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¿Los jóvenes se pasan a la derecha? En Madrid la votaron bastante más que a la izquierda

La suma de PP, Vox y Ciudadanos ganó el voto juvenil en las autonómicas del 4-M con una ventaja de 10 puntos sobre Más Madrid, PSOE y Podemos, según una macroencuesta de Gad3

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el pasado viernes en Villaviciosa de Odón (Madrid).
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el pasado viernes en Villaviciosa de Odón (Madrid).Eduardo Parra (Europa Press)

En Madrid, la derecha es el nuevo punk. PP, Vox y Ciudadanos ganaron el voto de los menores de 34 años (con un 53%) por encima de las tres opciones principales de la izquierda, Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos (43%), según la macroencuesta de GAD3 previa a las autonómicas del 4 de mayo. El resultado es un giro drástico desde 2019, cuando la suma de izquierdas casi dobló en votos a la derecha (64% a 35%).

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El resultado también sorprende porque contradice una idea extendida que asocia la juventud a las ideas progresistas. Pero no es la primera vez que las opciones de derecha se imponen entre los jóvenes en Madrid. En las autonómicas de 2011 ya se produjo esa victoria, según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

El sondeo de casi 10.000 entrevistas, entre el 19 de abril y el 3 de mayo, dice que los jóvenes votaron de forma semejante al resto de franjas de edad, que optaron mayoritariamente por la derecha y en particular por el PP de Isabel Díaz Ayuso. Los populares rondaron el 40% de voto entre los encuestados entre 18 y 70 años. La suma de derechas también fue bastante transversal, siempre alrededor del 55% de votos, y solo destaca entre los muy mayores (más de 70).

Fue una elección marcada por la Ayusomanía, y un cierre de filas en torno a los intereses de Madrid en sus choques con el Gobierno central. Por eso, partidos de la oposición y analistas interpretan que el apoyo joven a la derecha es un fenómeno coyuntural.

“Es el flujo y reflujo propio de cada elección”, señala Javier Ciria, analista de GAD3. “El PP ha rejuvenecido su voto, pero Madrid es un poco especial”.

En el PP, sin embargo, creen que el resultado es un indicio de un cambio cultural a largo plazo. “Hemos acabado con el falso mito que sostiene que los jóvenes son de izquierda. Estamos en un tiempo nuevo en el que el liberalismo domina y dejamos atrás el debate entre izquierda y derecha”, valora la presidenta de Nuevas Generaciones en Madrid, Ana Pérez. “Los votantes prefieren las ideas de la libertad, creen en el individuo y su capacidad de decisión por encima del colectivismo y las imposiciones”.

Grandes incertidumbres

El director de campaña de Más Madrid el 4-M, Pablo Gómez Perpinyà, cree que la derecha se ha aprovechado de que la generación joven se enfrenta a grandes incertidumbres para ofrecerles soluciones simplificadas y fácilmente asimilables. “La falta de certezas a la hora de orientar nuestra vida es el problema del momento. ¿Cobraré una pensión?, ¿podré formar una familia?, ¿tendré trabajo en seis meses?”. Perpinyà cree que la izquierda debe tomar de nuevo el pulso a la juventud, actualizando códigos y temas. Un ejemplo que pone es el de la natalidad, un “feudo tradicional de las derechas”.

En el PSOE creen que el efecto Ayuso explica el movimiento de la juventud. “Cuando alguien saca un resultado tan potente, gana en todas las franjas de edad”, dice el diputado Javier Guardiola, que con 28 años es el más joven de ese partido en la Asamblea.

La ideología también se mueve

El giro a la derecha de los jóvenes madrileños también se ve cuando se les pregunta por su ideología, especialmente entre los hombres. El año pasado ya se ubicaron más a la derecha que nunca (4,75 de media, en una escala de 1 a 10, según datos del CIS), superando por poco el máximo anterior de 2011. En lo que llevamos de 2021, se han entrevistado a 250 jóvenes madrileños, que se han ubicado aún más a la derecha.

La diferencia entre hombres y mujeres aparece también en el sondeo del 4-M de GAD3. En la franja de 18-34 años, la ventaja de la derecha sobre la izquierda fue sólo de 3 puntos entre las mujeres (50%-47%), frente a los 20 puntos de los hombres (58%-38%). “Es una tendencia que llevamos un tiempo apreciando, no sólo entre los jóvenes”, apunta el analista Ciria. Una causa, según GAD3, podrían ser los debates polarizadores sobre feminismo o inmigración, que han ganado fuerza coincidiendo con el ascenso de Vox en 2018.

Para el PP, el 4-M ha sido un alivio porque el resultado prueba que de nuevo es capaz de atraer a los jóvenes, un hándicap al que se había enfrentado desde la ruptura con el bipartidismo. En la última década, PP y PSOE han tenido problemas para atraer a la juventud, que ha sido uno de los caladeros de los nuevos partidos. Los socialistas recuperaron voto joven en los últimos años y ahora lo ha hecho el PP madrileño. Los populares casi cuadriplican su éxito entre jóvenes desde 2019, pasando del 10% al 39% de voto estimado. El cambio coincide con el desplome de Ciudadanos, que logró un 19% de los votos en 2019 y ahora se ha quedado en 3-4%.

Oleada de afiliaciones

El auge conservador también se nota en una “oleada” de afiliaciones. El PP de Madrid había sumado en 2021 hasta mediados de julio en torno a 1.185 nuevos afiliados, de los cuales 406 son menores de 30 años, según fuentes del partido. Muchas, añaden, son incorporaciones en municipios del sur gobernados por el PSOE o en distritos obreros como Puente de Vallecas, conquistado por el PP por primera vez en unas autonómicas.

El giro a la derecha se observa en madrileños de todas las edades, aunque es menos acusado. Y también en otras comunidades, aunque modulado. Lo más llamativo es el cambio por sexo: hasta 2017 las mujeres españolas se ubicaron siempre un poco a la derecha de los hombres, especialmente las mayores, pero ese patrón se giró ese año.

Los datos de España, no obstante, mandan un sensación de vaivén y parecen el reflejo de los los ciclos naturales del voto. El politólogo Lluis Orriols, profesor en la Carlos III, pide cautela a la hora de interpretar la ideología con la que se identifican los votantes. Esa autodefinición suele estar influida no solo por valores sino también por las preferencias por uno u otro partido, que son mucho más volátiles. “Sería engañoso pensar que esos cambios suponen un giro en la cosmovisión de la juventud”, advierte Orriols.

La idea que sí ha sido aceptada durante mucho tiempo es que los votantes se derechizan conforme envejecen. Según esto, desde pagar impuestos a tener hijos puede influir en las preferencias por la izquierda o derecha. Pero además hay estudios que muestran que las generaciones sí mantienen una parte de la ideología que desarrollaron en sus años formativos. De este modo, la Transición, el 15-M y un hipotético fenómeno Ayuso pueden desaparecer, pero dejar huella en las urnas durante décadas.

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