¿Eres capaz de distinguir el pan artesano del industrial?
En plena Era de la Masa Madre planteamos un reto a profesionales de la alimentación: diferenciar un pan artesano de uno industrial probándolos a ciegas. El resultado te sorprenderá... o no.
Una de nuestras secciones más queridas, la Prueba del Postureo, toca a su fin. En episodios anteriores, expertos y expertillos del vino, la cerveza, el café, la ginebra, el queso o el aceite se sometieron a ella y cataron a ciegas una versión premium gourmet carísima superguay de la muerte de cada producto y otra baratuza de la que compra el vulgo en los supermercados. Se trataba de descubrir si eran capaces de diferenciarlas de verdad, y si, sin la referencia de la marca, preferían la segunda a la primera. Muchos patinaron, para disfrute de las malas personas como vosotros; otros, no tanto, porque hay gente por ahí con el paladar fino de verdad.
La última entrega de la Prueba del Postureo está dedicada a un alimento básico donde los haya, pero que en los últimos años ha vivido un boom de masas madres, espeltas, centenos y largas fermentaciones: el pan. Para comprobar si los profesionales de la manduca distinguen un pan artesano de uno industrial barato, fuimos a la zona panarra de Alimentaria, la feria más importante del sector, y dimos a probar a ciegas ambas modalidades. Lo que pasó igual te sorprende o igual no: sólo saldrás de dudas si lo ves dándole al play en el vídeo de arriba.
