Hacia el conocimiento infinito

La formación permanente se ha convertido en una de las claves para actualizar las habilidades y los conocimientos de cualquier profesional, sobre todo en este momento de constantes y drásticos cambios en el mundo laboral. Está claro que el futuro está marcado por la incorporación de nuevas tecnologías, novedosas formas de trabajo y nuevos retos. No hay alternativa: es renovarse o morir, porque la secuencia tradicional formación-trabajo-jubilación ha llegado a su fin. Además, si algo ha puesto en evidencia la crisis económica originada por la pandemia es que aquellas organizaciones o personas con una preparación actualizada la están sorteando mejor.

En un informe sobre el futuro del trabajo, el Foro Económico Mundial señala que durante los próximos cinco años se generarán, aproximadamente, 150 millones de nuevos empleos y que otras muchas ocupaciones tradicionales se convertirán en puestos tecnológicos, que requerirán la adaptación de miles de profesionales. Por eso, para Ricardo J. Palomo, coordinador del Proyecto de Aprendizaje Continuado CEU Digital, el aprendizaje a lo largo de toda la vida laboral es ya una necesidad para cualquiera que desee mantener o mejorar su proyección profesional: “Las empresas deben incluirla en todos los ámbitos de la organización y vincularla a los objetivos. Las escuelas de negocio y las instituciones educativas entienden que la formación durante toda la vida (lifelong learning) resulta cada vez más necesaria en las trayectorias profesionales y que, progresivamente, abarca un rango temporal mayor, que antes no se contemplaba”.

Hoy, al tiempo que crece la esperanza de vida se alarga la carrera profesional, lo que lleva a pensar que no tiene sentido que los conocimientos adquiridos años atrás sigan vigentes, comenta Almudena Eizaguirre, directora general de Deusto Business School. “Si pensamos en que vivimos en un entorno cambiante, en un entorno VUCA [por sus siglas en inglés] (volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad), en una realidad en la que el mercado evoluciona con tanta rapidez, la adaptación de la formación es imprescindible”, enfatiza.

Irene Vilà, vicedecana en el campus de Madrid de EAE Business School, considera que, para las empresas, el aprendizaje permanente se ha convertido en una obligación para tener ventaja competitiva y diferenciarse. “Para las escuelas de negocios es un reto muy interesante que nos obliga a estar en la vanguardia de las tendencias económicas y empresariales, y poder trasladar ese conocimiento a las aulas; es también una oportunidad si sabemos aprovechar bien este reto, porque la necesidad está ahí, se trata de darle la respuesta adecuada. Sin formación continua, el profesional se va quedando fuera del mercado”.

Nuevas necesidades y nuevos empleos

“Las escuelas de negocios deben actualizar sus programas educativos pensando en las nuevas necesidades y los nuevos empleos que demanda una economía como la actual”, apunta Marc Correa, decano de Esade Executive Education. Y añade: “Son varios los informes que señalan que, en nuestro país, a pesar de la elevada tasa de paro, hay muchos puestos que no se cubren por falta de capacidades. También debemos atender a la realidad de los trabajadores; no todos se pueden permitir una interrupción en su carrera profesional para actualizarse o reciclarse”.

“La transformación de las organizaciones empieza por la adaptación al cambio de paradigma de las personas que las integran”, subraya Enrique Benayas, director de ESIC Corporate Education y director general en ICEMD-Instituto de Innovación de ESIC: “La capacitación de los equipos de las empresas abarca desde los directivos, que deben tener la visión, el criterio y el liderazgo, hasta los responsables de unidades funcionales y de negocio, que son los que, finalmente, implementan los cambios. Por ello, a pesar de la situación actual, muchas empresas han entendido que no es el momento de escatimar esfuerzos en preparar a sus equipos; al contrario, es un momento clave para hacer catarsis, reinventarse, transformarse y salir más preparados que antes de la pandemia”.

¿Es el aprendizaje permanente una tarea todavía pendiente en España? Ricardo J. Palomo cree que, aunque se ha avanzado mucho, “aún falta formación, principalmente tecnológica, en muchas actividades profesionales que enfrentan una fuerte transformación digital y la competencia de nuevos modelos de negocio”. Sin embargo, en opinión de Almudena Eizaguirre, España se encuentra en la línea de lo que está sucediendo en países de su entorno: “Las empresas más punteras están capacitando continuamente a sus plantillas y los empleados, de manera particular, son cada vez más conscientes de que, con una vida laboral cada vez más larga, necesitan formarse en nuevas competencias”. También Irene Vilà considera que la formación continua “se acepta como algo natural que forma parte de la vida profesional”.

Marc Correa, por su parte, afirma que muchos profesionales se están dando cuenta de lo necesario que es adquirir nuevos conocimientos cada cierto tiempo. “Jóvenes y no tan jóvenes. Cada vez más profesionales séniores, con décadas de experiencia a sus espaldas, deciden formarse de nuevo porque ellos también compiten en este mercado de trabajo tan cambiante”.