La lucha por el conservatorio de Leganés se enroca en las aulas
El Ayuntamiento convoca una reunión con el AMPA y la Comunidad para tratar de buscar una solución


Entre tortillas de patata recién hechas, croquetas, empanadillas y pastelitos pasan un encierro ameno en el conservatorio de música Manuel Rodríguez Sales de Leganés. Padres y alumnos organizan juegos, charlan, debaten e imaginan que consiguen salvarlo. Así llevan desde el pasado jueves, cuando ganaron un referéndum organizado por el Ayuntamiento que se celebró en tiempo y forma pero no se votó. Las opciones que se les daban a los alumnos apuntaban a un cierre inminente. Y se negaron a participar en aquella “farsa”.
Después, se encerraron. Primero, todo el fin de semana. Jugaron, comieron, debatieron y recibieron visitas: toda la oposición, los vecinos, los profesores... En el municipio del sur de Madrid, de 189.861 habitantes, nadie es ajeno ya al enfrentamiento directo entre padres, profesores y alumnos, que piden mantener una escuela municipal y un conservatorio abiertos y en situación digna, y el Consistorio, gobernado por PSOE y Leganemos, que ha admitido que se siente incapaz de solucionar un problema de contratos del profesorado porque no hay un convenio regulador con la Administración regional.
Y encerrados, por tanto, siguen, pero ya por las noches, es decir, cuando se apagan las aulas. Comen y ríen (a ratos) y demandan a sus políticos que no dejen morir su centro de música de grado medio. Y que si es necesario un convenio, que lo hagan. “Ciudadanos nos ha dicho que la interventora le ha contado que no hay nada que no sea subsanable”, cuenta Isabel García, presidenta del AMPA.
Ante el fracaso del referéndum, la concejal de Cultura, Eva Martínez Borrega, ha convocado mañana, a las 16.30, a la Comunidad y al AMPA a una reunión “para tratar de buscar una solución a la problemática” de una situación que ha llegado a un punto que, reconoce, ya no puede “garantizar la prestación del servicio”.
“La reunión es algo muy tramposo”, avisa García. “Nosotros, desde luego, no vamos a levantar el encierro”, asegura. Toca hacer la cena. Cuando acabe todo, augura, necesitarán un dietista.
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