Los menores que apuñalaron a otro en la puerta de su instituto en Vallecas ejecutaban una venganza

Los tres menores que apuñalaron a otro este lunes en Puente de Vallecas a las puertas de su instituto han sido detenidos en menos de una semana. El grupo de pandilleros iba a por ese adolescente cuando unos días antes la caza había sido a la inversa. Era la víctima la que había tratado de agredir a miembros de bandas rivales en el barrio, aunque sin lograrlo, según los testimonios recabados por los investigadores. La venganza llegó a la salida de clase. La Policía cree que los autores del ataque pertenecen a los Trinitarios y que el apuñalado es un Ñeta.

Los ahora detenidos acudieron al instituto concertado Centro Cultural Salmantino del distrito de Puente de Vallecas el lunes sobre las tres y media directos a por su objetivo, un alumno de 14 años. Le encontraron en un comercio cercano, a pocos metros del colegio. Iban con las caras tapadas y le apuñalaron en el glúteo y en la base cuello con dos cuchillos diferentes. Ejecutada la venganza, los autores escaparon corriendo y él chico trató de pedir ayuda en su colegio. Llegó a la entrada bañado en sangre y con el cuchillo aún clavado en el cuello y se desvaneció. Los docentes trataron de mantener alejados de la escena al resto de estudiantes.

Un agente de la Policía fue el primero en llegar y trató de contener la hemorragia del glúteo con un apósito, mientras que los sanitarios del Samur, que llegaron poco después, estabilizaron la herida del cuello. El menor fue operado en el Gregorio Marañón y se pudo evitar que el cuchillo que estaba cerca de la clavícula afectara a algún vaso vascular. El paciente ha evolucionado de forma favorable y los agentes han podido interrogarlo.

Los agentes de la Brigada de Información consiguieron identificar a los agresores en pocas horas. El grupo que le atacó estaba formado por cuatro chicos, pero uno de ellos es inimputable al tener menos de 14 años. Ninguno de los otros tres participantes que sí han sido detenidos superan los 15 años.

La lista de reyertas entre pandilleros seguidas de inmediatos arrestos no deja de crecer, mientras las instituciones se plantean qué hacer para evitar la entrada de nuevos miembros y frenar este fenómeno. Solo en el último mes y medio han caído 20 miembros de bandas por agresiones casi idénticas en las que una acabó siendo mortal, la de Alejandro, el joven de 18 años apuñalado por una manada de rivales a plena luz del día en Villaverde. El guion es casi siempre el mismo: ataque rápido, con arma blanca y por una cuestión de posesión del territorio o de venganza, como en este caso.

Los fallecidos por la guerra de bandas hasta ahora son cuatro, pero no existe un recuento oficial de las víctimas que no pierden la vida pero sí están cerca de hacerlo. Según las estadísticas, el Samur ha atendido 111 agresiones por arma blanca entre el 1 de enero y el 12 de mayo. En el mismo periodo de 2021 la cifra ascendía a 69, y el 2019, a 74.

En febrero, la Delegación del Gobierno intensificó el plan antibandas ya existente a raíz de un fin de semana especialmente sangriento en el que hubo al menos seis agresiones, dos de ellas mortales. Los mandos policiales están convencidos de que la presión en los lugares habituales funciona y por eso buscan recovecos como la salida del colegio para atacar, aunque sea a plena luz del día y rodeados de gente.

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