de sangre ni de aspecto (es aficionada a los retoques plásticos) pero también es una joven y rica heredera. Eso no es el problema, la rozadura se produjo cuando Torres rompió la cuarentena impuesta a todo el país debido al coronavirus para ir al cumpleaños de una amiga. “Vivimos a 200 metros” escribió en un post en defensa propia, “es como si hubiera ido a la farmacia”. Victoria Federica le lanzó un escueto pero potente “Borderline”, desde sus redes. Temí lo peor, pero Mar, muy rápida e ingeniosa, le respondió: "Ay, Vic, que ilusión saber de ti, hace tanto que no nos vemos”. No se zanjó la cuestión y hoy el debate está en si borderline es el nuevo término cool para irresponsable o para líder milenial.

Lleno mis tardes con ideas para las house parties. El tinte de cabello, ahora que no hay peluquerías abiertas, y la pedicura me preocupan. No es mi aspecto el que me atormenta sino también el de los demás. O llegar a ese momento en el que alguien lidere el house party desde el baño. Y tire de la cadena.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_