El día en que David reventó a puñetazos una luna para salvar a un conductor entre la vida y la muerte
Un policía en prácticas y en su día libre intervine en un accidente con un hombre atrapado en su vehículo volcado en Toledo y la Guardia Civil le escribe una carta para agradecerle su actuación
David Temprano, de 22 años, cambió su rutina habitual el pasado sábado 4 de enero, sin saber que aquella decisión iba a acabar con él reventando una luna de un coche a puñetazo limpio para evitar que un hombre se desangrara. Ahora lo piensa, en frío, y concluye que en ese momento la adrenalina fue la que le impulsó a actuar sin reflexionar mucho, y asegura que no fue consciente hasta mucho después de las heridas que estaba sufriendo él mismo al socorrer a un conductor cuyo coche quedó volcado en la A-42. “Me rajé las manos y los pies y ni me di cuenta”, bromea ahora. Una casualidad fue lo que, probablemente, marcó la diferencia entre la vida y la muerte en uno de los 101.300 siniestros de tráfico que se registran al año en España.
Normalmente, David va al gimnasio por las tardes, prácticamente todos los días, pero el 4 de enero libraba y, por eso, decidió hacer deporte por la mañana. Desde junio, trabaja como policía nacional en prácticas en una comisaría de Madrid y la A-42 es una vía que se conoce al dedillo. Estuvo toda la mañana en el gimnasio y, sobre las dos de la tarde, puso rumbo de vuelta a su casa. A la altura del kilómetro 45, en el término municipal de Illescas (Toledo), vio dos coches parados en lo que parecía un accidente, así que él también aparcó a un lado para ver si podía ser de ayuda con sus conocimientos en primeros auxilios como agente de policía.
La situación era más grave de lo que le había parecido desde el coche. Cuando bajó, pudo ver un vehículo volcado en la cuneta, prácticamente destrozado, y los otros conductores le indicaron que había un hombre atrapado en el interior. Los servicios de emergencias estaban de camino, pero era urgente actuar. “Intentamos partir una luna con lo que encontramos por ahí, pero no había manera, así que me puse a dar puñetazos y patadas, me metí por un hueco y vi al hombre volcado, en un lateral del coche, parecía que se quedaba sin respiración, así que cogí algunas prendas de ropa que tenía él por ahí y le hice una especie de torniquete en la zona del cuello”, explica David.
Así estuvieron alrededor de 15 minutos en los que el policía decidió que era mejor no moverlo. “Pensé que podía tener una lesión medular y podía empeorarlo”, indica. Una mujer le pasó unas vendas a través del hueco para que siguiera taponando, la sangre no paraba de brotar. Entonces oyó las sirenas y vio llegar a los bomberos y las ambulancias. Consiguieron excarcelar al herido y evacuarlo de urgencia a un hospital, mientras que a David lo trasladaron a un centro de salud para curar sus heridas y hacerse análisis, pues su sangre había estado en contacto con la del herido. Fue al llegar al ambulatorio cuando se dio cuenta de que tenía los pies llenos de cortes.
Poco después, David recibió una llamada que no esperaba. Lo telefoneó un mando de la Guardia Civil de Tráfico para agradecerle su actuación y subrayarle que fue fundamental para evitar un resultado fatal. Le anunció que el hombre herido había sobrevivido, aunque continuaba ingresado en estado de gravedad. Pero la Guardia Civil no solo lo llamó, sino que escribió una carta en la que destacó el socorro prestado al conductor y su valentía a la hora de intervenir con rapidez. “No puedo finalizar estas palabras sin ensalzar su labor en el auxilio prestado al ciudadano, muestras de ser un ciudadano ejemplar. Además de por su condición de policía, proyectó unas dotes de gran altruísmo y profesionalidad”, escribe un mando de la Guardia Civil.
En el tiempo que lleva como policía, David se ha enfrentado a una atacante con un cuchillo, ha participado en operaciones contra narcopisos e incluso ha atendido un parto. “Cuando estás trabajando, estás preparado para todo, pero en tu día libre esto te pilla de sorpresa”, reflexiona. Las enseñanzas de primeros auxilios que se imparten a los policías fueron fundamentales para que el agente supiera reaccionar y cómo hacerlo. De esta forma, se evitó que este fuera uno de los más de mil accidentes mortales que cada año hay en España. David no sabe cómo se llama la persona a la que salvó, en el momento no se lo pudieron comunicar por protección de datos, pero espera algún día poder conocerlo.
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