Dos mujeres denuncian agresiones homófobas en el parque Warner de Madrid
Conchi y Gema, pareja y madres de dos niños, relatan que unas 15 personas las golpearon delante de sus hijos al grito de: “¡Vamos a ir a por ti, puta bollera asquerosa de mierda!”
Dos mujeres, Conchi Lázaro, de 32 años, y su pareja Gema, de 41, denunciaron el pasado 21 de mayo una agresión homófoba en las instalaciones del parque Warner de Madrid. La familia, natural de Canarias, se encontraba de vacaciones en la capital y a las seis de la tarde del día anterior, sábado, un grupo de entre 10 y 15 personas las tiró al suelo y golpeó delante de sus dos hijos ―de cinco y seis años― cerca de la entrada del recinto y al grito de “¡vamos a ir a por ti, puta bollera asquerosa de mierda!”, según la denuncia que interpusieron en una comisaría de la ciudad, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, y el relato de las agredidas.
“Cerré los ojos y pensé que me mataban”, cuenta por teléfono Lázaro. Sobre las 18.00, la pareja y los dos niños, después de pasar el día en el parque, fueron a las taquillas a por sus pertenencias, dispuestas a merendar algo rápido e irse. “Teníamos un par de vasos y los dejamos en el suelo. Entonces se acercan dos mujeres, a abrir la taquilla debajo de la nuestra. No decimos nada, pero al marcharse, una de ellas da una patada a los vasos”, explica. La pareja no interviene y llevan a los niños a un banco próximo. Empiezan a merendar y en pocos minutos “unas 10 o 15 personas” se colocan al lado de la familia.
“Nos miraban y empezaron a provocar. ‘¿Qué miráis?, ¡Qué no mires!’, gritaban. Respondimos que no estábamos mirando. Me levanto, les doy la espalda y miro a mi pareja”, sigue Lázaro. Lo siguiente que recuerda, y que también refleja la denuncia, es que una mujer le agarró del cuello mientras le decía: “¡Bollera de mierda!”. “A Gema no le dio tiempo ni a decirme ‘cuidado’, me clavó las uñas y caí al suelo”, recuerda. Después, patadas, insultos y golpes por todo el cuerpo: “No veía nada. Ni donde estaba Gema [a la que también habían tirado al suelo] ni los niños. Intenté levantarme tres veces, pero no me dejaban”. Tras la primera agresión, el resto del grupo se unió a la paliza, dice Lázaro.
“Nadie nos ayudó”
La pareja recuerda que el parque estaba lleno, pero que “nadie les ayudó” o se acercó a detener a los agresores. “Me levanté como pude y fui a ver a los niños. Después corrí a buscar a alguien de seguridad. ‘¡Por favor, retenedlos!’, grité, pero me dijeron que no podían hacerlo”, narra Lázaro. Ella y Gema insisten en que “no había seguridad” en el momento de la agresión.
Una portavoz del parque desmiente la versión de la pareja: “El personal sí actuó. El protocolo de la Warner es llamar a la Guardia Civil, que se personó y tomó declaración”. Lázaro confirma que los agentes, tras varias llamadas, llegaron al recinto, pero que solo tomaron los datos a las dos mujeres que habían iniciado los golpes. El parque ha publicado este jueves un comunicado en su perfil de Twitter condenando la agresión, donde reiteran que el equipo de seguridad sí intervino y señalan que “están colaborando con las autoridades en la investigación”. La Guardia Civil no ha elaborado, por el momento, un comunicado sobre el suceso.
En referencia al incidente ocurrido el pasado sábado en nuestras instalaciones, condenamos el lamentable comportamiento de un grupo de visitantes. Desde Parque Warner, denunciamos este tipo de conductas que van en contra de nuestros valores de diversidad y familia.
— Parque Warner Madrid (@ParqueWarner) May 25, 2023
Lázaro cuenta que finalmente los agresores “se fueron en un autobús” y que no denunciaron en ese momento por el nerviosismo y la ansiedad. Una ambulancia trasladó a la familia al hospital Infanta Elena ―en el municipio de Valdemoro y a 14 kilómetros de la Warner― para el reconocimiento médico. El parte de lesiones, al que ha tenido acceso este periódico, recoge que ambas mujeres presentaban “contusiones múltiples” en cadera, pecho, costillas, manos, rodillas y espalda, heridas en la cara y “traumatismo craneoencefálico leve”. “Nos rompieron las playeras y las gafas, me robaron una pulsera, rasgaron la ropa. A Gema le sangraba el oído”, recuerda cinco días después Lázaro.
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