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El miedo de los carteros en Madrid: cuando el coronavirus puede estar al otro lado de la puerta

Correos tiene 8.410 empleados y 222 oficinas en Madrid. La plantilla lleva desde que comenzó la crisis trabajando sin protección y sin un protocolo establecido

Una cartera saliendo de un portal en Arganzuela el pasado viernes 13 de marzo de 2020.
Una cartera saliendo de un portal en Arganzuela el pasado viernes 13 de marzo de 2020.
Isabel Valdés

El viernes a media mañana, una de las carteras de Arganzuela tocaba el telefonillo de un portal en Pirámides. Llevaba ya unas cuantas calles recorridas, unos cuantos botones pulsados y unas cuantas puertas empujadas, pero nada de guantes ni mascarilla ni gafas. Nada. Ninguna protección en esta crisis del coronavirus. “Nosotros vamos de un sitio para otro todo el día, por todas partes. Yo llego ahora aquí y me llevo lo que tenga quien me abra la puerta y luego me voy a otra casa y a otra y a otra, con la PDA para que la gente ponga el dedo encima para firmar. Digo “fírmeme” decenas de veces cada día”, espeta, enfadada, blandiendo la maquinita de los recibís. Cuenta que pidieron hace ya días que se tomaran medidas, que les dieran recursos materiales para protegerse: “Y nada”. No ha sido hasta este domingo cuando, tras la declaración del Estado de alarma por parte del Gobierno central, Correos ha adoptado medidas extraordinarias para su plantilla: 53.605 personas, 8.410 en Madrid.

Muchas de las iniciativas, cuenta este lunes otro repartidor al teléfono, habían sido propuestas por decenas de trabajadores en los últimos diez días a sus respectivos supervisores y no eran tan extraordinarias sino “muy básicas”: “No nos hicieron ni puñetero caso y podrían haberse tomado hace una semana. Salimos con miedo a contagiar y ser contagiados”. La primera a la que hace referencia es a los recursos de protección. Ahora, dice el documento emitido por la empresa pública, “Correos está trabajando para proporcionar material protector adicional (guantes, gel hidroalcohólico y mascarillas principalmente). A pesar de que la disponibilidad de estos productos es escasa y limitada, está prevista la llegada del material a partir del lunes 16 de marzo, a primera hora, priorizándose su entrega en las unidades y zonas más sensibles”.

Nosotros vamos de un sitio para otro todo el día, por todas partes.
Una cartera del distrito de Arganzuela

El pasado viernes, desde la entidad, explicaban que habían “elevado” a Sanidad la petición de mascarillas al principio de la crisis y que la respuesta había sido que “no era obligatorio”. “La propia empresa se debería haber encargado de proteger a sus trabajadoras y trabajadores, que no cuenten milongas, que lo han ido retrasando todo y a saber cuántos estemos contagiados o a cuánta gente hayamos contagiado”, espeta este veterano cartero, que asegura que este lunes ese material prometido no había llegado.

Desde Correos no dan cifras sobre su número de positivos en Covid-19, “por cuestión de protección de datos”, dicen. Sí cuentan un caso confirmado la hace unos días en una de las oficinas madrileñas: “Se cerró, fue higienizada y se procedió a su apertura al día siguiente con un equipo totalmente nuevo”. Tampoco dan sobre el teletrabajo. Aseguran que ese número se actualiza de forma continua porque “desde la semana pasada se ofertó allí donde era posible, sobre todo en pacientes con más riesgo y los que necesitan conciliación por el cierre de los colegios. Y este lunes se está sumando mucha gente más. En general, por ejemplo, todo lo que es administración”.

Correos hace 11 millones de envíos diarios en todo el territorio nacional y tiene 53.605 empleados (26.918 mujeres y 25.341 hombres), en Madrid trabaja el 16,7% de esa plantilla
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Además de la adquisición de estos productos, Correos incluye en el comunicado sobre las nuevas medidas, otras como la lavarse de forma obligatoria las manos cada 45 minutos, mantener al menos un metro de distancia con compañeros y clientes, la suspensión del reparto en sábados y la división de los turnos de mañana para hacer un día las secciones pares y otro las impares, deja de ser obligatoria la firma en las PDA al recibir un paquete y trabajar con el personal mínimo imprescindible. También se suspende la entrega de notificaciones, y se advierte que “no se procederá a devolver ninguna notificación por superar el plazo de permanencia en lista. Permanecerán en los almacenes hasta que se reciban nuevas instrucciones”.

“La gente nos trata a veces fatal”

Esta entidad hace 11 millones de envíos diarios en todo el territorio nacional, según sus propios datos, y tiene 53.605 empleados (26.918 mujeres y 25.341 hombres), en Madrid trabaja el 15,6% de esa plantilla. “¿Te imaginas, toda esa gente moviéndose por todos los bloques de Madrid, durante una semana, sin protección? Somos de los que más fácilmente lo podríamos estar esparciendo, sin querer y sin saberlo”, contaba el viernes la cartera en Arganzuela. Según la Central Sindical Independiente y de Funcionarios, Correos no desglosa los datos, en el Centro Directivo trabajan alrededor de 1.300 personas, “que sí pueden teletrabajar, pero para el resto no es posible". Es decir, para la plantilla que trabaja en las oficinas, 222 en la Comunidad y según CSIF 110 en la capital y el personal de reparto. “Hay 166 unidades de reparto en la Comunidad, 68 en la capital”. Muchos miles de personas moviéndose y cruzándose y llamando a puertas.

Hogares donde han dejado de ser siempre bien recibidos. “La gente nos trata a veces fatal. Nosotros solo entregamos lo que ellos han pedido, les llevamos lo que ellos han comprado por Internet y cogen los paquetes como si llevaran la peste”, contaba el pasado viernes la cartera en Pirámides. Sobre el coronavirus y su tiempo de permanencia activo sobre las superficies aún no hay certezas, aunque ya el pasado 13 de marzo, un estudio todavía sin revisión por pares —es decir, que todavía los expertos no han evaluado el documento para identificar debilidades en sus supuestos, métodos y conclusiones— calculaba que el virus podría mantenerse activo hasta tres días sobre acero y plástico, un día sobre cartulina y cuatro horas sobre cobre. Para el cartero veterano esta es una de sus preocupaciones: “La limpieza tiene que ser máxima y escrupulosa. Vamos a hacer todo lo posible entre todos para no tocar donde no debemos o reducir al máximo posible el contacto con clientes y entregas, pero uno nunca sabe dónde puede estar”.

Desde la empresa pública explican que desde la pasada semana la desinfección estaba siendo una de las prioridades del protocolo que pusieron en marcha: “Somos conscientes de la preocupación de nuestros trabajadores, todos lo estamos, y vamos al paso de las autoridades sanitarias”. Algo que, de alguna manera, lamentan algunos de sus profesionales, que insisten en que todo lo que va en el nuevo protocolo podría haberse arrancado antes. También los sindicatos. La Comisión General de Trabajadores emitió este domingo un comunicado en el que se quejaban de llevar “demasiado tiempo sufriendo desinformación, contradicciones y falta de medidas preventivas específicas”. Y la Central Sindical Independiente y de Funcionarios exige que Correos “esté a la altura”. Denuncian que la mañana de este lunes la situación en muchas de las oficinas ha sido absolutamente “anómala”: “Había más empleados que clientes”.

Esos empleados, a pesar de las quejas, quieren mirar hacia los días que se avecinan en una ciudad que ya acumula más de la mitad de las infecciones en España, 4.695 de las 9.191 totales, y el 60% de las 432 personas ingresadas en la UCI. “Pero ya está, eso queda atrás, vamos a ver ahora cómo tiramos para adelante”, dice el cartero antes de colgar y de reiniciar su marcha por las calles, casi vacías, de Madrid.

Información sobre el coronavirus:

- Aquí puedes seguir la última hora sobre la evolución del coronavirus.

- Medidas clave del estado de alarma.

- El mapa del coronavirus: así crecen los casos día a día y país por país

- Guía de actuación ante el coronavirus

- Todas las medidas contra el coronavirus en Madrid

- En caso de tener síntomas, la Comunidad de Madrid recomienda evitar acudir al centro de salud salvo casos de extrema necesidad y utilizar el teléfono 900 102 112

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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