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La pesadilla judicial del predicador evangelista al que vincularon con Sito Miñanco

Federico Aparisi fue detenido por blanquear dinero del narco gallego pero tres años después la Audiencia Nacional lo apartó del caso

Sito Miñanco en su llegada a la Audiencia de Pontevedra.
Sito Miñanco en su llegada a la Audiencia de Pontevedra. ÓSCAR CORRAL

El error de Federico Aparisi, informático y predicador evangelista de 52 años, fue vender su casa de Madrid a dos presuntos miembros de la red de blanqueo del narco gallego José Ramón Prado, Sito Miñanco, encargados de recaudar el dinero de la venta de cocaína que se enviaba a Colombia para pagar a los proveedores de los cargamentos. Así comenzó su periplo judicial que ha durado casi tres años hasta que la Audiencia Nacional acordó ahora ponerle fin por falta de pruebas.

Aparisi fue objetivo policial de la Operación Mito en la que el famoso capo fue detenido por cuarta vez, en febrero de 2018, junto a media docena de presuntos colaboradores. La policía constató que el misionero había cobrado un primer pago de 60.000 euros por la venta de la vivienda, que el dinero se lo habían entregado los compradores, Manuel Andrés Puente Saavedra y Adriana Moreno Correa, y sospecharon que Aparisi sabía que procedía del narcotráfico. Los investigadores se centraron luego en unos créditos que Aparisi pidió a un familiar y también dedujo que lo hizo para justificar la entrada de dinero de los narcos. Pero la realidad era muy diferente y la defensa del imputado logró probar el enredo en el que se vio involucrado el pastor evangelista.

El misionero se trasladó a Andalucía con su mujer para continuar su labor pastoral y firmó con los presuntos narcos un contrato privado de compraventa de la casa. Con ese dinero iba a comprarse una casa en Algeciras. Pero ellos aplazaron la firma de la escritura, dejaron de efectuar los pagos a los que se habían comprometido y al final perdió el contacto con ellos. Entonces, Aparisi no tenía posibilidades de hacer frente a sus nuevos planes familiares por lo que tuvo que recurrir a un tío suyo al que le pidió dinero.

La juez de la Audiencia Nacional María Tardón, que acaba de procesar a Sito Miñanco y 50 personas más como presuntos integrantes de su organización, entre ellos los compradores de la casa de Federico Aparisi, ha concluido que respecto a este “no se encontraron elementos o indicios suficientes de los que se desprenda su participación en el delito de lavado de efectivos”. “En el curso de la investigación que ha tenido por objeto un entramado criminal dirigido por José Ramón Prado Bugallo, encaminado a la introducción de sustancia estupefaciente en España, de forma paralela, se identificaron otras acciones ejecutadas de forma simultánea, para ocultar el origen del dinero producto de la venta de sustancia estupefaciente”, explica la instructora.

La jueza argumenta que, en un primer momento, se sospechó de su implicación por las conversaciones mantenidas por Federico Aparisi Arenzana con responsables del transporte del dinero producto de la venta de la droga a Colombia oculto en sus maletas y equipajes de mano. También dice la magistrada que hubo indicios iniciales de su eventual participación en un delito de blanqueo por la documentación intervenida en los registros practicados en los domicilios de los investigados. Ahora bien, pese a que hubo “un vínculo inequívoco del investigado Aparisi con miembros de este entramado criminal como Correa Moreno, la investigación no ha permitido confirmar la concurrencia de elementos o indicios suficientes” para imputarle un delito de blanqueo.

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