92.000 muertos en un año: España es uno de los países con más exceso de fallecidos en la pandemia
Las defunciones registradas en estos meses son un 23% más de las habituales, la sexta peor cifra cuando comparamos 44 países de Europa y el resto del mundo
La primera ola azotó a España antes que gran parte del mundo. El país fue uno de los primeros donde los contagios se dispararon, dejando unas cifras durísimas, de las peores de Europa: entre el 22 de marzo y el 12 de abril de 2020, las muertes se duplicaron respecto a las mismas fechas del año anterior, según los registros del INE. Pero no sería el único golpe. En verano, los casos volvieron a elevarse antes que en el resto del continente —la variante del virus que dominó la región en otoño pudo salir de nuestro país—, provocando dos picos de ingresos y fallecidos en octubre y enero.
El goteo de cifras de fallecidos ha convertido en costumbre hablar de cientos de muertes diarias por covid-19, una enfermedad que hace dos años no existía. Viéndolas con perspectiva, estas muertes se traducen en un dato excepcional: lo normal hubiese sido que en 2020 se registrasen en España unas 400.000 muertes —tomando una media de lo ocurrido entre 2015 y 2019—, pero han sido cerca de 500.000, un exceso de fallecidos que supera las 92.000 personas, como recogen los registros civiles.
Esta cifra coloca a España entre los países con más víctimas del mundo, en relación con su población y en porcentaje. La tabla siguiente muestra el exceso para 44 países de los que hay datos (entre los que son europeos o tengan más de cinco millones de habitantes).
España aparece como el sexto país de la lista con el peor exceso de muertes (un 23% más de lo normal en el periodo 2015-2019). Está lejos del país que la encabeza (México, 58%) y de otros como Perú, donde el exceso seguramente es superior, pero cuyo registro de fallecimientos es incompleto (de ahí que no lo incluyamos en la tabla). España recoge la tercera peor cifra de los 27 países de la Unión Europea en el desajuste de fallecidos , solo por detrás de Eslovenia (24%) y Polonia (23%), aunque también cerca de Portugal (21%), Reino Unido (21%) o Italia (20%).
Detrás de ese grupo hay muchos países con excesos de menos del 20%, como Bélgica, Suiza, Bulgaria, Países Bajos, Francia, Suecia o Austria. Más abajo aparece Alemania, que tomó medidas duras durante muchos meses, aunque acabó sufriendo una segunda ola en invierno que ha elevado su cifra hasta el 9%. Por último, hay países que parecen haber contenido las defunciones en mayor medida, al menos de momento, como Grecia (7%), Letonia (6%) o Estonia(6%), y especialmente Dinamarca (3%), Finlandia (2%) o Noruega (0%).
Diferentes cronologías entre países
Al comparar las cifras por olas, se observa un patrón: hay pocos países que hayan tenido dos olas muy duras. Algunos fueron muy golpeados en primavera, como España o Reino Unido, y luego han tenido inviernos difíciles, pero no de los peores. Otros países que en primavera tuvieron pocos casos, como República Checa, Polonia o Eslovenia, han tenido en invierno los peores excesos de muertes. La ola que ha sufrido Eslovenia después de verano, por ejemplo, es peor que la que sufrió España en marzo y abril.
Es posible que esto se explique en parte por el efecto de la inmunidad: los contagios se frenan naturalmente después de que mucha gente pase la enfermedad —hay menos personas susceptibles— y, aunque se ha visto que eso no impide nuevas oleadas, sí es probable que complique su expansión. También pueden jugar un papel importante otros factores como la cautela: muchos países no aplicaron medidas severas hasta sufrir sus propias olas, pese a ver lo que ocurría en otros lugares en primavera, por lo que se acabaron agudizando sus efectos.
En el gráfico también se ven las excepciones, para bien o para mal. Estados Unidos o Brasil han tenido datos malos durante todo el año. Y en el extremo contrario están Alemania, Dinamarca, Grecia o Singapur, donde el exceso de muertos no se acercó al 20% en ninguna de las dos olas.
Excesos parecidos en diferentes edades
Sabemos que la enfermedad es más letal entre la población anciana. Por lo tanto, es lógico pensar que los países con más gente mayor registren más muertes. Sin embargo, la magnitud del exceso de muertes en España es similar cuando comparamos el dato total y los específicos, por franjas de edad: es el sexto país con el peor exceso en general (23%), pero también es el sexto entre los de 65 a 74 (24%), el noveno entre la gente de 75-84 años (18%) y el cuarto país con más exceso entre los mayores de 85 años (29%). Los datos del exceso de fallecimientos en edades más avanzadas no es responsable, pues, de elevar la cifra general. Esto sugiere una epidemia con más contagios en general, por tanto con efectos en todas las franjas, aunque las muertes sean más en mayores de 85 años.
Dilucidar los motivos que expliquen la magnitud de la pandemia en cada país es un asunto complejo. Influye desde el momento en que llegó el virus —es peor recibirlo primero, cuando no se conocía— hasta los hábitos sociales, la densidad de las ciudades o el tamaño de los hogares, sin olvidar la rapidez y contundencia con la que se puedan haber tomado medidas.
Las dos curvas: muertes oficiales y exceso
La contabilidad de las muertes ha sido un gran problema en muchos países. Una de las mejores métricas para estimar las víctimas del virus es el exceso observado en los registros civiles, que hemos usado hasta ahora: es una métrica que captura muy bien los eventos inusuales (desde las olas de calor hasta un brote infeccioso) y que evita los problemas de subestimación por falta de pruebas de detección de la enfermedad. Países como España y Reino Unido ya han analizado los excesos de sus primeras olas y han confirmado que en la práctica totalidad eran muertes con diagnóstico de covid-19.
En el siguiente gráfico mostramos cómo fueron acumulándose esas muertes (en rojo) y añadimos además las cifras oficiales de muertes confirmadas (en azul). Las evoluciones muestran algunas diferencias entre países: en México, las muertes crecen desde abril de forma constante; en Bulgaria, solo han tenido una ola, que vino en invierno; Reino Unido o Países Bajos han pasado dos. España tuvo una primera ola intensa y una segunda muy larga.
Muertes oficiales por covid-19 y exceso registrado respecto a la media de 2015-2019. Datos por millón de habitantes
En el gráfico también llama la atención la divergencia en muchos países entre cifras de exceso y muertes confirmadas oficialmente por la covid. Las autoridades sanitarias de muchos países, como España, han exigido que se confirme con una prueba diagnóstica la presencia del virus para que el fallecimiento entre en su estadística principal. Esto a menudo se ha traducido en una subestimación, sobre todo cuando los detectores de covid escaseaban. En países como Bélgica, en cambio, se suman también las muertes “sospechosas”, donde un médico ha visto síntomas de covid-19 aunque no haya prueba positiva. En su caso, la cifra de muertes oficial coincide con el exceso observado.
Hay incluso países donde a comienzos de 2021 se ven más muertes oficiales que exceso. Esto ocurre en Suecia, Francia o Bélgica porque en un año normal se registra ya un aumento de muertes en invierno, muy probablemente por la gripe, que hace que este año también se esperen. Pero como no ha habido apenas casos de gripe, no habrá muertes por gripe: un exceso del 0% significa, seguramente, que la covid está causando esas muertes. Por lo tanto, cuando el virus está controlado, el exceso de muertes se convierte en negativo, porque ni se notan sus efectos ni se notan los de la gripe, estabilizando las muertes totales.
En la siguiente tabla recogemos este desajuste en detalle y por olas. En España, el INE, a partir de datos de registros civiles, ha comprobado que el exceso del 95% de la primera ola fue covid-19 o “sospecha de covid”, según los certificados de defunción, y habrá otros casos donde no fuera diagnosticado. La estadística oficial del Ministerio de Sanidad contabiliza en ese periodo unas 30.000 muertes confirmadas, apenas 2 de cada 3 de las que recogió el exceso. En Alemania o Reino Unido, la cuenta entre los dos parámetros coincide más (84% y 99% respectivamente). En México, Rusia o Polonia, las muertes oficiales no alcanzan ni la mitad de las que recoge la estadística del exceso de muertes. Hay también algunos países donde la covid no ha causado muchas muertes —como Corea del Sur o Japón—, pero se ven más fallecimientos que en años anteriores, probablemente como consecuencia del aumento de población envejecida.
España ha reducido la diferencia entre fuentes después del verano, al aumentar la capacidad de realizar pruebas diagnósticas. No obstante, las muertes confirmadas de la estadística de Sanidad siguen siendo una cifra inferior (84%) al número estimado de fallecidos según el exceso.
En España, las comunidades notifican en los sistemas informáticos de Sanidad sus cifras, que luego el Ministerio recoge y publica. Pero esas mismas comunidades tienen su propia contabilidad, que a veces no encaja con las cifras de Sanidad. Cataluña es el caso más llamativo: cuenta 9.000 muertes más en sus estadísticas de las que informa al Ministerio. La razón es que Cataluña contabiliza como fallecidos por covid también los casos “sospechosos”, confirmados por un médico pero sin prueba diagnóstica. En cualquier caso, contando esas muertes adicionales, la cifra oficial de la Generalitat se acerca mucho más al exceso de muertes observado en los registros, algo que ocurre también con el dato propio de Castilla y León (unas 4.000 muertes más de las que ofrece el Ministerio) y el de Madrid (unas 1.500 muertes más).
El último gráfico muestra que continúan estos desajustes entre las muertes oficiales por covid y el exceso de muertes observado. Son datos por fecha de defunción, que se han ido actualizando para contar muertes de meses pasados, pero la cifra oficial sigue siendo inferior al exceso en comunidades como Madrid, Comunidad Valenciana, Castilla y León o Cataluña. Unas diferencias que se podían justificar en pleno tsunami de la primera ola, pero que un año después merecen, seguramente, una mejor explicación.
Diferencia entre las muertes notificadas y el exceso en registros civiles
Fuentes y metodología para este artículo
Los datos de fallecidos y exceso de muertes por países proceden de la web especializada OurWorldInData, proyecto de la Universidad de Oxford. Para los gráficos y las tablas con detalle hemos seleccionado los países de la Unión Europea y aquellos con una población de más de 5,5 millones de habitantes de los que existen datos. Los datos de comunidades autónomas son fallecidos por fecha de defunción, de las series que publica el Instituto de Salud Carlos III.