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Un barrio del PP contra el PP y los planes de Florentino en el Bernabéu: “Si hace falta me encadeno a un árbol”

Centenares de vecinos de Chamartín denuncian el nuevo proyecto urbanístico y de movilidad de Almeida, un túnel subterráneo que daría acceso a uno de los dos nuevos aparcamientos del estadio del Real Madrid

Vecinos y comerciantes del barrio posan con un cartel contra el proyecto del túnel de la Calle Habana en Madrid, este viernes.
Vecinos y comerciantes del barrio posan con un cartel contra el proyecto del túnel de la Calle Habana en Madrid, este viernes.Andrea Comas
Manuel Viejo

Florentino Pérez llama por teléfono a José Manuel Calvo, concejal de Desarrollo Urbano en la Alcaldía de Manuela Carmena:

—Me han tumbado el proyecto del Bernabéu y quiero retomarlo.

—Te lo han rechazado los tribunales.

Es septiembre de 2016. Acaban de iniciarse los primeros contactos entre el presidente del Real Madrid y el equipo de la alcaldesa Carmena para remodelar al fin el principal icono deportivo de la capital de España. El lavado de cara del estadio Santiago Bernabéu y sus aledaños se reiniciaba de nuevo tras el rechazo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid unos meses antes. El concejal Calvo, hoy en el Grupo Mixto municipal tras sus desavenencias con el grupo de Más Madrid en 2021, asegura que Florentino Pérez acudió a tres reuniones presenciales para negociar el proyecto. La primera vez fue con Carmena y el equipo de Urbanismo en una sala del palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid. Las otras dos se desarrollaron en un despacho de los alrededores del recinto ferial de la capital. Más tarde, con el sí atado de la entonces alcaldesa a la nueva obra, el presidente blanco delegó en Francisco Panadero, un antiguo asesor de Ana Botella en el Ayuntamiento, al que Pérez echó el lazo para que trabajara en las oficinas del Real Madrid. Tenía la misión de cerrar los últimos flecos.

Meses después de aquella primera llamada, el 31 de mayo de 2017, el pleno municipal del Ayuntamiento de la capital aprobaba la ansiada reforma blanca con los votos a favor de Ahora Madrid, PP y Ciudadanos. El PSOE, más reacio, se abstuvo. Las grúas ya tenían una fecha de colocación en el Paseo de la Castellana. El nuevo plan del Real Madrid ordenaba cerca de 90.000 metros cuadrados de los alrededores del estadio. El club se comprometía también a remodelar el espacio público. A cambio, eso sí, el Bernabéu podrá tener una altura de 12 metros más que la actual, una ampliación que la entidad futbolística consideraba necesaria para instalar una cubierta retráctil que actuaría como barrera de protección acústica y lumínica para el espacio urbano colindante.

Cuatro años después, el Bernabéu continúa patas arriba. Y, por primera vez, el vecindario se rebela. Una rara avis en el distrito de Chamartín, donde el club convive los días de partido con 150.000 vecinos en seis barrios muy poco acostumbrados a colgar pancartas en los balcones, a quejarse públicamente en los medios y a, sobre todo, a manifestarse por las calles, más aún contra el PP. Los populares alcanzaron aquí el 78% de los votos en las pasadas elecciones de 2021. Un auténtico feudo conservador desde hace décadas, donde la renta más común supera los 37.000 euros anuales, según el INE; lo que sitúa a los vecinos entre el 3% más rico de la Comunidad de Madrid. Hoy, al menos dos calles en concreto, están literalmente en contra de José Luis Martínez-Almeida y de los planes de Florentino Pérez. Son los vecinos del Paseo de la Habana y de Padre Damián: abogados, banqueros, jueces, funcionarios, y también algunos exconcejales del Ayuntamiento. Gente de mediana edad, mayormente jubilados, que están viendo cómo poco a poco su barrio está mutando en una especie de distrito futbolístico. Un simple paseo por los alrededores del estadio sirve para observar cómo en los últimos años cada vez que un local se queda vacío es adquirido por el club blanco para instalar oficinas.

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Para entender las recientes quejas, los vecinos y comerciantes —este sábado han salido a protestar por tercera vez y ya han recogido más de 500 firmas y presentado más de una veintena de alegaciones al Ayuntamiento― entienden y comprenden que el Santiago Bernabéu se reforme. Es más, están a favor de las obras del estadio, con las que llevan conviviendo más de tres años. Aguantan los trasiegos de los partidos, las previas, la llegada del equipo, los cortes de tráficos que conlleva. La vida del hincha blanco de cada dos domingos y de los grandes martes y miércoles de la Champions. Pero ―tarde o temprano siempre hay peros en todas las obras― su resiliencia no ha dado más de sí. La paciencia no marida con un andamio en el portal de casa. La rebelión callejera comenzó el pasado 26 de septiembre, cuando dos hermanas y vecinas del barrio leyeron una noticia de El Mundo: “El nuevo proyecto en torno al Bernabéu: un túnel para unir Padre Damián y Paseo de La Habana y 40 años de concesión”.

Santiago Bernabeu
El 14 de diciembre de 1947, el Real Madrid puso la primera piedra del estadio nuevo Chamartín, que desde 1955 pasaría a llamarse Santiago Bernabéu. En la imagen, estado del avance de las obras del Santiago Bernabéu este miércoles, 14 de diciembre de 2022. Javier Lizón (EFE)

La noticia llegó al teléfono móvil de Sacramento e Inmaculada Ramos, dos abogadas con más de 50 años en el barrio ―“como diría María Dolores Pradera, no tenemos edad”―, que no daban crédito ante semejante obra. El Ayuntamiento de Madrid había tomado la decisión de remodelar la calle del Paseo de la Habana, que colinda con el estadio, para incluir un túnel subterráneo que sirviera de lanzadera a uno de los dos aparcamientos que se instalarán bajo tierra en el nuevo Bernabéu. El proyecto está valorado en 94 millones de euros, que serán financiados por una empresa privada a cambio de una concesión de 40 años. Solo falta la adjudicación de esta obra que, según fuentes municipales, será en las próximas semanas. “Esto no tiene sentido. Estamos en contra y si hace falta me encadeno a un árbol para evitar las obras”, cuenta una de las hermanas abogadas apuntando hacia el epicentro del asfalto, donde se adentrarán las tuneladoras.

Encuesta a 500 vecinos

¿Por qué plantea este túnel el Ayuntamiento?, ¿es necesario este proyecto que, en un primer momento, no formaba parte de la obra del estadio?, ¿por qué ahora? “Esta es la única solución técnica viable”, cuenta una portavoz del Área de Medio Ambiente y Movilidad de Ayuntamiento. Con este túnel, asegura, se reducirá la circulación de la zona en un 25%. Un cálculo cuestionable, ya que los dos nuevos aparcamientos albergarán 1.600 plazas que ahora no existen y que, por tanto, servirán de atracción para turistas e hinchas. Es un plan alejado de los nuevos tiempos medioambientales, donde la mayoría de capitales europeas pretende limitar y alejar el tráfico urbano del centro de las ciudades. Sin embargo, los cálculos del Ayuntamiento anuncian una reducción del tráfico para esta zona con los aparcamientos. Para justificar este túnel, el área dice que ha elaborado una encuesta a 500 vecinos de esta calle que estarían a favor. La encuesta, eso sí, no es pública.

Casualidad o no, ninguno de los comerciantes de la calle ha recibido la visita de los encuestadores municipales. Javier Aceituno, de 56 años, es el frutero del Paseo La Habana: “¿Encuesta? Nos enteramos de rebote y gracias a estas señoras [en referencia a las hermanas abogadas]. ¡No sabíamos nada!”. Aceituno dice que un concejal del PP se acercó a los comercios y vecinos hace unas semanas. Sonriente, llamó a su local y le dijo que este proyecto llevaba en vigor desde 2021. La web de contratos del Ayuntamiento publicó esta futura obra el pasado septiembre. “Nos tratan como a tontos”, lamenta Aceituno. Lo mismo subraya Leutario Gallo, al que todos los vecinos llaman Terín, el joyero de la calle: “Vamos a sufrir mucho con el túnel”.

El Paseo de La Habana cuenta con seis carriles, cuatro de doble sentido y dos destinados a plazas de aparcamiento. Ante tanto ruido en un feudo donde el PP se juega sus votos el año que viene, el Ayuntamiento ha cambiado el plan inicial de septiembre y en lugar de suprimir cuatro de los seis carriles, ahora asegura que dejará la calle tal y como está, más el túnel, pero con 10 plazas menos de zona verde para residentes. Los vecinos, entre los que se encuentran arquitectos e ingenieros, han echado cuentas y creen que esto es imposible.

La obra del túnel durará dos años, que habrá que sumar a las tres que ya lleva el estadio. Almeida dijo este viernes que los aparcamientos son necesarios porque el Bernabéu va a tener una utilización intensiva más allá de los 35 partidos al año, ya que un acuerdo del club el pasado mayo con Sixth Street, firma de inversión, y Legends, compañía especializada en gestión de estadios para organizaciones deportivas y macroeventos, prevé conciertos y espectáculos cada dos por tres. El Bernabéu ya no será un estadio de fútbol, sino un complejo de eventos mundial. “Por eso se necesita unas condiciones de movilidad adecuada y eso pasa por tener unos parkings”, apuntó Almeida. La oposición municipal está en contra del gigantesco proyecto de aparcamientos. “Ya está bien de pelotazos urbanísticos en Madrid”, cuenta Rita Maestre, portavoz de Más Madrid. “Este macroparking y este túnel no lo ha pedido nadie”.

El Real Madrid no ha querido contestar a ninguna pregunta de este diario. Sin embargo, tal y como aseguran miembros del equipo de Urbanismo, que estuvo presente en las negociaciones con Manuela Carmena y Florentino Pérez, ni el túnel ni los dos grandes aparcamientos estaban sobre la mesa desde el primer momento. “Se habló siempre de conectar el Bernabéu con la ciudad deportiva del Madrid de Valdebebas a través de autobuses lanzadera: son solo 20 minutos”, asegura un concejal de entonces. Eran otros tiempos.

Vecinos y comerciantes del barrio posan delante de una zapatería con un cartel contra el proyecto del túnel del Paseo La Habana.
Vecinos y comerciantes del barrio posan delante de una zapatería con un cartel contra el proyecto del túnel del Paseo La Habana. Andrea Comas

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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