Construidas en serie y un 40% más baratas: así son las casas del plan de vivienda de Madrid

En una plataforma que se mueve sobre ruedas, unos brazos mecánicos colocan cuatro pilares de hierro para formar una caja rectangular. El soporte avanza hasta situarse en la boca de una hormigonera industrial, que llena el espacio de cemento. En poco menos de una hora ya está lista una parte de los paneles que funciona de pared para las nuevas viviendas prefabricadas de la Comunidad de Madrid. “Industrializadas”, corrige Francisco Pérez, consejero delegado de Culmia, una de las empresas privadas que se ha adjudicado la explotación durante medio siglo de tres lotes del Plan VIVE, el programa de alquiler asequible del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. “Son productos de primer nivel. Cuando la gente escucha la palabra prefabricadas piensa en algo de baja calidad”, asegura Pérez.

De baja calidad las nuevas viviendas de la Comunidad no tienen nada, así como ha querido dejar claro la consejera de Medio Ambiente, Vivienda y Agricultura, Paloma Martín, durante su visita a la fábrica en Aranda del Duero el miércoles. En la planta industrial del municipio burgalés ya ha empezado la producción en serie de las primeras 1.736 casas industrializadas ―el objetivo del plan de vivienda es poner en el mercado de alquiler hasta 25.000 hogares a lo largo de los próximos ocho años― destinado a los colectivos más vulnerables. Familias numerosas, pero también los jóvenes menores de 35 años, las mujeres víctimas de violencia de género, las personas con discapacidad y los mayores de 65 años, que podrán alquilar una casa por un valor 40% inferior al del mercado.

Entre los campos amarillos de Aranda del Duero se fabrican a diario los componentes de las casas destinadas a las parcelas en Alcalá de Henares, Alcorcón, Tres Cantos, Getafe y San Sebastián de los Reyes, los primeros municipios donde se levantarán las viviendas del Plan VIVE. Además de contar con alta eficiencia energética, el proceso industrial de producción permite reducir un 30% los plazos de entrega. De esta forma, es posible fabricar las fachadas y estructuras de 10 viviendas a diario, que una vez salidas de la planta industrial tendrán que ser montadas directamente en los terrenos de la obra.

Al día de hoy solo es posible apreciar un prototipo de vivienda, una estructura de unos 50 metros cuadrados con una sola habitación, baño y un espacio común que funciona de vestíbulo, cocina y salón con un balcón. La consejera ha asegurado que las viviendas del plan también proveen modelos con dos y tres habitaciones, pensadas para las familias, aunque no ha podido adelantar una fecha de entrega de las primeras casas.

Una vez más, la Comunidad optó por el modelo de colaboración público-privada. Consiste en que la Administración pone a disposición el suelo, mientras las empresas privadas que han ganado la licitación se encargan de la construcción de las viviendas y de explotar el alquiler durante 50 años. “Esta es la novedad del Plan VIVE. Que se pone suelo público a disposición de la iniciativa privada para que se construya y gestionen estos alquileres, y luego revierte estos pisos al patrimonio de la comunidad”, recalcó ayer la Consejera.

Mientras se mantiene la incógnita sobre la fecha de entrega de las primeras viviendas, el próximo viernes ya saldrá a concurso el segundo lote del plan, que sumará 1.137 nuevos pisos en Boadilla del Monte, Pinto y Colmenar Viejo, según adelantó la consejera. También está en el aire, al menos hasta “la próxima legislatura”, el Plan Solución Joven, que pondrá a disposición otras 1.200 viviendas industrializas de hasta 70 metros cuadrados por un precio “entre los 650 y 600 euros” y dirigidas a facilitar la emancipación a los menores de 35 años.

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