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Madrid, epicentro de las pancartas: la capital acoge 11 manifestaciones en un solo día

Cuatro convocatorias contra la guerra en Gaza y protestas por la amnistía, el aniversario de la muerte de Primo de Rivera o los derechos animales han sacado a la calle este domingo a miles de madrileños

Manifestación por la movilidad sostenible, ayer en la plaza de Cibeles.
Manifestación por la movilidad sostenible, ayer en la plaza de Cibeles.Claudio Álvarez

Ya sea la amnistía al procés, la guerra en Gaza, un cantón de basura en Madrid o los derechos de los animales, en la capital sobran las convocatorias para asistir a una protesta. Este domingo, 11 concentraciones minaron la ciudad con miles de inconformes con el Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y el Gobierno central. Según datos de la Delegación del Gobierno, 2,2 millones de ciudadanos salieron a las calles solo en 2022, en un promedio de 10 manifestaciones al día.

La guerra entre Israel y Hamás ha sido este domingo el eje de cuatro movilizaciones en la comunidad. En Ciudad Lineal, un barrio del noreste de Madrid, al menos 300 personas han protestado en contra de lo que definen como “genocidio palestino”. Una de ellas repetía a los asistentes, listos para empezar la marcha por la calle de Alcalá: “Esperen un poco más, que aún hay gente que debe salir de misa”.

Marta Hidalgo, de 79 años, quien lleva manifestándose desde los 16 años, explica que España tiene muchos “frentes sociales abiertos”. Ella se ha plantado en la calle para defender a los sanitarios, a los jubilados, a los universitarios, a los trabajadores de Telemadrid, y hasta en contra de la tala de árboles. Narra que durante el franquismo no se podía ni pegar un póster: “Tenía que estar corre que te corre porque si los grises [la policía] te encontraban, te molían a palos o te encarcelaban”. Gracias a esa lucha, puntualiza, “hemos abierto el camino a que todos seamos libres en salir y protestar”. En los barrios madrileños de San Fernando de Henares y Lavapiés y el municipio de Alcorcón también se han convocado marchas en favor de Palestina.

Así como hay motivos globales, también existen problemas vecinales, que no por afectar a menos personas, dejan de aglutinar a miles en las calles. Prueba de ello ha sido la manifestación más nutrida de este domingo: una marea amarilla de 5.000 vecinos que ha inundado la avenida de Montecarmelo, al norte de Madrid. Vestidos con chalecos amarillos, banderas con iconos de piratas y carteles que rezan “Almeida y Carabante no respetan al votante”, han salido a protestar contra la nueva ubicación elegida por el Ayuntamiento de Madrid para el cantón de basuras de Montecarmelo, que quedará junto a un colegio, una guardería y un cementerio.

El PP obtuvo en Montecarmelo entre el 60% y el 70% de los votos en las elecciones del 28-M. “El partido de gobierno tiene que replantearse esta decisión, si no quieren que les pase factura”, ha comentado Rafael Llanes, portavoz de la plataforma No al Cantón de Montecarmelo, con 20.000 vecinos afectados.

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Protesta en Montecarmelo contra el cantón de basuras que construirá el Ayuntamiento, cedida por la Plataforma No Al Cantón.
Protesta en Montecarmelo contra el cantón de basuras que construirá el Ayuntamiento, cedida por la Plataforma No Al Cantón.EULOGIO VALDENEBRO

Después del 2013, cuando miles de personas salieron a las calles para manifestarse contra los recortes del PP, el 2022 ha sido el año con mayor número de manifestaciones: 3.758, el 27 % de ellas convocadas por temas laborales; el 16%, en defensa del sistema sanitario; y el 12%, por motivos políticos, como las dos convocadas este domingo por asociaciones antagónicas. Una de ellas ha agrupado a un centenar de nostálgicos del franquismo, a las afueras del cementerio de San Isidro, para conmemorar anticipadamente el 20 de noviembre, fecha de fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange.

Los 110 asistentes han sido principalmente hombres mayores, ataviados con gafas piloto, chaquetas negras de cuero o la característica camiseta azul con mangas remangadas sobre la que resaltan el yugo y las flechas en rojo, símbolos de la Falange. Hubo una eucaristía proclamada desde un púlpito improvisado que tenía pegado un póster de “No a la amnistía” y de fondo un cartel de la Falange con los colores rojo y negro.

El ambiente se crispó cuando unos manifestantes, que se presentaron como los organizadores, intentaron entrar al cementerio para visitar la tumba de Primo de Rivera, un acercamiento que derivó en una serie de empujones con los que agentes de la policía alejaron a los falangistas de la entrada al cementerio. “Te va a ir mejor con los moros, con ellos no tenéis cojones”, ha gritado una señora como eco de las consignas de las protestas en Ferraz. Un vocero implicado en el roce con la policía ha afirmado en el preámbulo de la misa: “Ya no nos dejan ni entrar al cementerio, ni a rezar a nuestros muertos, ni a honrar a nuestro jefe”.

Un centenar de personas homenajean al fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, frente al cementerio de San Isidro, en Madrid.
Un centenar de personas homenajean al fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, frente al cementerio de San Isidro, en Madrid.Juan José Martínez

La ley de memoria histórica provocó, entre otras cosas, la exhumación de Primo de Rivera del Valle de Cuelgamuros, donde este domingo a la misma hora se manifestaban los que piden la exhumación de miles de víctimas de la dictadura, la demolición de la cruz del monumento franquista y “la conversión de Cuelgamuros en un memorial antifascista”. La asociación de vecinos que convoca a esta concentración, desde hace 16 años, ha reivindicado en su página de Facebook: “Por fin conseguimos sacar la tumba del sedicioso líder de la Falange Española que no es ‘una víctima más’ como intentan hacernos creer”.

Seis kilómetros al norte, en la plaza de Cibeles, cerca de 200 personas han participado de la bicicletada “Ni un paso atrás en movilidad sostenible”. La convocatoria de Ecologistas en Acción y 40 organizaciones de ciclistas y peatones se opone al desmantelamiento de carriles bici o el retraso en la implantación de las zonas de bajas emisiones en algunos ayuntamientos, principalmente gobernados en alianza por el PP y Vox. Una decena de ciudades como Valladolid, Málaga, Logroño y Elche secundaron la rodada. Si bien en Madrid no se han desmantelado carriles bici en esta legislatura, tampoco se construirán muchos. “El estancamiento es el retroceso”, resume Miguel de Andrés, presidente de Pedalibre, la asociación de ciclismo urbano más grande de la ciudad. A la concentración, se han sumado las asociaciones vecinales y movimientos que se oponen a la tala de 880 árboles que va a suponer la ampliación de la línea 11 del metro.

Manifestación de 'Anonymus for the Voiceless', en favor del veganismo.
Manifestación de 'Anonymus for the Voiceless', en favor del veganismo.Juan José Martínez

En otro punto del centro, cuatro voluntarios de Anonymus for the Voiceless, han formado una equis que abarca los cuatro puntos cardinales. Cargan pantallas de 32 pulgadas, donde proyectan imágenes de vacas desangradas, cerdos electrocutados o pollos despellejados vivos. Este colectivo animalista ha celebrado este domingo su sexto aniversario, desde que instalan este performance cada domingo en la Gran Vía. “No discutimos, no interrumpimos y no nos obsesionamos con veganizar a las personas, aunque sea nuestro objetivo”, dice el coordinador Ricardo Delgado a cuatro voluntarios. El cronograma de movilizaciones ha continuado con una manifestación en Lavapiés por el día de la conciencia negra, efeméride brasileña que se celebra el 20 de noviembre.

Ni cuando la noche se cierne sobre la capital, los reclamos se apagan. Frente al Congreso de los Diputados, un grupo de al menos 50 mujeres corea sobre la seis de la tarde: “No al abuso infantil intrafamiliar”. Se han reunido bajo el llamado de Ana Cuartas, quien sufrió una vejación sexual por parte de un familiar durante su niñez y quien ahora reclama que en la ‘ley Rhodes’ de la protección de la infancia “no hay un solo renglón donde se recoja el abuso infantil intrafamiliar por lo que no hay herramientas para erradicar este problema”. Algunas de las asistentes cubrían su rostro con caretas blancas para evitar ser reconocidas, mientras algunos menores, también con máscaras, jugueteaban alrededor. “Hay una investigación dentro del ámbito eclesiástico, pero ninguna para quienes viven el abuso dentro de su familia”, puntualiza Cuartas, quien recupera el micrófono y se une al coro. “Que retumben nuestras voces”, se escucha sin pausa frente a la casa de la democracia.

Un grupo de mujeres exige frente al Congreso de los Diputados que la ley de protección infantil abarque los casos de violencia sexual intrafamiliar.
Un grupo de mujeres exige frente al Congreso de los Diputados que la ley de protección infantil abarque los casos de violencia sexual intrafamiliar.Luis Enrique Velasco

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