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El tesoro en el ‘triángulo mágico’ de la Ribera del Duero

Un enclave singular, viñedos únicos y una filosofía que apuesta por la excelencia alumbran a uno de los tintos más sugerentes y sofisticados de la DO: Finca La Capilla. En esta tierra de contrastes y de vinos legendarios, hay una nueva referencia obligada

La Ribera del Duero se codea desde hace años con las zonas vitivinícolas más reconocidas del planeta. Suelos milenarios, fértiles, con viñedos por encima de los 700 metros de altitud, alumbran las mejores uvas, a la altura de Burdeos o Borgoña (Francia), la Toscana (Italia) o el valle de Napa (Estados Unidos). Las cepas se arraigan sobre capas a veces arenosas o arcillosas, a veces calizas y calcáreas. Hay un triángulo mágico: el que forman las localidades burgalesas de Roa (sede del Consejo Regulador la Denominación de Origen), La Horra y Anguix, que concentran algunos de los suelos más cotizados. Aquí se asentó la familia Forner ⎯conocida por su trayectoria en España y en Francia⎯ en 2019, para apostar por un nuevo desafío en la Ribera del Duero. Tras una búsqueda exhaustiva de los mejores terroirs (como llaman en Francia al lugar que conjuga el terreno, el clima y el entorno ideales para el vino), nacía Finca La Capilla.

Queremos interpretar el carácter contundente de la Ribera del Duero para llevarlo hacia una expresión elegante y equilibrada
Cristina Forner, presidenta de Finca La Capilla

Hoy, la bodega cuenta con 65 hectáreas de viñedo en propiedad que han sido cuidadosamente catalogadas según su potencial cualitativo. Se trata de un auténtico mosaico parcelario en el que cada majuelo ⎯como se denomina en la zona a los viñedos⎯ aporta matices singulares, fruto de suelos antiguos de origen terciario y de las fuertes amplitudes térmicas que caracterizan la zona.

“Queremos interpretar el carácter contundente de la Ribera del Duero para llevarlo hacia una expresión elegante y equilibrada”, afirma Cristina Forner, presidenta de la bodega. Ese equilibrio entre potencia y finura se ha convertido en el sello de identidad de Finca La Capilla, perteneciente al grupo riojano Bodegas Marqués de Cáceres.

La Capilla Crianza: el corazón de la bodega

Entre los vinos que nacen de esta finca, destaca La Capilla Crianza, un tinto que encarna la esencia de la bodega. Se elabora exclusivamente con Tinta del país, la variedad reina de la Ribera del Duero, vendimiada manualmente en pequeños lotes por parcelas.

Su proceso de crianza responde a la filosofía artesanal de la casa: el vino reposa 14 meses en barricas de roble francés de grano fino y posteriormente se afina en botella entre 16 y 20 meses. El resultado es un vino intenso, armónico y elegante, con capacidad de guarda para disfrutarlo ahora... y en los próximos años.

A la vista, el vino tiene un color profundo, de capa alta, lo que anticipa su riqueza aromática, con predominio de fruta fresca perfectamente envuelto en una madera fina e integrada. En boca, por último, el paso fresco y vivo, con matices cremosos y finos tostados. Los taninos, envolventes y sedosos, refuerzan su carácter elegante.

Una nueva imagen para un vino icónico

El lanzamiento de la última añada de La Capilla Crianza coincide con un rediseño de su etiqueta, que refleja la identidad de la bodega a partir de un lenguaje visual renovado. La nueva estética incorpora un rosetón en bajo relieve, tipografía sofisticada y una paleta cromática sobria, transmitiendo a primera vista la autenticidad y profundidad del vino.

“El diseño de la etiqueta es el primer contacto con el consumidor, y queríamos que reflejara nuestra filosofía: vinos de pago, producción limitada y máxima calidad en cada botella”, explica Cristina Forner.

Este restyling no solo responde a un criterio estético, sino también estratégico: posicionar La Capilla Crianza entre los grandes tintos de referencia de la Ribera del Duero, a la altura de un consumidor cosmopolita y exigente que busca vinos con carácter y con una historia detrás.

El ‘terroir’ como protagonista

Finca La Capilla se distingue por su apuesta por la viticultura de precisión. Cada año se realiza un estudio detallado de los suelos mediante imágenes de satélite, que permiten zonificar las parcelas y seleccionar los rincones de mayor singularidad. El objetivo es reflejar en cada vino las diferencias de los terruños, respetando al máximo la expresión natural de la uva.

La Capilla Crianza es un vino que conecta con el estilo de vida de quienes valoran la autenticidad y el disfrute consciente. Es ideal para acompañar carnes rojas y lechazos típicos de la comarca, guisos tradicionales o tablas de quesos curados, pero también se presta a maridajes más contemporáneos, como platos de cocina internacional que buscan equilibrio entre potencia y frescura

Las condiciones extremas de la zona ⎯con veranos calurosos, inviernos rigurosos y una amplitud térmica de más de 20 grados entre el día y la noche en época de maduración⎯ favorecen la obtención de uvas ricas en taninos, de gran intensidad colorante y excelente arquitectura polifenólica. Es esa combinación de factores la que dota a La Capilla Crianza de un carácter único.

Un vino para vivir experiencias

Más allá de sus virtudes enológicas, La Capilla Crianza es un vino que conecta con el estilo de vida de quienes valoran la autenticidad y el disfrute consciente. Es ideal para acompañar carnes rojas y lechazos típicos de la comarca, guisos tradicionales o tablas de quesos curados, pero también se presta a maridajes más contemporáneos, como platos de cocina internacional que buscan equilibrio entre potencia y frescura.

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