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La manicura más ‘chic’ de Madrid llega de Rusia

El salón de belleza Siberia es la cadena de moda en la capital. La particular técnica estética hace que la lista de espera sea de hasta de un mes y medio

Tres clientas se hacen la manicura rusa en el Salón Siberia de la calle de Núñez de Balboa, 53, de Madrid este lunes.
Tres clientas se hacen la manicura rusa en el Salón Siberia de la calle de Núñez de Balboa, 53, de Madrid este lunes.Aitor Sol
Mai Montero

Si no conoces la técnica de manicura más popular de la capital, no estás en la onda. Entre Madrid y la vasta región de Siberia hay más de 7.000 kilómetros, pero desde 2015 Yuliya Philippova y Sofya Khasanova han acortado esta distancia abriendo tres locales especializados en manicura rusa: Siberia salón en el número 53 de la calle de Núñez de Balboa y otros dos en Juan de Mena y Claudio Coello. “Queríamos vivir en España. Cambiar de vida. Nos gustaba mucho el país, el clima y el carácter de la gente, Nos lanzamos a la aventura y ha sido lo mejor que hemos hecho en nuestra vida”, explica Khasanova, que ya conocía la capital y por eso la eligió como base para abrir este negocio junto a su socia sin pensar el éxito que les auguraba.

El cuidado de las uñas hace ya tiempo que se instaló en España. Rara es la calle de Madrid o de cualquier otra ciudad en la que no han proliferado decenas de estos locales, en su mayoría regentados por mujeres asiáticas. Pero, entonces ¿por qué la manicura rusa despunta entre otras? Una clienta del local lo tiene claro: “Tú misma lo vas a ver, es una maravilla. Vengo desde que abrieron y en ningún sitio lo hacen mejor”, explica mientras le pide a la esteticista que retoque la manicura de color crema que se ha hecho en el local del Núñez de Balboa.

Otra señora elige una manicura mucho más atrevida de color dorado y purpurina. A los pocos minutos entorna sus ojos, quedándose casi dormida. Hora y media después, que es lo que dura el servicio, se niega a quitarse los anillos que lleva para que le apliquen crema. “Nada, nada, me encanta como ha quedado. Si puedes, pídeme un taxi”, le dice a la chica rusa que la ha atendido.

La clave del éxito de esta técnica, según las dos dueñas de la cadena, es la duración. Motivo porque el que defienden que merece la pena pagar los 55 euros que cuesta una manicura permanente básica. Para que el resultado sea más duradero se realiza con las manos secas, se retira la cutícula entera con brocas —sí, sí, con brocas como las que los dentistas usan para pulir los dientes— y se nivela la forma de la uña con varias capas de esmalte. De este modo, aseguran, se retrasa el crecimiento y el diseño que se haya escogido puede durar intacto hasta las cuatro semanas.

Un detalle de la manicura a pincel que hace el establecimiento.
Un detalle de la manicura a pincel que hace el establecimiento. Aitor Sol

Otra de las peculiaridades son los cuidados dibujos con un fino pincel que pone a prueba el pulso y la creatividad de las empleadas. Propios de un pintor. Los hay de paisajes, de flores, de muñecas matrioska y se adaptan a las peticiones del oyente. “Cuando abrimos, las primeras en venir fueron clientas rusas. Allí estaba mucho más extendido que aquí y conocían las peculiaridades de la técnica. Después, las madrileñas que se acercaban nos pedían tonos rojos, rosas y granates. Todo muy clásico. Los dibujos se veían como algo vulgar. Ahora es todo lo contrario, nuestras clientas nos dicen que quieren sorprender, se lo toman como un capricho y nos piden cosas distintas”, apuntan las dos socias.

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Público español

Su público ahora es 90% español, sobre todo mujeres de Madrid y los alrededores, como Pozuelo de Alarcón y El Escorial. Algunos hombres también se atreven. Muchos clientes de otras ciudades reservan antes de visitar la ciudad porque conocen la fama del local o lo han visto publicado en algún perfil de sus famosos favoritos en redes sociales. “Notamos un incremento increíble después de que se acabase el confinamiento en la pandemia. La gente nos decía que venía para hablar con alguien o para tener un poco de alegría”, añaden.

El tiempo de espera para pedir cita en cualquiera de los salones Siberia suele rondar el mes y medio. Durante la sesión, dos canciones de Rosalía han sonado en el hilo musical. La cantante, junto a otras estrellas que se han lanzado a cuidar sus uñas y a exhibirlas en sus apariciones, han sido otro de los revulsivos que han propiciado que el teléfono y la web para pedir cita siempre estén activos. “Hay muy poca gente que tenga la formación idónea para trabajar a este nivel tan exigente. Hace poco, nosotras mismas, estamos impartiendo cursos para formar a nuevas alumnas y contratarlas. No damos abasto”, comentan las dueñas.

Entre sus clientas más populares se encuentran la empresaria y colaboradora de televisión Carmen Lomana, y las actrices Sara Sálamo, Andrea Duro o Blanca Suárez. Aunque fue esta última las que les dio el empujón definitivo al compartir, de forma gratuita, el diseño de sus uñas en las redes sociales, lo cual multiplicó la clientela. “Las redes sociales son clave para este tipo de negocios. Al principio escribíamos a mucha gente invitándoles a nuestro salón para promocionarlo y nadie nos contestaba, pero Blanca lo hizo y todavía la gente cuando viene nos pregunta por ella. Le estamos muy agradecidas”, afirma Khasanova.

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Sobre la firma

Mai Montero
Es editora de portada en el equipo digital de EL PAÍS y escribe reportajes para otras secciones. Antes trabajó en otros medios como Periódico Magisterio, especializado en educación, y en Cambio16. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS, actualmente cursa el Grado de Derecho en la UNED.

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