Menú semanal de El Comidista (8 a 14 de noviembre)

Prueba esta ensalada con rúcula, caqui persimon y burrata y descubre lo bien que combinan estos tres ingredientes.

El cuello es un corte humilde y muy sabroso por la proximidad de la carne con el hueso. Aquí saca todo su sabor y una textura muy tierna después de cocinarse durante un buen rato a fuego lento con tomate y vermut.

Estas galletas de mantequilla no se te resistirán aunque seas un desastre para la repostería. El único problema que tendrás con ellas es conseguir no comértelas todas.

Este aperitivo a base de harina de garbanzo cocida en agua y posteriormente frita es una sabrosa herencia de la cocina de posguerra, perfecta para disfrutar con una copa de buen vino.

Este platazo de pasta es estupendo y algo más currado que sus homólogos. O sea, perfecto para estas fechas. Si controlas que el huevo no se cocine, lo tienes hecho.

Vale: el olor de las mandarinas no se quita fácil de los dedos, pero es un mal menor comparado con su jugosidad.

Otoño es igual a setas, y pocos platos reconfortan más que una crema cuando empieza a hacer fresquillo. Saca el máximo partido a los champiñones con nuestra fórmula probada.

Una versión vegetariana, ligera y otoñal del clásico británico. Cambiamos el cordero por soja texturizada hidratada en un sabroso caldo y enriquecemos el puré de patata con algunos boniatos.

La sencilla manzana asada se puede convertir en un postre tan completo y elaborado como quieras: solo hay que darle aroma con algunas especias, la textura de los frutos secos y algo de untuosidad gracias al queso fresco.

Pocas cosas ofrecen tanta recompensa por poco esfuerzo como encender el horno y poner en él una calabaza. Aquí la aliñamos con mantequilla 'noisette', almendras laminadas y un generoso toque de pimienta.

Dos productos de temporada se unen para crear un plato de otoño que se sale de lo habitual. Confitar el salmonete en un aceite que no llegue a burbujear es básico para conseguir la textura perfecta.

Sentimos decirte que las naranjas no curan los resfriados, pero siguen estando bien ricas.

Un tartar de pescado con frutas de temporada, facilísimo de convertir en ensalada añadiéndole un lecho de hojas verdes –por ejemplo, rúcula o escarola– y una vinagreta sencilla a base de de aceite y limón.

Este plato típico de la gastronomía belga lleva a las endivias a su máximo esplendor. Si no sueles cocinar ni comer esta hortaliza, esta receta es perfecta para empezar.

Actualizamos la madre de todas las recetas reposteras con un toque de té verde de repostería y un poco de chocolate: para prepararla sigues sin necesitar mucho más que el vaso de yogur como medida universal.

Rendimos el enésimo homenaje a la alcachofa con un arroz a la cazuela. Unas finísimas lonchas de panceta ibérica fundidas logran que se venga aún más arriba.

Además del blandito –el de toda la vida– encontramos también el saroni y el persimon, con una textura más parecida a la de la manzana.

Una sopa sencilla y reconfortante con setas y patata que puedes adaptar al contenido de tu nevera: chascar el tubérculo es el único truco para que el caldo quede contundente y gustoso.

Hazte con unas naranjas dulces y prepara este delicioso y ligero mousse, que seguro hará las delicias de tus invitados.

Una bebida a base de café y gaseosa ayudaba a refrescar las tardes del siglo pasado, y se convirtió en referente en zonas de Cataluña y Aragón.

Pincha en el enlace y descárgate la plantilla de menú semanal de El Comidista. Podrás organizarte los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas de toda la semana.