En busca de Clara, desaparecida en las turbias aguas del pantano de San Juan de Madrid
Emergencias confirma que a estas alturas lo que rastrean es el cuerpo de la menor para “dar tranquilidad” a la familia
Con la llegada de la tarde, la esperanza de encontrar viva a Clara, la niña de nueve años que este martes desapareció en el pantano de San Juan (Madrid), cuando se encontraba en una embarcación con su familia, se ha ido apagando. Fuentes de emergencias han confirmado que a esas alturas lo que se buscaba ya era el cuerpo de la menor para “dar tranquilidad” a la familia.
Desde primera hora de este miércoles, la Guardia Civil, la Cruz Roja y los bomberos de la Comunidad de Madrid han trabajado a contra reloj en localizar a Clara, de quien en un momento los investigadores informaron de que tenía diez años, en lugar de nueve.
La búsqueda se ha centrado durante todo el día en una superficie acotada con boyas naranjas y amarillas, en la que la familia cree que pudo caer la pequeña, a unos 50 metros del embarcadero de la urbanización donde viven. Un barco de la Guardia Civil y dos zodiacs de la Cruz Roja operaban en esta área desde por la mañana. El pantano se ha explorado por cuadrantes, cinco buzos bajo el agua por la mañana y nueve por la tarde; Cruz Roja en la superficie y Bomberos, desde el aire. Ha habido desplegados un helicóptero, drones y hasta dos sónar bajo el agua.
El oficial de bomberos de la Comunidad de Madrid, Roberto Prieto, que participa en el dispositivo, ha explicado que la “falta de visibilidad” en el agua y la profundidad a la que están buscando, de entre 15 y 20 metros, aumentan la complejidad de la operación. Esta difícil visibilidad hace que los submarinistas tengan que ir siempre con potentes focos.
En la pequeña playa en la que está el embarcadero permanecían levantadas dos carpas ―una de protección civil y otra de los Bomberos― y dos sombrillas que sirven como base de operaciones para proteger al equipo de búsqueda del intenso sol de este miércoles.
Era media tarde del martes cuando la familia decidió volver en su embarcación a su casa en la urbanización Ciudad San Ramón, tras navegar por el pantano. A las seis y media de la tarde, una llamada de la tía de la pequeña al servicio de Emergencias alertó de que había desaparecido una niña en el pantano. Ella no vio el momento exacto de la caída, por lo que es difícil concretar en qué lugar cayó al agua. Un portavoz ha aclarado que la niña no llevaba chaleco de seguridad.
Subida en una plataforma de madera
El capitán de la Guardia Civil Pedro Triguero, que dirige el operativo de búsqueda, ha puntualizado que la pequeña iba en una plataforma de madera en la parte trasera de la lancha con otros menores cuando se cayó. La lancha era conducida por la tía de la pequeña, que fue quien avisó rápidamente al 112. En el tiempo en el que se dio cuenta de lo sucedido y dio la vuelta para tratar de encontrarla, la pequeña había desaparecido bajo el agua. Este tipo de lanchas pueden alcanzar mucha velocidad. La zona que se peina es aquella en la que esta familiar asegura que vio por última vez a Clara. Los participantes en el operativo no han especificado cuántas personas había en el barco. Triguero ha puntualizado que la única hipótesis en la que se trabaja es la de un “incidente desafortunado”.
La urbanización donde está la casa familiar, Ciudad San Ramón, está al lado de Pelayos de la Presa (Madrid) y junto a otra colonia, la de Veracruz. Es un área de árboles altos, salpicados de chalés, muchos de ellos con piscina privada. Ciudad San Ramón tiene dos entradas y seguridad privada. En una de las puertas de acceso, una decena de banderas homenajean, según se lee en un letrero, a las nacionalidades de los vecinos, tanto actuales como anteriores, de la urbanización. Entre ellos hay españoles, suecos, estadounidenses, venezolanos y argentinos. Es habitual que muchos de los residentes de esta colonia posean también una pequeña lancha o velero con el que navegan por el pantano e incluso algunos de los vecinos del área cuentan con un embarcadero privado.
La familia de Clara aguardaba noticias en la casa familiar, que algunas fuentes apuntan que es una segunda residencia y no el domicilio habitual. Estas mismas fuentes aseguraron que los allegados de la pequeña están “enteros” y que son “conscientes” de lo que ha sucedido.
En el embarcadero privado de la urbanización había atracados en la mañana de este miércoles medio centenar de lanchas y una hilera de unos 15 pequeños veleros. Desde el embarcadero sale y entra cada cierto tiempo un barco del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil (GEAS). Junto a él, trabajan otras dos zodiacs de la Cruz Roja que permanecen fijos en el punto del embalse en el que se perdió el rastro de la niña. La Guardia Civil está empleando dos sónar que les han prestado vecinos de la urbanización y que permite explorar mejor el fondo acuático del pantano ya que detectan el relieve.
En paralelo, agentes forestales han peinado las inmediaciones del pantano y un helicóptero ha sobrevolado por la zona, aunque a mediodía se ha retirado. Los Bomberos regionales han sido los primeros en reactivar la búsqueda a las siete de la mañana con cinco drones manejados por dos pilotos.
La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer lo ocurrido y los psicólogos del Summa atienden desde ayer por la tarde a los allegados de la pequeña. Los coches no han parado de entrar y salir esta mañana de la urbanización de la familia, entre residentes y trabajadores, pero todos han guardado silencio sobre lo sucedido.
El consejero de Presidencia, Justicia e Interior de la Comunidad de Madrid, Enrique López, se ha trasladado esta mañana a la zona y ha asegurado que “se seguirá rastreando a lo largo del día hasta que sea necesario”.
Hace tres años, el Ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias incorporó un servicio de vigilancia al pantano con el fin de evitar ahogamientos y otro tipo de accidentes. El Consistorio regula las dos zonas en las que está autorizado el baño por la Comunidad de Madrid (Virgen de la Nueva y El Muro).
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