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Compro piso a precio de fondo buitre

41 afectados por la venta de pisos públicos a la empresa Fidere consiguen tras ocho meses que un juez reconozca su derecho a adquirir las viviendas

María Jesús Almena, vecina de un inmueble propiedad del fondo inmobiliario Fidere en el PAU Carabanchel, al que ha ganado judicialmente la posibilidad de comprar su vivienda al mismo precio que la adquirió dicho fondo al Ayuntamiento de Madrid.
María Jesús Almena, vecina de un inmueble propiedad del fondo inmobiliario Fidere en el PAU Carabanchel, al que ha ganado judicialmente la posibilidad de comprar su vivienda al mismo precio que la adquirió dicho fondo al Ayuntamiento de Madrid.KIKE PARA
Patricia Peiró

Chus Almena (51 años) se coloca en el resquicio de la puerta de su casa y señala a un piso bajo con las persianas bajadas justo en frente: “Allí se ahorcó mi vecina”. En 2006 a Chus le tocó un piso de la Empresa Municipal de Vivienda del Ayuntamiento de Madrid en el PAU Carabanchel. “Una lotería”, recuerda que le dijeron. Esa lotería se convirtió en pesadilla cuando el Gobierno de Ana Botella vendió su piso y otros 1.200 más de distintas zonas al fondo de inversión Fidere y su alquiler se incrementó hasta igualar casi su sueldo. Esa es la pesadilla que su vecina no soportó más. Hace unos días, tras ocho años de batalla judicial, recibió un mail de su abogado con el asunto “Regalo de Navidad”. Ella y otros 40 inquilinos acaban de ganar en los tribunales su derecho a comprar sus domicilios al mismo precio que lo hizo el fondo. En su caso, poco más de 60.000 euros.

En ese 2013 las arcas públicas estaban en plena crisis. El Ayuntamiento de Madrid ideó un plan para ganar liquidez: vender masivamente vivienda pública a fondos privados extranjeros. “Va a ser simplemente un cambio de casero”, le dijeron a Chus y al resto de inquilinos. Pero en ese traspaso, muchos de ellos, que soñaban con que acabaran los 10 años de alquiler para poder comprar sus casas, perdieron ese derecho. “Nos encontramos con la operación hecha, en ningún momento se nos informó de que podíamos ejercer esa posibilidad”. La Audiencia Provincial acaba de reconocer que no se otorgó a los inquilinos poder comprar sus viviendas y que ni siquiera se les notificó que su propiedad pasaba a otras manos hasta que la operación ya estuvo completada. En tres años, el alquiler de Chus pasó de 400 a 980 euros. “Yo soy administrativa, mileurista, he vivido siempre conforme a mis posibilidades”, incide esta inquilina. Ella nunca dejó de consignar su alquiler en el juzgado, aunque no aceptara el nuevo contrato con las condiciones de Fidere.

Cuando empezaron a llegar las primeras notificaciones de aumento de alquiler e incluso de desahucio comenzó una lucha vecinal como se han visto pocas. Los inquilinos empezaron a autoorganizarse y emprendieron la batalla por todas las vías posibles. En estos años han visto cómo el Tribunal de Cuentas les daba la razón para luego quitársela. Han comenzado un proceso penal que ha llevado a declarar ante el juez a la exalcaldesa Botella. Y 41 personas de Carabanchel emprendieron esta vía civil, que por fin les ha dado la razón, aunque en una primera instancia perdieron la demanda. “Nos la jugamos muchísimo, porque si perdíamos y nos obligaban a hacer frente a las costas iba a ser imposible para muchos de nosotros”, recalca Chus.

El precio por el que adquirió Fidere los pisos va de los 50.000 a los 90.000 euros, dependiendo de los metros cuadrados. Chus confiesa que todavía no ha empezado a buscar hipotecas, porque no acaba de creerse esta victoria. La empresa inmobiliaria aún puede presentar un recurso de casación.

El artífice que ha movido los hilos legales en esta lucha de David contra Goliat es el peculiar abogado Mariano Benítez de Lugo. Peculiar porque a sus más de 80 años asumió este caso sin cobrar y ha acabado encontrando los resquicios que les han permitido ganar a los inquilinos. “Ha sido un éxito brutal. Además de los vecinos de Carabanchel tengo otras dos sentencias pendientes de inquilinos de Vallecas que espero que se resuelvan en el mismo sentido. Se les marginó y se ignoraron los derechos que ellos tenían”, apunta el letrado al teléfono. En total, el abogado lleva diferentes procesos de este tipo que afectan a 130 vecinos de Madrid.

Objetivo de las arquitectas, cumplido

Al lado de Chus, en el salón de esta casa de la que, confiesa, comenzó a despedirse mentalmente unas semanas antes de recibir la inesperada sentencia, se encuentra Gimena Camino (41 años). Ella también era residente de este bloque de Carabanchel, pero no se sumergió en la batalla legal por su vivienda. “Yo tengo tres hijos, estuve tres años pidiendo la justicia gratuita pero me la denegaron, no podía arriesgarme a que perdiéramos”, reconoce. “Leí que las arquitectas que diseñaron estos pisos lo hicieron con el objetivo de fomentar la vida comunitaria, quién les iba a decir la intensidad de vida comunitaria que íbamos a tener aquí gracias a Fidere”, bromea Chus.

El abogado Mariano Benítez de Lugo, en su despacho.
El abogado Mariano Benítez de Lugo, en su despacho. Álvaro García

Gimena muestra un vídeo con imágenes de todos estos años de reuniones, más o menos formales, entre vecinos y Benítez de Lugo. En algunas de ellas, durante la pandemia, se les ve hablando por una pantalla; la mayoría son en el despacho del abogado y entre ellas se cuela algún encuentro festivo, porque en estos años también ha habido tiempo para la celebración. “Aquí se han formado parejas, han nacido niños...”, cuentan las amigas en un día en el que se permiten echar la vista atrás y adelante con optimismo contenido.

Atrás quedan las notificaciones de desahucio que han llegado a casa de Chus. Ella ha resistido, otros no se vieron capaces de hacerlo o se quedaron sin armas con las que afrontar la guerra. “Cuando llegó esa carta... Yo me he asomado por la ventana y he visto aquí todos los furgones de policía preparados para intervenir en otros desahucios en este bloque y piensas: ‘¿Pero de verdad me está tocando esto a mí? Yo que no he robado en mi vida ni una goma de borrar”, relata.

Este es un capítulo más en la ristra de litigios entre vecinos y fondos de inversión en Madrid. Los inquilinos afectados han celebrado importantes victorias en estos años. En abril, un abogado de oficio consiguió que 2.935 pisos protegidos vendidos por la Comunidad de Madrid a Goldman Sachs volvieran a ser públicos. Solo unos meses después, otros residentes de Torrejón de Ardoz lograron, tras meses de negociación con el objetivo de evitar un juicio, eliminar las cláusulas abusivas de sus contratos con Fidere.

Chus enseña un calendario para el que posaron desnudos algunos de los afectados por la venta de sus pisos. Querían mostrar que les habían despojado de sus derechos. Algunos de los que aparecen en él ya no viven en el bloque. “En una de nuestras reuniones con Mariano [el abogado] le dije: ‘Yo nunca he ganado nada, y si esto prospera, será la primera vez que algo me salga...’ ¿Ves? Al final voy a llorar”, dice mientras las lágrimas cortan la frase. La última palabra era “bien”.

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Sobre la firma

Patricia Peiró
Redactora de la sección de Madrid, con el foco en los sucesos y los tribunales. Colabora en La Ventana de la Cadena Ser en una sección sobre crónica negra. Realizó el podcast ‘Igor el ruso: la huida de un asesino’ con Podium Podcast.

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