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Almeida, sobre el intento de espionaje a Ayuso: “Me enteré por una persona de confianza del PP”

El alcalde de Madrid comparece en el último día de la comisión de investigación, a la que Ángel Carromero, sobre el que recaían las sospechas, ha descartado asistir

José Luis Martínez-Almeida, este lunes en la última sesión de la comisión de investigación sobre el supuesto espionaje a Isabel Díaz Ayuso.Foto: Jesús Hellín (Europa Press) | Vídeo: EFE
Manuel Viejo

Fin. ¿O continuará? José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, ha comparecido este lunes por la tarde en la comisión de investigación que indaga en el intento de espionaje a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, a través de dos empresas municipales entre noviembre y diciembre de 2021. Ataviado con un traje azul y una carpeta a juego, se ha mostrado sonriente ante los medios. Nada nervioso. Contundente, ha dicho: “No se ha espiado a la señora Ayuso. No se ha acreditado que se haya hecho este encargo con dinero público”. La realidad, sin embargo, es muy distinta. Fue la propia Ayuso la que denunció en una comparecencia sin preguntas este escándalo que ha puesto patas arriba al Ayuntamiento de la capital. “Nunca pensé que la dirección del PP pudiera ser tan cruel”, acusó ella el 17 de febrero. ¿Quiénes iniciaron esta investigación interna? ¿Se pagó este espionaje con dinero público? ¿Se llegó a indagar también a la familia de la presidenta madrileña?

Al menos tres trabajadores del Ayuntamiento, según ha podido saber EL PAÍS, se afanaron en buscar la prueba definitiva de que el hermano de la presidenta de la región, Tomás Díaz Ayuso, había cobrado una mordida de 283.000 euros por un contrato de mascarillas con la Comunidad. La crisis en el Consistorio fue de tal calibre que precipitó la dimisión de Ángel Carromero, amigo personal de Almeida y coordinador general de Alcaldía. Una semana más tarde, el socavón interno llevó hasta la dimisión del presidente del Partido Popular, Pablo Casado. La mayor crisis política e institucional del PP en toda su historia.

Almeida ha dicho que se enteró de este escándalo a mediados de diciembre:

―Me lo dijo una persona de confianza del PP, que también conoce a Isabel Díaz Ayuso.

Que en ningún momento se lo dijo a su jefe de prensa. Que este se enteró, precisamente, por la prensa, cuando la noticia llegó a los medios de comunicación. Que más tarde, a finales de 2021, decidió contar este terremoto político a su círculo de confianza a través de una llamada telefónica. Al delegado de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, y a su concejala de Seguridad y portavoz del Consistorio, Inmaculada Sanz. Durante casi un mes, el secreto se guardó en estos tres pilares municipales de su confianza. “Ahí no les di ninguna instrucción”, ha dicho Almeida.

El temor a una filtración era evidente. El alcalde se contagió de coronavirus semanas después, con una fuerte recaída en enero. De ahí que no se iniciara ningún tipo de averiguaciones sobre el espionaje. A principios de este año, ha contado, el círculo de confianza se agrandó. Álvaro González, concejal de Vivienda y presidente de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS), de donde presuntamente partieron estas investigaciones, también se enteró. Almeida encargó entonces a Carabante que fuera a la sede de la EMVS a hablar con él.

El 11 de enero, Carabante se presentó en la empresa municipal. Allí, por sorpresa, reunió a los principales altos cargos y al jefe de prensa de la propia EMVS. Quería indagar en la investigación a la presidenta Ayuso. Según fuentes presenciales consultadas por este diario, se produjo la siguiente conversación: “Yo también sé ese rumor. Me lo han contado en una cena”, contestó uno de los presentes. “Esto es falso”, respondió otro. Tras consultar a estos, se dio por zanjado el asunto con la empresa municipal de la vivienda. Esto es lo que Almeida ha llamado desde el inicio una “investigación interna”.

Ningún miembro del PP informó a sus socios de gobierno de Ciudadanos de esta reunión. “Las averiguaciones consistieron en hablar con el detective y en hablar con el consejero de contrataciones de la EMVS”, ha dicho Almeida. El partido de la vicealcaldesa, Begoña Villacís, se volvió a enterar por los medios de comunicación, como el resto de los madrileños. “Era una información reservada”, ha reconocido el alcalde. “Es decir, ni se lo comuniqué a la vicealcaldesa. Creo que hice lo correcto. ¿Me lo replantaría? No pasaría nada por decírselo a la vicealcaldesa, desde luego”.

Si Ciudadanos, durante un primer momento, se mostró tajante, exigiendo todo tipo de averiguaciones posibles, con el paso de las semanas Villacís ha bajado el pistón, incluso en la comisión de investigación que preside su formación. Vox también ha permanecido en un segundo plano, en silencio y sin apenas preguntas a los comparecientes.

La figura de Carromero

El día que todo estalla. Almeida acude a la sede nacional de Génova con su jefe de prensa, Daniel Bardavío. Este, sin embargo, ha negado estos hechos en la comisión. “Han convertido esto en un circo. Se ha menoscabado la honorabilidad de las personas”, ha dicho Almeida a preguntas de la oposición.

Dos meses después, la mayoría de los populares no han acudido a la comisión de investigación política que ahonda en esclarecer el caso. Un compromiso del propio Almeida. Durante estas semanas, apenas ha habido avances. La estrategia del PP ha consistido en cada una de las 10 sesiones en dilatar el proceso. Tampoco ha obligado a sus compañeros de partido a acudir. Ni siquiera sobre quienes recaía la duda del espionaje, según PSOE, Más Madrid y Grupo Mixto: Carromero, amigo personal de Almeida y director general de Alcaldía; Joaquín Vidal, exjefe de prensa del alcalde, y David Fernández, jefe de prensa de la empresa pública de la vivienda y suelo.

―¿Por qué dimite entonces Carromero?

―A raíz de una serie de informaciones que se publicaron en la tarde del jueves. El Ayuntamiento no podía estar en estos titulares.

―¿Por qué no restituye a Carromero?

―¿Tan desesperados están? Es una pregunta curiosa, cuanto menos. En todo caso, le digo que aquí lo que se está tratando es lo que sucede antes de las informaciones.

Fuentes del entorno de Carromero reconocen que ha estado pendiente de todas las comparecencias de la comisión. Que hasta este domingo tenía intención de acudir a declarar. “Pero una llamada cambió todo. Fue muy positiva esa conversación”, aseguran, sin más detalles.

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Sobre la firma

Manuel Viejo
Es de la hermosa ciudad de Plasencia (Cáceres). Cubre la información política de Madrid para la sección de Local del periódico. En EL PAÍS firma reportajes y crónicas desde 2014.

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