El supermercado de barrio que salió a conocer mundo
Este supermercado regentado por dos hermanos paquistaníes se ha convertido en La Meca de los gourmets barceloneses. ¿Cómo lo han conseguido sus propietarios?
En sus estanterías hay más de 350 variedades de pasta italiana, 150 tipos de té y en sus neveras más de 200 quesos diferentes provenientes de Francia. Pero todo eso, que es mucho, solo es una parte de todo lo que puedes encontrar en B.H.G. Supermercat del Món (C. Parlament, 21. Barcelona) la tienda gourmet más internacional –y con mejores precios– de Barcelona.
Cuando llega la Navidad aparecen 97 panettones de distintas marcas y, por Semana Santa, venderán 50 tipos de colomba. A eso súmale comida de todo el continente americano, de Asia y de Europa.
¿Tienes antojo de hojas de parra rellenas de arroz? Entrando a mano izquierda ¿Necesitas una latita de Ghee? Al fondo a la derecha. ¿Cervezas raras? ¿Mantequilla italiana bio? ¿Un surtido de burrata? Tú pide, que si no tienen lo que buscas se quedarán con tu nombre y te lo conseguirán.
De hecho, el supermercado de Mubarak Hussain y su hermano Haroon se ha convertido en la meca gourmet de Barcelona gracias a que estos hermanos pakistaníes son capaces de conseguir cualquier comestible que les pidas. “Preguntamos mucho a los clientes y llamamos a los fabricantes que nos dicen”, afirma Mubarak con una lógica de emprendedor pasmosa.
La historia de los Hussain se parece a la de muchos pakistaníes que decidieron buscar un futuro mejor en España. Originarios de Islamabad, llegan a la calle Parlament de Barcelona en 1998, donde el padre abre un supermercado. Esa calle Parlament, bastante gris, nada tiene que ver con el actual eje de la vida hipster barcelonesa. A finales de los noventa, en el barrio de Sant Antoni, vivía una clase media trabajadora, proliferaban pequeños comercios y la actividad comercial giraba alrededor del segundo mercado más antiguo de la Ciudad Condal, sin más glamur que el de un género buenísimo a precios populares.
A pesar de un entorno poco cosmopolita, el negocio de los Hussain funciona y tiran adelante una familia con tres hijos: Mubarak, Haroon y Mafooz. Catorce años más tarde, en 2012, Mubarak decide continuar con el negocio del padre, pero en el local contiguo y con un enfoque absolutamente diferente.
“Todo el mundo abre supermercados con productos de Asia o América, pero nosotros queríamos algo diferente, con más producto europeo. Si todos tuviéramos el mismo producto, no habría negocio”, sostiene Mubarak. Le pregunto de dónde le viene el instinto comercial, si ha estudiado empresariales o algo parecido, pero no: estudió un grado superior de Informática.
Me sorprende la variedad de marcas de passata –Mutti, De Cecco, La Torrente, Cirio–, las alcaparras en salazón, las aceitunas de Gaeta… productos italianos difíciles de encontrar incluso en una ciudad tan grande e italianófila como Barcelona.
“Lo que más me piden son los productos italianos y también es lo que más me gusta”, dice Mubarak, “concretamente los espagueti”.
Los productos internacionales no son la única especialidad de este supermercado. También tienen mucho protagonismo las leches vegetales –más de cincuenta variedades–, los productos sin gluten y los productos orgánicos. “Tengo todo el producto orgánico que puedo porque la gente lo pide y porque creo que todo debería ser así”, manifiesta Mubarak. También procura evitar los productos con aceite de palma.
Además del vasto surtido de productos, uno de los motivos del triunfo del supermercado de Mubarak y Haroon son los precios. En general, todo lo que puedes encontrar en B.H.G. Supermercat del Món está mucho más barato que en otras tiendas con una oferta similar. “Quiero vender a más gente, aunque sea ganando menos. Así la gente vuelve”, dice Mubarak. Y vaya si vuelven, Mubarak cuenta que tiene clientes de Madrid y Murcia que le compran cuando visitan Barcelona.
Mientras charlamos, entra un niño que anda buscando té rojo. Mubarak le conoce y le trata con familiaridad. Él y su hermano son dos tipos amables y atentos, dos currantes –confiesa que los tres primeros años fueron muy duros– que conocen a los clientes por su nombre.
Es curioso, pienso, Mubarak parece encarnar aquella máxima tan barcelonesa de ‘volta el món y torna al Born’ –viaja por el mundo y vuelve al Born (un barrio de Barcelona)–. Aunque el que da la vuelta al mundo es su supermercado y él no puede volver porque jamás se ha ido: él es de Barcelona.
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