Cocina una vez y come tres: seis recetas de invierno para optimizar el tiempo en la cocina
Una sección mensual para solucionar las comidas y cenas del día a día, con ideas para preparar diferentes platos de una misma preparación
En el Comidista seguimos firmes en la batalla de intentar cocinar y comer lo mejor posible, ofreciendo ideas, recetas y fórmulas compatibles con el ritmo diario que nos marcan el trabajo, los cuidados y otras labores vitales no siempre compatibles con pasarnos frente a los fogones todo el tiempo que nos gustaría (además de algo de ocio, a ser posible). Con la intención de ofrecer de manera mensual consejos para mejorar la vida cocinil –la vuestra y la nuestra, que ahí andamos–, en los últimos nueve años hemos pasado del batch cooking a la más sencilla Fórmula Comidista, y de ahí a Póntelo fácil.
Para la siguiente vuelta, arrancamos con Cocina una vez y come tres, una sección en la que cada mes propondremos varias recetas, con las que podréis preparar por cada una tres platos diferentes para cuatro personas (si en casa sois menos, mejor congelar que dividir). Usaremos ingredientes de temporada, fondo de alacena como legumbres y cereales, frutas, aves, carnes o pescados, mucha verdura y opciones para jugar con especias, hierbas y sabores que nos ayudarán a darle variedad al menú semanal.
¿Significa eso que una vez hecho el plato base no habrá que tocar una sola sartén más en las tres comidas? No, algunas requieren cosas como planchar un huevo, cocer unas patatas, hacer arroz, triturar algo, abrir un bote, mezclar y llevar a ebullición, cortar o rallar verdura o preparar una vinagreta, pero “lo gordo” estará listo. Como siempre, todo es adaptable a lo que tengamos a mano en cada momento; y hay desde ensaladas de invierno ligeras hasta guisos reconfortantes, sopas exprés, y rellenos para buenos bocatas o tacos.
Empezamos con seis recetas invernales, sabrosas y polivalentes para ahorrar tiempo, dinero y neuronas. Además, excepto la col, que perdería crujiente; todas pueden congelarse si quieres espaciar un poco el tiempo entre una preparación y otra. Esperamos que contribuyan a una semana de gloria gastronómica y estómagos contentos.
Crema de calabaza y zanahoria asadas y especiadas
El frío no empieza oficialmente hasta que piensas “me apetece una crema de calabaza” (y te pones a ello). En El Comidista somos partidarios de asarla previamente para potenciar su dulzura, junto con el del resto de verduras que vayamos a usar, además de poner algún ingrediente más en la bandeja del horno que nos ayude a apañar una comida extra sin demasiado esfuerzo.
Pon en una bandeja de horno a 180 grados un par de calabazas violín abiertas por la mitad –o una si es muy grande, necesitaremos 1,2 kilos aproximadamente–, 8 zanahorias, 2 cebollas, 4 patatas medianas y una cabeza de ajos. Ásalo unos 50 minutos, y a la mitad del proceso retira la cabeza de ajos, que ya estará lista, y añade cuatro –o el doble, si son pequeños– contramuslos de pollo con hueso, salpimentados y aliñados con hierbas al gusto.
Cuando las verduras estén listas y ya no quemen, retira las puntas de las zanahorias, la piel de las cebollas y saca la carne de la calabaza con una cuchara. Ponlo a hervir todo en un cazo con 1,2 litros de caldo o agua y 80 gramos de avena durante unos 10 minutos a fuego suave. Pasado este tiempo; añade pimentón, canela, comino, 500 mililitros de leche o bebida vegetal, 250 de leche evaporada o dos yogures y tritura hasta conseguir una crema fina.
Para la primera comida, haz una vinagreta rápida con la mitad del ajo asado aplastado con un tenedor, un poco de aceite y vinagre, sírvela sobre la patata acompañando el contramuslo de pollo y la crema de primero. Para la segunda, añade a la mitad de la crema restante curry en polvo o en pasta al gusto, mezcla con 500 gramos de garbanzos cocidos y 300 de tofu o queso fresco en dados. Sirve con un poco de lima fresca para rematar y, si quieres, un poco de cilantro picado. Para la tercera, hidrata 100 gramos de cuscús con el mismo volumen de agua caliente con un poco de sal y un chorrito de aceite, repártelos en el centro de un buen bol de crema y remata con uno o dos huevos a la plancha y, si te gusta, una cucharada de aceite picante.
Lista de la compra
Para la receta base y primera comida, 2 calabazas violín pequeñas o 1 grande (unos 1,2 kg de pulpa), 8 zanahorias, 2 cebollas, 4 patatas medianas, 1 cabeza de ajos, 80 g de copos de avena, 1,2 litros de caldo (de verduras o pollo) o agua, 500 ml de leche o bebida vegetal, 250 ml de leche evaporada o 2 yogures naturales, pimentón (dulce o picante, al gusto), canela, comino, sal, pimienta, hierbas al gusto para el pollo (tomillo, romero, orégano), aceite de oliva, 4 contramuslos de pollo con hueso (8 si son pequeños). Extra para la segunda comida, curry en polvo o pasta de curry, 500 g de garbanzos cocidos (1 bote grande o 2 pequeños), 300 g de tofu firme o queso fresco en dados, 1–2 limas (opcional), cilantro fresco (opcional, si te gusta); extra para la tercera comida, 100 g de cuscús, 1 o 2 huevos por persona, aceite picante (opcional, o puedes usar tu salsa picante favorita).
Lentejas estofadas con alcachofas
Si puedes, remoja un kilo de lentejas pardinas o verdinas al menos un par de horas en agua fría (no es obligatorio, pero se harán antes, sobre todo si son un poco añejas). Escúrrelas o quita el agua y ponlas en una olla con un par de hojas de laurel, dos cebollas y cuatro zanahorias enteras, agua fría hasta tres o cuatro dedos por encima, alrededor de un kilo de alcachofa troceada descongelada y algo de sal. Cuando hiervan, pon el fuego al mínimo, añade 400 gramos de tomate frito y tápalas. Mientras se cocinan, prepara un refrito con una cabeza de ajos grande pelada y laminada y algo de pimentón, y añádelo al guiso.
Pasada una media hora o cuando las lentejas estén ya un poco blandas pero no hechas del todo –vigila por si necesitan más agua, siempre fría, piensa que cuando se enfríen se secarán más–, saca la cebolla y las zanahorias, tritura con un poco del caldo de cocción y mezcla bien. Pasa un tercio a otro recipiente y termínalas de cocinar con un poco de chorizo, jamón, costilla de cerdo, morcilla, butifarra o el embutido que prefieras (también es una buena manera de preparar lentejas para todos de una sola vez si convives con vegetarianos).
Sirve la mitad de las lentejas restantes con una lata de mejillones en escabeche por persona, mezclando bien la salsa al calentarlas y poniendo la carne del mejillón encima cuando ya estén en el plato, con unas piparras o guindillas si te gusta el toque picante. Cuando vayáis a comer el tercer plato, caliéntalas con unos 200 gramos de hojas de espinacas baby –las que se usan para ensalada, que no necesitan cocción– y remata con un par de cucharadas generosas de yogur griego (o aguacate, si quieres cremosidad pero no lácteo) y un poco de sésamo o tahini.
Lista de la compra
Para la receta base, 1 kilo de lentejas pardinas o verdinas, 2 cebollas grandes, 4 zanahorias, 1 kilo de alcachofa troceada congelada, 1 cabeza de ajos grande, 2 hojas de laurel, aceite de oliva virgen extra, sal, pimentón dulce o ahumado (al gusto), 400 g de tomate frito. Para la variante cárnica, embutido, salazón o carne de cerdo al gusto; para la de mejillones, 4 latas de mejillones en escabeche, piparras o guindillas (opcional, para servir); para la de espinacas y yogur, 200 g de espinacas baby, 2 yogures griegos naturales o dos aguacates, sésamo o tahini (elige uno para rematar).
Untable de pimiento morrón y garbanzos
Vamos con una criatura híbrida que combina legumbre, cocina de Oriente Próximo y el espíritu comidista de usar las conservas a nuestro favor. En este caso el resultado es un moje todoterreno que empieza con dos tarros de pimientos morrones en tiras (de unos 250 gramos cada uno). Sácalos, reserva el líquido y tritura con un kilo de garbanzos cocidos, ajo, comino, limón, tahini y aceite de oliva al gusto (si no tienes tahini, no pasa nada; ponle sésamo o solo aceite).
Tritura hasta conseguir una crema suave, cuya textura puedes ajustar con el jugo de conservación de los pimientos, y el sabor rectificando cualquiera de los ingredientes: ya está listo, aunque mejorará después de un ratito de reposo en la nevera (sácalo antes para que no esté frío al comerlo).
Sirve un tercio con crudités y regañás o pan –de pita o no– tostado, otro como base cremosa para una ensalada con un brócoli crudo pequeño rallado, un par de puñados de rúcula, cebolla dulce, aceitunas y feta: una parte del aliño la pone el untable y el queso ya tiene sal, así que con un poco de aceite seguramente cuando lo mezcles todo no necesitará mucho más. La tercera con 200 gramos de carne de ternera picada salteada con 300 gramos de tomatitos cherry enteros, ajo y hierbas, un híbrido de las dos preparaciones que propusimos en este vídeo para convertir el hummus en un plato completo.
Ingredientes
Para la receta base, 2 tarros de pimientos morrones en tiras (250 g cada uno, unos 500 g en total), 1 kilo de garbanzos cocidos, 1–4 dientes de ajo (al gusto), 1-2 limones, comino en polvo, tahini (o sésamo), aceite de oliva virgen extra, sal. Para servir con crudités y panes, crudités variadas (zanahoria, pepino, apio, rábanos, pimiento), regañás, pan tostado o pan de pita; para la ensalada, 1 brócoli crudo pequeño, 2 puñados de rúcula, 1 cebolla dulce, aceitunas (las que más te gusten), un bloque de queso feta (unos 200 gramos); para la mezcla de hummus con ternera y cherry, 200 g de carne picada de ternera, 300 g de tomates cherry enteros, 1–2 dientes de ajo, hierbas frescas o secas (tomillo, orégano, hierbas provenzales).
Col (cruda, o casi) con ajada
Una receta para reconciliarse con el género Brassica, en la que la comeremos cruda –o casi–, crujientes, sabrosa y agradecida como pocas. Empieza por una col entera grande, de las que se pueden comer crudas: lombarda, repollo o la que pilles en el mercado, porque todas funcionan (unos 1,2 kilos). Córtala en tiras finas, dejando los troncos y partes más leñosas para otra receta. Pon la montaña de col en una ensaladera amplia, pela tres cebollas (mejor si son dulces, tipo Fuentes) y añádelas cortadas en tiras finas.
Pela y lamina unos cuantos dientes de ajo (al gusto, en casa le pongo una cabeza entera; si quieres acelerar el proceso espachúrralos con el lado de un cuchillo o entre dos tablas). Pon en un cazo unos 100 mililitros de aceite de oliva virgen extra y dora ajos a fuego medio-bajo, vigilando que no se quemen. Cuando estén listos, aparta del fuego, añade un par de cucharaditas de pimentón ahumado, remueve rápido y termina con un chorro generoso de vinagre. Deja que hierva un segundo y vierte la ajada caliente sobre la col, añade sal al gusto y dale unas vueltas y un pequeño masaje con una espátula (o con la mano cuando ya no queme).
Sirve un tercio en modo ensalada, con aceitunas negras, queso curado en lascas o fresco en dados y algo de manzana ácida en daditos. Saltea otro tercio con unos 150 gramos de garbanzos cocidos por persona y un poco de perejil, y sirve con unas sardinillas de lata encima. Añade el resto a un caldo con fideos finos, pistones o lo que prefieras y un huevo escalfado –casi al final, para que no se recueza– y conseguirás una sopa tipo jardinera a la que el punto de acidez y especiado le quedan realmente bien.
Ingredientes
Para la receta base, 1 col grande (lombarda, repollo o similar, aprox. 1,2 kg), 3 cebollas (mejor si son dulces, tipo Fuentes), 1 cabeza de ajos (o al gusto), 100 ml de aceite de oliva virgen extra, 2 cucharaditas de pimentón, vinagre de vino o manzana, sal. Para la ensalada de col, aceitunas negras, queso curado en lascas o queso fresco en dados, 2 manzanas ácidas (tipo Granny Smith u otra manzana verde); para el salteado, 600 g de garbanzos cocidos, perejil fresco, 2 o 3 latas de sardinas o sardinillas en aceite; para la jardinera, 1,2 litros de caldo (de verduras, pollo o el que uses en casa), 120 gramos de fideos finos, pistones u otra pasta pequeña para sopa, 4 huevos.
Pollo en escabeche blanco cítrico
Mejora con el reposo y se puede preparar en grandes cantidades: no sacar un escabeche en esta sección sería un sacrilegio y una tontuna. Empezamos con unos tres kilos de pollo cortado en octavos –con hueso y todo–, bien salpimentado y dorado en una cazuela amplia con un chorrito de aceite de oliva (se puede hacer por tandas si hace falta para no cocerlo: queremos ese punto dorado que luego da sabor al escabeche).
Retira los trozos y, en la misma cazuela, añade un buen fondo de aceite de oliva virgen, dos o tres cebollas grandes cortadas en juliana y una cabeza de ajos con piel, golpeados. Incorpora dos hojas de laurel, tres o cuatro ramitas de tomillo y varias tiras de piel de cítricos: limón, naranja y lima (unas cinco u ocho de cada uno, sin parte blanca, reserva el zumo para más adelante). Deja que todo se cocine a fuego suave hasta que la cebolla se vuelva tierna y fragante, apenas dorada.
Cuando la cebolla esté rendida, reincorpora el pollo a la cazuela. Vierte 300 mililitros de vino blanco seco, 200 de vinagre de vino blanco o de manzana, el zumo de los tres cítricos y un puñadito de pimienta en grano. Ajusta de sal, sube el fuego hasta que hierva y, en cuanto rompa a borbotear, bájalo al mínimo. Tapa la cazuela parcialmente y deja que todo cueza a fuego lento durante 40 minutos, removiendo de vez en cuando para que el pollo se impregne bien del líquido. Cuando esté tierno y el escabeche huela a gloria bendita, apaga el fuego y deja que se enfríe en la misma cazuela.
Una vez frío, mételo en la nevera al menos 12 horas, mejor 24, para que el pollo absorba todos los sabores. Sirve una parte tal cual, escurriendo parte del aceite y el vinagre –los usaremos luego–, lleva otra a fuego suave con dos botes de alubias y su líquido de cocción durante cinco minutos y prepara una ensalada tibia con unas rodajas de boniato cocido –hazlo entero hervido o al microondas y pela y corta después, es mucho más cómodo– el pollo deshuesado, hojas verdes al gusto y una emulsión hecha con parte de la cebolla, el ajo y los jugos triturados en la batidora. Si te quieres pasar la pantalla, una cuarta idea: prepara una ensaladilla rusa tipo murciana, cambiando el atún por pollo y haciendo una mayonesa con el escabeche.
Ingredientes
Para la receta base y primer plato, 3 kg de pollo cortado en octavos, con hueso (muslos, contramuslos, alitas y pechuga troceada), 2–3 cebollas grandes, 1 cabeza de ajos, 2 hojas de laurel, 3–4 ramitas de tomillo fresco o seco, 1-2 limones, 2 naranjas, 1-2 limas, aceite de oliva virgen extra, 300 ml de vino blanco seco, 200 ml de vinagre de vino blanco o de manzana, pimienta negra. Para el guiso de pollo escabechado con alubias, 2 botes de alubias cocidas con su líquido de cocción (blancas, pintas o las que prefieras); para la ensalada tibia con boniato, 2 boniatos (tamaño medio/grande), 120 g de hojas verdes al gusto (rúcula, canónigos, mezclum, lechuga, espinaca tierna, etc.); para la ensaladilla tipo murciana con pollo, 800 g de patata nueva, 2 huevos cocidos, 1 crudo para la mayonesa.
Cabecero de lomo mechado
La versión que rinde de verdad de la carne mechada empieza con 1,5 kilos de cabecero de lomo en dados gruesos. Salpimenta y dóralos en una olla amplia. Retira y añade dos cebollas picadas, ajo laminado al gusto y, cuando esté dorado, devuelve la carne y pon 400 mililitros de vino blanco. Reduce 10 minutos y añade un bote grande (de 800 gramos) de tomate troceado o triturado, aromáticas al gusto –laurel, tomillo, romero, albahaca, orégano, las que te gusten– y un poco de agua o caldo. Cocina a fuego muy suave durante unas dos horas, o cuarenta y cinco minutos si usas olla rápida.
Una vez tierna, deshilacha la carne y mézclala con su propia salsa, reduciendo un poco más a fuego suave si queda demasiado líquida. Sirve una parte con pasta, a modo de ragú –añade dos o tres cucharadas de tomate concentrado para potenciar su sabor–, otra en unos tacos, bocadillo o quesadillas con cebolla encurtida en vinagre, zumo de naranja y un poco de sal (si quieres adelantar el proceso, pon los líquidos calientes sobre la cebolla finita). Sirve el resto con unas patatas exprés al microondas, puré o arroz integral.
Ingredientes
Para la receta base, 1,5 kg de cabecero de lomo de cerdo en dados gruesos, 2 cebollas, ajo al gusto, 400 ml de vino blanco, 1 bote grande (unos 800 g) de tomate troceado o triturado, caldo (solo para ajustar el líquido si hace falta, también se puede usar agua, laurel, tomillo, romero, albahaca u orégano (o varias), sal, pimienta, aceite de oliva. Para la pasta, 400 g de pasta seca al gusto, 2–3 cucharadas de tomate concentrado, queso rallado al gusto, ; para los tacos, bocadillo o quesadillas, tortillas de trigo o maíz, pan de bocadillo o tortillas para quesadillas, 2 cebollas rojas o blancas), vinagre, 1 naranja, sal, queso fundente si se hacen quesadillas (por ejemplo, tronchón tierno); para la tercera receta; 4 patatas medianas (para hacer “exprés” al microondas o cocidas), si se hace puré, un poco de leche o bebida vegetal y mantequilla o aceite o 100 gramos de arroz integral.
Sigue a El Comidista en Youtube