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Comienza entre críticas la reforma del parque de la Cornisa de Madrid: “No hay que invertir tanto, está bien”

Los vecinos temen que se desnaturalice el espacio y se quejan de falta de información sobre el proyecto y de su nula participación en él

Una familia juega en la área infantil del parque de la Cornisa, Madrid.
Una familia juega en la área infantil del parque de la Cornisa, Madrid.Lucie MAILLARD
Beatriz Olaizola
Madrid -

María Ampuero tiene 35 años y pasea casi todos los días por el parque de la Cornisa, escondido detrás de la basílica de San Francisco el Grande, en el distrito Centro de Madrid. Es profesora, vive desde hace años en el barrio de La Latina y le pilla cerca. Olivia Sánchez, una historiadora del arte de 46 años, lo disfruta sobre todo en verano, cuando se nota más el fresquito. Varios grupos de padres y madres se reúnen allí después del colegio con sus hijos. Ellos, y las dos vecinas, se sorprendieron al ver toda la zona vallada el viernes pasado. Iban a empezar las obras de remodelación del parque y ninguno lo sabía. ¿Qué va a pasar con su parque?, se preguntan. Saturnino Vera, presidente de la asociación de vecinos Cavas-La Latina, cuenta que la preocupación de estas tres vecinas es compartida por muchos habitantes de la zona. Tanto, que ”una avalancha” de ellos se han puesto en contacto con él desde que se instalaron las vallas para quejarse de que no les han informado de nada y que no han contado con ellos para el proyecto.

Un grupo de  jóvenes juega en la zona deportiva del parque de la Cornisa, Madrid.
Un grupo de jóvenes juega en la zona deportiva del parque de la Cornisa, Madrid. Lucie MAILLARD

El 13 de julio, el Ayuntamiento de la capital anunció que la Junta Municipal del distrito Centro invertiría “cerca de seis millones de euros” en la mejora de parques, plazas y equipamientos de la zona. En concreto, la primera fase de obras en el parque de la Cornisa supondrá una inversión de 825.000 euros. Ese mismo día, la asociación vecinal, de la que forman parte unas 300 personas, remitió un escrito al concejal del distrito, José Fernández Sánchez (PP), para solicitar una reunión entre los vecinos y el equipo encargado de la remodelación.

Se citaron el 9 de septiembre, pero para entonces ya estaban en marcha las obras y cerrado el proyecto, critica Vera. “Para este tipo de cambios es fundamental contar con la colaboración ciudadana. ¿Cómo van a saber cuál es el mejor uso para el parque sin que los vecinos expliquen cómo lo utilizan?”, se queja. Fernández, que también es concejal del distrito de Salamanca, reconoce que no ha habido participación ciudadana y que “la falta de información lleva a la confusión” de los vecinos. Ya se ha conformado una comisión de trabajo para las próximas fases del proyecto, en la que participarán usuarios habituales del parque, según el concejal.

En la Cornisa pasan muchas cosas en un día. Por la mañana, es un goteo constante de perros y sus dueños. La cancha de baloncesto se va llenando poco a poco. Un grupo de hombres y de mujeres practica taichí al mediodía. Y la tarde es para los niños y adolescentes. Unos, en la zona infantil; los otros, en el merendero o en las praderas. Las dos vecinas tienen miedo de que todo eso se pierda con la reforma, que consideran “innecesaria”. “No hay que invertir tanto dinero en un parque que está bien y es natural”, coinciden las dos. Solo requiere un refuerzo en mantenimiento, riego y alumbrado, señalan. El concejal considera, en cambio, que la remodelación sí responde a las necesidades y usos de los vecinos: “El fin es su disfrute. Era necesaria una verdadera actuación y el conjunto de la zona lo merece”.

Varios hombres y mujeres participan en un clase guiada de taichí en el Parque de la Cornisa, Madrid.
Varios hombres y mujeres participan en un clase guiada de taichí en el Parque de la Cornisa, Madrid. Beatriz Olaizola

Las obras se harán en dos fases. La primera, la que ya ha comenzado, está previsto que termine este año e incluye la instalación de una nueva red de riego y la restauración del alumbrado que reclaman las vecinas, según recoge el proyecto, que no avanza en qué consistirá la segunda parte. También se van a sustituir los árboles en mal estado y renovar el pavimento. Pero el mayor cambio está en la división de los espacios. Ahora, el parque cuenta con una modesta cancha de baloncesto, una zona infantil, unas cuantas mesas distribuidas detrás de la basílica, un pequeño huerto autogestionado y dos amplias zonas de hierba. Casi todo el suelo es de arena. Según el proyecto, se prevé ampliar la zona deportiva, trasladar la infantil al centro del parque, construir un anfiteatro a modo de escenario junto a la zona de césped y un área para perros, y colocar gradas de granito.

Son estas últimas propuestas las que preocupan a los vecinos. “Se nota que el Ayuntamiento no ha contado con nosotros. ¿Por qué nos tiene que decir dónde hacer cada cosa? Los parques son lugares de esparcimiento”, critica Sánchez. Para Ampuero, “dividir el espacio en compartimentos” rompe con la esencia del parque. “Pasó lo mismo con la plaza de la Paja [también en el barrio de La Latina]. Son lugares que no necesitan reformas integrales porque no están en mal estado”, añade. Lamenta que entonces, como ahora, se enteraron de las obras una vez ya habían empezado. Frente a estos miedos y críticas, el concejal Fernández insiste en que “van a mejorar la zona” sin que se pierda su esencia “de barrio”.

Durante la reunión con los vecinos, cuenta el presidente de la asociación, la junta “sí reconoció que tenían que haber contactado con la gente del distrito”. El motivo para no hacerlo, arguyeron, fue que pensaban que la asociación, debido a su nombre, solo se dedicaba “a las cavas”, las calles de la Cava Baja y de la Cava Alta. Las vecinas creen que lo mejor hubiera sido que la propuesta se presentara en el centro cultural de Puerta de Toledo, donde los vecinos hubieran podido exponer sus opiniones, sugerencias y dudas: “Nosotros ayudamos y colaboramos encantados. Siempre estamos dispuestos”.

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