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Lucha conjunta

Óscar Espirita, Adrián Peñalver y otros poetas ‘queer’ publican ‘Florecer será un crimen’, en apoyo al espacio El Umbral de Primavera

Óscar Espirita (izquierda) y Adrián Peñalver son algunos de los autores que publican ‘Florecer será un crimen’.
Óscar Espirita (izquierda) y Adrián Peñalver son algunos de los autores que publican ‘Florecer será un crimen’.Carlos Pina

Se han unido para apoyar uno de sus lugares preferidos de Madrid. A dos calles de la plaza de Lavapiés está El Umbral de Primavera, un vibrante espacio en el que se celebra la nueva creación: teatro, danza, exposiciones, conciertos, tertulias, talleres… Lo queer es uno de los ejes de su programación todo el año, no solo durante el Orgullo. Óscar Espirita y Adrián Peñalver son dos de los poetas LGTBI+ que participan en Florecer será un crimen. La recaudación que consigan por las ventas de la publicación será íntegra para el centro cultural, que no ha tenido ingresos durante los tres meses de confinamiento.

Portada de 'Florecer será un crimen'.
Portada de 'Florecer será un crimen'.

Voces diversas. “Es un lugar de encuentro y de lucha fundamental en esta ciudad y fundamental en mi vida, donde he reído, llorado, aprendido, crecido y empoderado”, dice Óscar Espirita. El 5 de junio del año pasado participó en un recital en El Umbral de Primavera para celebrar el nacimiento de Lorca, que fue el 5 de junio de 1898. “Celebramos su vida y vengamos su muerte. Sin duda fue una de las noches más esperanzadoras y bonitas que he vivido desde que estoy en Madrid. Un grito de unión y libertad”. Este año querían repetir, pero la pandemia lo impidió. Entonces pensaron en volver a unir sus voces y sumar algunas nuevas en un fanzine. “Es importantísimo apoyar un lugar como éste, que da voz a tantas personas diversas. Es un espacio para la cultura en Madrid que necesitamos mantener vivo”, considera Adrián Peñalver. En Florecer será un crimen también participan Elizabeth Duval, Carlos Asensio, Lalu Bee, El Chico Burbuja, Ángel Cívico, Enrique Cervantes, Elena Flores, Violeta Font, Sara Levesque, Rodrigo García Marina, Blas Nusier, José Luis Serrano y Jose de la Vega.

Niñez presente. Óscar Espirita publicó hace cinco años su primer libro, Niño marica. “Fue una sorpresa absoluta que llegase a tanta gente. Hasta ese momento apenas había enseñado mis poemas”. Protagoniza el poemario un niño que se siente diferente. “Estoy muy conectado con mi infancia y con la infancia en general. Tengo muy puesta la mirada en la infancia porque trabajo con ella”, desvela. Es maestro. “Al principio me daba un poco de miedo mezclar los dos mundos. Como escribía sobre temas LGTBI+ y daba clases en un colegio católico necesitaba separar esos dos mundos para poder ser libre, por desgracia”. De ahí su apellido artístico. “Me gustaba como sonaba Espirita. No soy muy espiritual, pero sí que tengo ciertas creencias desde pequeño. Vivía más en un mundo de fantasía que en la propia realidad. Parte de la inseguridad que tenía me ayudaba con pequeñas cosas, como llevar un cristalito de cuarzo”. Nacido en 1985 en Guadalajara, ahora trabaja en un colegio en el que conocen (y valoran) su trayectoria literaria.

Orgullo Crítico. Desde hace tres años, Óscar Espirita acude todos los meses a El Umbral de Primavera para participar en el taller de textos de Sección Invertida, colectivo del que forma parte. “Nos ceden gratuitamente el espacio. En cada sesión debatimos en torno a un tema en base a una serie de textos propuestos previamente”, explica. El grupo nació como movimiento de respuesta a los actos de odio hacia la diversidad sexual e identitaria en sus diferentes formas. Cada 28 de junio sus integrantes marchan por las calles de Madrid, celebrando el Orgullo Crítico. “Aún queda mucho por luchar, por deconstruir y por repensar para alcanzar una sociedad más justa y habitable para las personas LGTBIQ+”. Tras el éxito de Niño marica, el escritor publicó Si el rosa es de las niñas, el azul es del mar, su primer cuento infantil. Ilustrado por Pau Sanz i Vila, en sus páginas cuenta la historia de Kium, un niño que siente el rechazo de sus compañeros por ir con una camiseta rosa. Animalitos fue su segundo poemario. El tercero ya lo tiene casi terminado.

Escritura terapéutica. Adrián Peñalver también escribe desde la experiencia personal. Hace dos años publicó su primer poemario, Mejillón-Cebra / Tiburón-Sirena. “Se puede reconocer cualquiera que se haya sentido diferente, cualquiera que haya tenido la valentía de conocerse”. Para él es terapéutico escribir. “Soy de una localidad pequeña. Crecí sin referentes, en un entorno heteronormativo. Aparentemente no pasaba nada, pero tenían que lidiar con el hecho de que yo era maricón. Nadie hablaba de ello”, señala. Nacido en 1989 en Cartagena (Murcia), se trasladó a Madrid para estudiar Arquitectura. Como a tantos otros de su generación, después le tocó marcharse de España para buscarse la vida. En septiembre saldrá su segundo poemario, Prosperidad, que empezó a escribir en Eindhoven (Países Bajos). “Escribo sobre cómo es emigrar siendo un chico gay, blanco y de clase media; de la añoranza y de la ficción oficinista del progreso”. Asqueado de su trabajo en Holanda, decidió volver.

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Mundo real. “Sin Cultura no hay Orgullo” es el lema de La LACAH (Liga Artístico-Cultural AntiHomofobia), a la que pertenece Adrián Peñalver. El colectivo organizó el recital de poesía en memoria de Federico García Lorca y está detrás de la publicación de Florecer será un crimen, que se vende a 10 euros en El Umbral de Primavera y en la librería Berkana. La portada y el diseño son obra de Juanma Samusenko. “Él es tremendamente generoso y siempre saca tiempo para La LACAH, al igual que Mili Hernández, Mar de Griñó, Ramón Martínez o Carlos Valdivia”, apunta el poeta. Desde la asociación impulsan actividades gratuitas, como proyecciones de documentales. Entre los que ya han programado, Ocaña, retrato intermitente y Manolita, la Chen de Arcos. “Ahora que vivimos en un mundo más digital que nunca, es muy importante no dejar de encontrarnos. Vernos, escucharnos, aprender unos de otros. La mayoría de nosotros hemos conectado por redes sociales, pero mejor compartir tiempo en el mundo real”.

Ayuda necesaria. Poetas y activistas, Óscar y Adrián se conocieron en persona después de años de likes. De vez en cuando quedan para hablar de sus cosas. También se envían manuscritos. “Es bastante común entre poetas de nuestra generación”, coinciden. Ambos creen que Madrid es una de las mejores ciudades del mundo gracias a espacios independientes como el de la calle Primavera. “De todos depende que puedan seguir abriendo. Tenemos que apoyarles más que nunca. No podemos dejarles solos”. Viviana López Doynel e Israel Giraldo, que están al frente de El Umbral de Primavera, agradecen mucho su contribución así como la de todos los que han hecho posible Florecer será un crimen. “Cuando nos lo contaron no podíamos creerlo. Es muy emocionante que nos ayuden de esta manera. Son momentos complicados”, reconoce él. Desde la semana que viene volverán a abrir con el aforo limitado que exigen a las salas de cine y teatro, pero no a autobuses, aviones y trenes.

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