Grados para conquistar las estrellas
Las universidades buscan mejorar y adaptar la preparación de profesionales para la sólida industria astronáutica nacional
Michael Collins, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, astronautas del Apolo 11, hicieron historia en julio de 1969, cuando pisaron por primera vez la Luna. De la misión queda para la posteridad la frase “Llegamos en paz para toda la Humanidad”, una inscripción que aparece acuñada en la placa que los astronautas dejaron en el satélite junto con otros elementos. A lo largo de estos 50 años, numerosas han sido las expediciones internacionales que han tenido lugar. Más recientemente, el pasado 18 de febrero, el vehículo terrestre (o rover, en inglés) Perseverance aterrizaba en el cráter Jezero de Marte para estudiar la composición de rocas, el subsuelo y el clima. Un robot de seis ruedas y unos tres metros de largo que incorpora tecnología en la que han participado investigadores españoles. Una de esas tecnologías es el instrumento MEDA (Mars Environmental Dynamics Analyzer), que constituye la estación meteorológica del rover encargada de recopilar datos sobre la radiación, el clima del planeta y el viento marciano, y que ha sido diseñada, fabricada y financiada por España en un proyecto liderado por el Centro de Astrobiología (CAB), centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Nacional de Técnicas Aeroespaciales (INTA). La otra aportación tecnológica es el diseño, fabricación, verificación e integración del mecanismo de apunte de la antena de alta ganancia (HGAG), que permite la comunicación bidireccional directa entre Perseverance y las estaciones de seguimiento en la Tierra, desarrollada por Airbus CASA Espacio.
España posee una sólida y reconocida industria aeroespacial —con una inversión de 4.369,4 millones de euros en el periodo 2009-2018— y una presencia activa en programas de la Agencia Espacial Europea (ESA), de cuyo organismo es socio fundador. Actualmente, España lidera subsistemas y programas completos, tanto experimentales como comerciales.
Ante el reto “ultraterrestre”, la Universidad de Alcalá de Henares (UAH) oferta 50 plazas, para el curso 2021-2022, del recién estrenado Grado de Física e Instrumentación Espacial. Su duración es de cuatro cursos académicos que, una vez finalizados, permitirá a sus egresados el acceso al Máster en Ciencia y Tecnología Espacial. Posteriormente, se podrá acceder al programa de doctorado en Investigación Espacial y Astrobiología. Óscar Rodríguez Polo, profesor del departamento de Automática de la UAH, explica que “desde hace varias décadas los profesores hemos participado en misiones espaciales, tanto desde la vertiente científica, como desde la tecnológica. Un ejemplo reciente lo tenemos en la misión Solar Orbiter, cuyo instrumento EPD se ha desarrollado desde el liderazgo científico del profesor de la UAH Javier Rodríguez-Pacheco, aunque otros profesores también han participado en la parte tecnológica”. Esta colaboración en misiones ha puesto en valor el conocimiento interdisciplinar para abordar el desafío que supone un desarrollo tan complejo como un instrumento de observación espacial. Una multidisciplinariedad que en la creación de este Grado se explica, según Oscar Rodríguez Polo, en el hecho de que “mientras la Física se centra en “qué” se pretende observar, la tecnología se ocupa del “cómo”, y el aporte de ambas disciplinas deben converger para lograr el objetivo común de desarrollar el instrumento. Este grado tiene como objetivo dotar al alumno de la formación necesaria para comprender y aportar soluciones al problema desde las dos perspectivas”.
Juan José Blanco Ávalos, profesor del departamento de Física y Matemáticas de la Universidad de Alcalá, sostiene que “esa larga tradición de participación en proyectos en el espacio ya sea de desarrollo o de investigación se refleja en el Grupo de Investigación Espacial, uno de los principales impulsores de este nuevo grado, en el que trabajan codo con codo, físicos e ingenieros. Un profesional que combina conocimientos científicos, Física en el caso de nuestro grado, con conocimientos tecnológicos aplicados al desarrollo en el espacio, es el modelo ideal para participar en este tipo de proyectos.
Por su parte, José Antonio Rodríguez Manfredi, investigador del Centro de Astrobiología (CAB), perteneciente al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA), valora muy positivamente la creación de este grado. En su opinión, “los contenidos docentes y la orientación propuesta permitirán cubrir una demanda de profesionales con la formación adecuada, con materias que todavía no están cubiertas en otros grados del sistema universitario español”. Asimismo, continúa el investigador, “va a permitir combinar bajo una misma titulación aspectos científicos y tecnológicos de la exploración espacial, aspectos que dotarán a los egresados de la formación mixta necesaria para servir de puente entre el mundo científico y el tecnológico, papel no siempre bien cubierto y de tremenda importancia”. Y concluye que la creación de esta titulación “no nace de un planteamiento teórico y ambiguo, sino de necesidades que el sector espacial está demandando, y que quedan patentes a través de la experiencia en proyectos espaciales de los grupos y departamentos de la UAH participantes”.
El perfil del alumnado, señalan los profesores de la Universidad de Alcalá, “es claro”. Va dirigido a un estudiante que muestra un gran interés por la Física, especialmente por aquella que se estudia desde el espacio, y que tiene curiosidad por entender cómo la tecnología hace posible las observaciones que se llevan a cabo en las misiones espaciales. En definitiva, apuntan, “va orientado a todos aquellos jóvenes que tienen ilusión por participar en misiones espaciales y se preguntan cómo poder hacer realidad ese sueño”.
Madrid espacial
Madrid es centro de referencia en el sector espacial, dado que es la comunidad autónoma donde se ubican las empresas más importantes. Además, España aporta el 9% del sector en Europa, con la existencia de numerosos centros e instituciones dedicados a hacer ciencia con el espacio como medio de estudio y donde los futuros egresados podrán trabajar. Una circunstancia que la Universidad de Alcalá quiere aprovechar para crear sinergias tanto con el sector empresarial como con instituciones científicas. Juan José Blanco Ávalos asegura que “diferentes empresas y Centros de Investigación de la Comunidad de Madrid y de la Comunidad de Castilla-La Mancha han mostrado su interés por el grado, incluso algunos profesionales de dichas empresas y centros fueron consultados durante el proceso de definición del grado. Este grado será la base del Máster en Ciencia y Tecnología desde el Espacio que se lleva impartiendo con gran éxito desde hace 10 años en la Universidad de Alcalá. Muchos de los acuerdos y colaboraciones existentes entre el máster y empresas e instituciones científicas se extenderán al grado”
Mari Paz Zorzano, Doctora en Ciencias Físicas y especializada en la exploración planetaria en Marte del INTA, cree que la puesta en marcha de este grado tan especializado “permitirá adquirir competencias tecnológicas y de conceptos científicos de física que serán de aplicación inmediata y facilitarán la incorporación laboral en este sector”. Aunque, persiste esta Doctora en Ciencias Físicas, “para trabajar en proyectos espaciales, hay que continuar la formación a través de estancias, con trabajos prácticos, o a través de un máster de especialización y, sobre todo, demostrar capacidad de iniciativa e interés por formarse continuamente, ya que las tecnologías y los retos de espacio cambian con el tiempo”.
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