Sánchez anuncia 560 millones para robótica en la escuela y Puig le reclama el trasvase en Alicante
El presidente afirma en un mitin que se garantizará la formación tecnológica de 5,5 millones de alumnos y recuerda el plan de invertir 542 millones para la desalación
Los presidentes del Gobierno y de la Generalitat valenciana, los socialistas Pedro Sánchez y Ximo Puig, se lanzaron este viernes mutuos elogios en un mitin en Alicante. Es lo que se espera de un acto de precampaña electoral. Pero también cada uno defendió sus acciones en un tema que quema aunque se trate de agua. Puig abogó por abordar “el grave problema del agua “desde el diálogo” y reconoció la importancia de mejorar la depuración, la desalación y otras medidas, pero afirmó que el trasvase del Tajo al Segura es “irrenunciable”. La Generalitat ha recurrido el decreto del Gobierno para reducir la transferencia y asegurar un caudal ecológico.
Sánchez recordó las inversiones el Ejecutivo para hacer más eficiente la gestión del agua entre los agricultores y tener herramientas con el fin de “adaptarse a la realidad del cambio climático”. Incidió, además, en que España es un país líder en Europa en la gestión del agua desalada, principal alternativa que plantea el Gobierno ante la reducción del trasvase con un plan de inversión de 542 millones de euros.
Salvo estas diferencias, manifestadas (¿pactadas?) sin estridencias, el resto del mitin de apoyo de la candidatura de Ana Barceló a la alcaldía de la ciudad discurrió por los derroteros esperados en el paraninfo de la Universidad de Alicante, cuando, además, sonríen los indicadores económicos recientes.
El presidente del Gobierno puso de ejemplo a la Comunidad Valenciana con sus más de dos millones de afiliados a la Seguridad Social, un registro histórico. Calificó a Puig como “un referente del socialismo español”: “Para mí es un orgullo caminar al lado tuyo para poder hacer todos los avances y reformas que se necesitan. Estoy convencido de que vas a volver a revalidar esa mayoría y volver a ser el president. La Generalitat valenciana con el PP era sinónimo de corrupción; con Ximo Puig es sinónimo de ejemplaridad y de buena gestión”.
También aprovechó para anunciar que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes una inversión de más de 560 millones de euros para reforzar la calidad de la educación. “El próximo martes, el Consejo de Ministros aprobará una inversión de más de 560 millones de euros para reforzar la calidad de la educación, para garantizar la formación de 5,5 millones de alumnos de primaria y secundaria en robótica y programación”. La inversión, afirmó el presidente, estará destinada a “financiar actividades de apoyo y refuerzo contra el abandono escolar de los más vulnerables en más de 3.000 centros educativos, a la compra de libros y material escolar a más de medio millón de alumnos, y para ayudar a los alumnos con alguna discapacidad a superar cualquier barrera”.
El mismo día que se conoció el preacuerdo de los agentes sociales para subir los sueldos, el presidente se preguntó y se respondió: “¿Por qué en España hay más paz social que en la mayoría de países? Porque hay diálogo social, porque hay un Gobierno que recuperó el diálogo que otros tiraron a la basura”. Pero evitó el triunfalismo: “Nosotros no vamos a hablar nunca de que España va bien”, dijo Sánchez, porque reconoció que los problemas de desigualdad persisten. El líder del PSOE sacó a relucir el impuesto a la banca y aseguró que “por cada euro” que se sube a “los de arriba”, las clases trabajadoras se ahorran cinco.
También le dio las gracias a la ciudadanía alicantina por su “solidaridad” con la acogida de refugiados ucranianos, que al principio fueron alojados en la Ciudad de la Luz. Previamente, Puig había comentado que la provincia de Alicante acoge a la mitad de los niños ucranianos escolarizados en España, un total de 13.000 menores, si bien no hizo referencia a que la autonomía no recibe ayudas del Gobierno para la asistencia en la educación a este alumnado que no domina el idioma.
El presidente valenciano también hizo su anuncio: la próxima semana volverá un rodaje a la Ciudad de la Luz, después de que los estudios de cine estuvieran cerrados durante años como consecuencia de una sanción de la Unión Europea por las “trampas” que había hecho el PP.
Ana Barceló, por su parte, espetó: “Basta ya de inmovilismo de Alicante [gobernada por el PP], de olvido y desprecio de los barrios más desfavorecidos”. La candidata socialista apostó por la innovación, por el turismo, la economía urbana para que la ciudad despierte del letargo del siglo XX.
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