De “la contaminación no mata” al despido de profesores
La oposición madrileña critica el exceso de personalismo de la presidenta regional, que ha priorizado la confrontación
Al PP y a Ciudadanos les une el primer Gobierno de coalición de la región. Pero les separa una calle, un edificio y una tensión que se abre cada vez más y más con el paso de los meses, como si fuera un acordeón. El vicepresidente de la región, Ignacio Aguado, convocó en junio a todos los partidos de la oposición a una reunión en una sala del edificio de la Vicepresidencia, a 200 metros del despacho que la presidenta Isabel Díaz Ayuso ostenta en la Puerta del Sol. El vicepresidente quería alcanzar un pacto similar al alcanzado en el Ayuntamiento de Madrid, donde todos los partidos llegaron a un acuerdo durante la pandemia. A la cita de Aguado acudieron todos, excepto el PP y Vox. Una ausencia que reflejaba una brecha en el Gobierno regional, otra más. Si en Ciudadanos siempre se muestran partidarios de, al menos, sentarse a hablar y a negociar los presupuestos con los socialistas, en el PP son más tajantes. Primero, Vox. Y luego ya hablamos. Este es un resumen de la opinión que tienen los líderes de los principales partidos de la oposición de la Asamblea madrileña, PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos, en el primer año de Gobierno de Ayuso. Vox ha descartado participar en el reportaje.
La aparente ineptitud de Ayuso es en realidad fanatismo ideológico”Isabel Serra, portavoz de Unidas Podemos
“La gestión de la pandemia ha sido muy controvertida”, observa el líder socialista Ángel Gabilondo, “con decisiones que en ocasiones han buscado más anticiparse a los otros que a la situación. En concreto, es inquietante lo sucedido en las residencias de la región, ahora analizado en la Asamblea. La forma de gobernar ha sido muy personalista, centrada en la figura de la presidenta, empeñada en ocupar espacios en lugar de convocar a la participación y a la búsqueda de acuerdos. Especialmente llamativa es la adopción de acciones sin contar con los profesionales sanitarios o la comunidad educativa”. Gabilondo cree que Ayuso tiene una obsesión. “Mantener a la Comunidad de Madrid en un modelo insostenible social, económica y laboralmente ha impedido abordar procesos de reforma, transformación o regeneración. La debilidad de este modelo se ha hecho evidente con la crisis, singularmente en los servicios públicos y políticas sociales, agudizado por la falta de nuevos presupuestos”.
Los socialistas consideran que la presidenta ha asentado en la región un clima de confrontación institucional con el Gobierno de España. “Asentado en tópicos más que en argumentos”, según Gabilondo, “y sostenido en este afán personalista de la presidenta”. Un hecho que, a su juicio, ha generado desconcierto en la sociedad madrileña más partidaria del consenso y no del enfrentamiento entre administraciones.
“Ayuso comenzó el año diciendo que la contaminación no mataba y lo ha terminado despidiendo profesores. Es un buen resumen de este año 2020 en la Comunidad de Madrid: esperpento y chapuza”, opina el portavoz de Más Madrid, Pablo Gómez Perpinyà. El portavoz del cuarto partido de la región cree que la gestión de la presidenta ha dejado un manual para las facultades de ciencia política sobre cómo no se debe gestionar una pandemia. “Ha hecho oídos sordos a lo que decía la ciencia, ha priorizado la confrontación a la búsqueda de soluciones comunes y ha antepuesto su fanatismo neoliberal a la necesidad más que evidente de cuidar y reforzar lo público. Como consecuencia, Madrid ha sido el epicentro de la pandemia en las dos olas y ya se está postulando para serlo en una tercera. Los madrileños hemos tenido a la presidenta más nefasta en el año más nefasto”, zanja.
En Unidas Podemos trazan una línea similar a la de Más Madrid. “En la Comunidad de Madrid hemos tenido la desgracia de tener a la peor presidenta en el peor momento”, observa su portavoz, Isabel Serra. “Ayuso ha aprovechado la crisis para su campaña personal y partidista contra el gobierno estatal, jugando con las vidas de los madrileños. Una presidenta que ha demostrado con creces que le sobra frivolidad. Que no ha aprendido ninguna lección, sobre la importancia de lo público, sino que ha aprovechado para deteriorarlo más”.
Serra considera que Ayuso ha puesto siempre por delante su proyecto ideológico: “Su aparente ineptitud es en realidad fanatismo ideológico”. Y critica la última polémica de la presidenta con las vacunas. “Que acabemos el año con el PP criticando la campaña de vacunación, y con Ayuso en concreto tratando de sacar polémica y conflicto, es un síntoma del drama que hemos tenido que soportar todos los madrileños”.
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